Hace tiempo tuvimos la oportunidad de
disfrutar de una Mesa Redonda con el sugerente título de “Masonería y
Socialismo en las Repúblicas”. En ella, y de la mano de los ponentes,
miembros de la masonería, se pudo conocer los objetivos de
esta organización, su historia así como su realidad actual. Ello me
recordó que hace unos años realicé un escrito con el título que encabeza
el escrito. Pienso que a muchas personas les puede interesar el
contenido de éste y es por ello que vuelvo otra vez a exponerlo, esta
vez con algunas modificaciones, y en un soporte digital, lo cual hará
que quede archivada para quienes pudiera interesar.
Como apuntaba más arriba, la presencia
de la masonería en el archipiélago es casi de dominio público, aunque en
algunas islas era más notable que en otras, como en las capitalinas
donde existieron varias logias, centros donde se reúnen los masones,
erigiéndose en Tenerife uno de los Templos masónicos más bellos del
país, la Logia Añaza, templo que aún existe en la de calle San Lucas de
Santa Cruz de Tenerife, actualmente propiedad del ayuntamiento
santacrucero. También en Lanzarote, donde hubo una logia o en la Palma,
que tuvo una activa vida masónica llegando a haber dos Logias. Sin
embargo, no es tan conocida la presencia de masones en otras islas, como
es caso en la Gomera, donde llegó haber casi una treintena de miembros,
fundamentalmente en los primeros treinta y seis años de este siglo,
siendo apenas dos las personas que se aproximaron a esta institución en
el siglo pasado.
Siempre se ha supuesto que la masonería
ha estado compuesta por hombres muy pudientes y de un nivel social alto.
Sin embargo, al observar las listas de masones canarios podremos
observar que la mayoría son comerciantes, funcionarios públicos,
maestros, médicos, dependientes, etc…, y el caso de los gomeros es
similar, ratificándose más la presencia de comerciantes y algunos
propietarios, médicos, marinos, farmacéuticos, un estudiante y un
deportista.
Un primer aspecto a señalar es la
localización geográfica de estos masones. La mayoría se encontraban en
el norte de la isla, concretamente de los municipios de Hermigua y Agulo
continuando, por orden de presencia, en San Sebastián, Vallehermoso,
Alajeró y por último en Valle Gran Rey.
Pese a que en la capital de la isla
había más población y posiblemente mayores recursos económicos y
culturales, así como más proximidad a Tenerife, no es allí donde se
detecta un mayor número de miembros. También se podría pensar en
Vallehermoso por ser el municipio más grande, de gran tendencia
izquierdista y, en aquel momento un enclave comercial importante, o en
Valle Gran Rey donde siempre ha existido una burguesía de alto nivel
pero, es en Hermigua y Agulo donde se manifiesta una mayor presencia,
coincidiendo ambas localidades en el número de masones . Quizá esto
requiera algún tipo de estudio sociológico, que desde aquí invito a
realizar.
Otro dato interesante es que de entre
los componentes de esta treintena de masones el apellido que más se
repite es Trujillo seguido de Jerez, Mora, Herrera y Fragoso. Como vemos
todos ellos muy comunes en esta isla. Sería interesante escribir sobre
estas personas pero quizá en una próxima ocasión ya que este artículo se
haría muy extenso pero, en general y hasta donde he podido informarme,
eran gente cuyas edades oscilaban entre los 25 y los 40 años, no todos
poseían un alto nivel académico como, por otro lado, correspondía a la
época y el lugar, e identificados con ciertos principios democráticos y
liberales.
Aunque cabe afirmar que fueron personas
que se hicieron a sí mismos, recordados como gente seria, honesta, y que
distinguían siempre del resto por cierta aureola que los caracterizaba
de manera especial. En su mayoría se tuvieron que unir a todos aquellos
exiliados y autoexiliados de su tierra hacia Venezuela y Cuba, aunque
otros con menos suerte fueron perseguidos y torturados cuando se vieron
truncados los principios democráticos con el alzamiento de Franco,
enemigo máximo de esta institución.
Cabe especular que de no haber tenido
lugar este alzamiento quizá, y debido a la creciente presencia de
masones nativos, se hubiese terminado fundando una logia en la Gomera,
como antes ocurriera en La Palma y Lanzarote, ya que entre 1925 y 1936
se puede observar una mayor demanda de afiliación a la masonería no solo
de gomeros sino de personas de todo el archipiélago, siendo hasta
posible la fundación de logias en otras islas como el Hierro o
Fuerteventura.
Es interesante no olvidar nuestro pasado
ya que quizá se de el caso de que algunos de los que lean este artículo
sean descendientes directos o indirectos de estos masones (el que
escribe el articulo lo es y eso lo motivó a redactar estas líneas) y
deseen saber más al respecto, les recomiendo que consulten el libro
“Historia de la Francmasonería en Canarias” del Catedrático de Historia
de América de la Universidad de la Laguna el Dr. Manuel de Paz Sánchez,
donde aparece una lista de todos los masones de Canarias hasta 1936.
También a los datos vertidos en varias páginas Web sobre masonería en
Canarias, como www.masoneria.biz .
Otro elemento histórico que nos habla de
presencia masónica en la isla, aunque ahora de la denominada masonería
operativa, aquella que dio origen a la de nuestro tiempo y que se
dedicaba a levantar iglesias y catedrales, es la iglesia de la Asunción,
que se construyó a mediados del s. XV., de características Góticas, y
del estilo conocido como Reyes Católicos mezclado con influencia
Portuguesa. Se sabe que Jean de Betancourt trajo consiguio a un
compañero del oficio de la construcción, su nombre Jean Le Maçon, o sea
Juan el Masón. Éste realizó varios planos de iglesias que luego se
construirían y de las que poco queda hoy, siendo por ello esta
construcción gótica una reliquia de este período arquitectónico, cuya
finalización coincidió cronológicamente con la de la conquista del
archipiélago.
Tampoco se sabe a ciencia cierta si este
Masón operativo influyó en su diseño o construcción, más en ella
encontramos algunos símbolos en sus capiteles, como la cuerda, de típico
simbolismo masónico. En su retablo, realizado en el s. XVIII, también
encontramos símbolos como el pelícano, emblema del grado dieciocho de la
masonería escocesa, o el triángulo como representación de la divinidad,
también de influencia masónica.
Nada podemos decir sobre el futuro de la
masonería en La Gomera pero, quizá y dependiendo del interés que surja
en la isla, posiblemente renazca presencia masónica Gomera, teniendo en
cuenta que en la actualidad trabajan varias logias en Tenerife, algunas
en el sur de la isla, así como en Gran Canaria y en Lanzarote, por lo
que se deduce que desde el comienzo de la democracia los masones han
encontrado un lugar en la sociedad canaria. Posiblemente este lugar
también lo encuentren los futuros masones en la isla colombina, como ya
lo encontraran los Francmasones Gomeros del pasado.
D. J. Suárez Dorta
Fuente: http://www.eltambor.es/2015/06/apuntes-sobre-la-existencia-de-masoneria-en-la-isla-de-la-gomera/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario