
Se dice que la Paradoja, es una proposición en apariencia
falsa o que infringe el sentido común; pero no conlleva una contradicción lógica.
Una de la paradojas más curiosas en masonería; una de
tantas; es la que versa sobre El Silencio. Tanto es así que a veces me
encuentro con textos, planchas y exposiciones más cercanos al misticismo
religioso que justifican, piden, y obligan al silencio como paradigma
formacional del masón y de la logia en particular como grupo y rol, y así
el Maestro de Ceremonia; pide silencio para entrar en la logia en forma de
espacio sacral; no profano.
Lo cual tiene cierto grado de contradicción en el
contexto de la masonería que practicamos; que es la masonería especulativa, que
nace en 1717 en un ámbito de bullicioso como eran las tabernas londinenses;
donde se reunieron diversas logias para fundar la 1ª Gran Logia de Londres, y
no parece que los gentleman, canteros, y gentes diversas fueran muy proclives a
ese silencio que a veces se impone en la logia; tan sacral y espiritualista
cuyo recogimiento parece contraponerse a los grabados que se nos han ido
llegando de las reuniones masónicas.
Y tampoco cabe pensar que la masonería operativa
compuesta de gremios; guildas de canteros; fueran algo así como coro canteril
del tipo cartujo a la hora del desarrollo de los trabajos canteriles, y por
tanto es difícil pensar que cuando llegaba el tiempo de los
trabajos de debate de su logia estas fueran de recogimiento; sino todo lo
contrario.
Cuando se observa los grabados de distinta época se ven grupos
logiales mas dispuestos al cuchicheo y al comentario y a tomarse la masonería
con una cierta alegría, que como reza ese permanente llamado al recogimiento
del silencio que dibujan la tanda de místicos al uso, por otro lado, los
rituales apenas si hablan del silencio; nada más que ante las promesas y los momentos
de Iniciación.
En general los masones somos gentes dadas al debate; al
hablar por los codos, dicen , y la prueba es un ágape masónico, no ritual
incluso ritual , bastante alejado de los cenáculos religioso que demandan
el silencio como escuela.
Y no crean que esta situación cambió mucho,
pues décadas muy arriba el Gran Oriente de Francia
prohibía a sus miembros los corrillos, los juegos, y tertulias; como
vemos en el cuadro superior.
Fuente. Víctor Guerra/ Masonería Siglo XXI.
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