El "best-seller" de Dan Brown, con un millón
de copias vendidas el primer día de su lanzamiento en inglés, sirve
como incentivo para toda clase de teorías masónico-conspirativas en la
capital de EE.UU.
Aunque la capital de
Estados Unidos ya tiene su propio superávit de teorías conspirativas, el
lanzamiento del último volumen de Dan Bown titulado "El símbolo
perdido" ha servido no solamente para estimular a la industria editorial
sino también para multiplicar el interés por la historia de la masonería en
Washington. De repente, todo el mundo vislumbra secretas conspiraciones y
estrellas cinco de puntas insertadas en el trazado original de la ciudad.
Por supuesto, el
profesor de Harvard Robert Langdon vuelve a desplegar contra reloj y contra
feroces enemigos toda su sabiduría en materia de iconología y simbología. Sin
disimular su profunda fascinación por la capital de Estados Unidos desde el
primer capítulo: "Incluso desde el aire, Washington D.C. irradiaba un
poder casi místico. Langdon amaba esta ciudad, y cuando el avión aterrizó,
sintió una agitación creciente por lo que le esperaba".
A la vista de todo el
negocio que los anteriores libros de Brown -81 millones de copias vendidas en
todo el mundo de "El Código Da Vinci"- y sus correspondientes
películas han sido capaces de producir para Roma, París y otras lugares en
Europa, las autoridades de Washington no han desperdiciado la ocasión para
fomentar su propia campaña de turismo masónico-conspirativo. Y de esta forma
rentabilizar el formidable anuncio para la ciudad que supone la edición inicial
de casi cinco millones de copias prevista para "El símbolo perdido"
en inglés.
Según ha
confirmado Rebecca Pawlowski, portavoz de la entidad municipal de
promoción turística de Washington, "sabiendo que existe un tremendo
interés y entusiasmo por esta novela largamente anticipada, es una gran
oportunidad para que nosotros destaquemos los lugares y monumentos que
aparecen en el libro". Campaña que incluye concursos con claves,
anuncios de televisión y hasta información de itinerarios posibles
colocada ya en Internet.
Todas las propuestas publicadas en forma de libros, panfletos y documentales suelen empezar por la sede del Congreso federal, cuya estampa aparece en la portada del "best-seller" de Brown. Se dice que George Washington lució su ceremonial delantal de masón cuando colocó la piedra angular del Capitolio. Aunque para más información sobre la no disimulada práctica masónica del primer presidente de Estados Unidos, otra parada obligada en el gran templo y monumento construido a las afueras de la capital, en Alexandria. El director de la colección, Mar Tabbert, ya se lamenta ante la perspectiva de tener que "invertir los próximos 25 años en responder a la ficción de Dan Brown".
En la calle 16 del Distrito de Columbia, no muy lejos de la antigua Embajada de España, otro punto de atracción fundamental es la Casa del Templo, guardada por dos esfinges. En su día considerado como uno de los edificios más hermosos del mundo, esta imitación del Mausoleo de Halicarnaso alberga el cuartel general del rito masónico escocés para la jurisdicción sur de Estados Unidos. País donde la masonería cuenta con un censo estimado en casi dos millones de miembros.
A lo largo de la Casa del Templo no faltan continuas referencias al
número 33, cifra clave para los masones. Empezando por 33 columnas y 33
sillas ceremoniales. Por cierto, que la suma de la fecha de publicación
de "El símbolo perdido" (15-9-09) en Estados Unidos también ofrece como
resultado el número 33 para deleite de todo el público que empieza a
contemplar la ciudad de Washington bajo un prisma de oculta
premeditación.
Entre las teorías conspirativas recogidas por Dan
Brown en su último libro destaca el "empotramiento" de símbolos
masónicos dentro del trazado de la capital de Estados Unidos, cuyo plan
original fue diseñado por el arquitecto francés Pierre L'Enfant en1791.
La narrativa de "El símbolo perdido" detecta estrellas de cinco puntas, o
pentagramas, en el mapa del Distrito de Columbia con la ayuda de líneas
imaginarias entre sus plazas y edificios emblemáticos.
Según ha explicado Mark Tabbert, director de la colección reunida en el monumental templo masónico dedicado a George Washington a las afueras de la capital, es verdad que algunos masones tuvieron un papel destacado en la construcción de Washington, que la ciudad tiene ahora 36 logias y que algunos símbolos pueden ser encontrados a pequeña escala. Pero no hay un secreto mensaje masónico insertado en el trazado original de la ciudad, empezando por el hecho de L'Enfant no era masón. A juicio de Tabbert, "no hay motivos para molestarse en trazar calles con la forma de símbolos masónicos, lo cual no impide que Dan Brown como escritor de ficción haya encontrado una razón".
Fuente: www.participacion.abc.es/fiebredelpotomac/post/2009/10/12/el-caidigo-washingtonSegún ha explicado Mark Tabbert, director de la colección reunida en el monumental templo masónico dedicado a George Washington a las afueras de la capital, es verdad que algunos masones tuvieron un papel destacado en la construcción de Washington, que la ciudad tiene ahora 36 logias y que algunos símbolos pueden ser encontrados a pequeña escala. Pero no hay un secreto mensaje masónico insertado en el trazado original de la ciudad, empezando por el hecho de L'Enfant no era masón. A juicio de Tabbert, "no hay motivos para molestarse en trazar calles con la forma de símbolos masónicos, lo cual no impide que Dan Brown como escritor de ficción haya encontrado una razón".
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