Discurso del Q:.H:. Presidente de la Republica, General ANTONIO GUZMAN BLANCO, el
27 de Abril de 1876, en el acto solemne de inauguración del Gran Templo Masónico, en
Caracas.
“Esto no es solamente un Templo Masónico; es más que eso, es el
Templo que oficialmente levanta el Gobierno de Venezuela a la Independencia de
la razón del hombre; templo en que caben sin estorbarse ni contradecirse
tanto los hebreos como los cristianos, así los católicos como los cuáqueros, el
deísta como el protestante.
Este es el Templo de la humanidad civilizada lo he levantado sabiendo
muy bien lo que hacía y asumiendo la totalidad de las responsabilidades que tan
insólito hecho entraña. Desde este punto de vista, encontraréis explicado cómo
es que al mismo tiempo que levanto este Templo de la Masonería, estoy
construyendo otro al catolicismo, que será el más suntuoso de Sur América y
como, si tuviera tiempo, erigiría una Sinagoga y otro templo a la secta
protestante.
La civilización del siglo XIX es el triunfo de la Masonería. Con el
Decálogo, que es el código de la moral universal y eterno, primero, y con
Jesucristo, como modelo, después: antes por medio de la asociación y después de
Gutemberg, por medio de la imprenta, ha realizado una verdadera transformación
en que a barbarie, la ignorancia, o el fanatismo, se han sustituido por la
libertad, la igualdad y la fraternidad.
Jesucristo y Gutemberg son las dos grandes antorchas de la Edad Moderna
: Jesucristo como generador de la redentora civilización y Gutemberg como
inventor de la máquina para popularizarla hasta en las últimas extremidades
sociales.
Lo que se diga dentro y fuera de la República por todos los fanáticos,
ilustrados o ignorantes, que para el caso poco importa, no me intranquiliza de
manera alguna.
Mis profundas convicciones me dicen que estoy sirviendo a la causa de la
humanidad, a la causa de Dios, mejor, muchísimo mejor, que todos aquellos que
quisieran detener el mundo, porque no comprenden la inmensidad del Eterno y la
grandeza que desde el principio y en cada día, tiene destinada la especie
humana.
La Masonería no tiene ya que discutir el libre pensar, ni la libertad
del ciudadano, ni ninguna de sus prerrogativas individuales, porque la
soberanía del individuo es dogma de la época, lo mismo bajo las monarquías que
bajo las repúblicas; pero la Masonería tiene todavía una gran labor que
cumplir, proponiéndose en cada nación del orden suyo el imperio del progreso y
del porvenir pugnado por la paz como condición inexorable de toda saludable
conquista y condenando la guerra como el único medio de éxito que han tenido y
pueden tener todas las usurpaciones, y a los fanáticos, verdaderos y únicos
enemigos de Dios y de su predilecta humanidad. Este programa es tan patriótico
en la legal Inglaterra como en la inestable Francia, en la antigua España como
en la moderna Alemania, como en el grande e insólito modelo de los Estados
Unidos del Norte, como en Venezuela, como en cada una de las nacientes
Repúblicas de la América del Sur.
Ojalá, ya que en Venezuela hemos logrado fundar la paz bajo un
gobierno respetable moral y materialmente, ya que la República ha vindicado su
soberanía, y ya que hemos entrado en el franco desenvolvimiento intelectual y
material de la Patria, la Masonería juzgue de su deber ponerse a la cabeza de
la propaganda que condena todos los medios de la fuerza y la violencia, para
sustituirlos con los de la paz y la inteligencia.
…Quizás sea ésta la ocasión de proponer a todos los masones que me oyen
la reorganización de la Orden, tomando por tema concreto de sus trabajos, la
paz, el bienestar y el porvenir de Venezuela. Así vendría a ser la Masonería
Venezolana para la consolidación y adelanto de nuestra patria, lo que la
Masonería Universal ha sido para los adelantos y civilización de la humanidad
en los cinco últimos siglos.
“ Viva la independencia de la razón!
“ Viva la civilización!
“ Viva la confraternidad humana!
“ Viva la civilización!
“ Viva la confraternidad humana!
Como se comprenderá, esta brillante y elocuentísima peroración fue
interrumpida muchas veces por el entusiasmo del auditorio. Parecía que las
ideas vertidas por el Gran Orador, producían a todos los espíritus un choque
eléctrico, cuya fuerza iba aumentando a proporción que la palabra brotaba más
encendida, más luminosa de los labios que pronunciaron el “ fiat “ de nuestra
Regeneración.”
Un grito inmenso, estentóreo, estalló del pecho de todos los concurrentes y resonó poderoso en el magnífico recinto ; este grito fue un viva al Regenerador de la Patria que pareció hacer conmover hasta aquellos espesos muros levantados por el héroe aclamado, en honor y gloria de la eterna y civilizadora filosofía que nació con la humanidad y que perdurará como verdad divina hasta la consumación de los siglos.”
Un grito inmenso, estentóreo, estalló del pecho de todos los concurrentes y resonó poderoso en el magnífico recinto ; este grito fue un viva al Regenerador de la Patria que pareció hacer conmover hasta aquellos espesos muros levantados por el héroe aclamado, en honor y gloria de la eterna y civilizadora filosofía que nació con la humanidad y que perdurará como verdad divina hasta la consumación de los siglos.”
Así terminó el acto de la inauguración del Templo Masónico con el
discurso del Q:.H:. Presidente de la Republica, General ANTONIO GUZMAN BLANCO, el
27 de Abril de 1876, en un acto solemne, inauguró el Gran Templo Masónico, en
Caracas, situado entre las esquinas de Jesuita y Maturìn.
Fuente:
http://granlogia.wordpress.com/las-efemerides/
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ResponderBorrarExcelente información se recopila, y nos lleva a conocer un poco la personalidad de este gran hombre como lo fue Guzman Blanco. entre lineas podemos leer su vision estadista y su busqueda de tolerancia religiosa, esparciendo libertad de pensamiento a los Venezolanos con la construcción de sendos templos de diferentes puntos de vista religiosos
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