El Guarda Templo, como su nombre lo indica, es un oficial de la logia, cuya misión esencial es “guardar el templo de la indiscreción profana”.
Ahora
bien, analicemos esta misión en detalle. Las primeras preguntas que saltan a la
mente son ¿Qué significa “Guardar
el Templo”?; ¿Cuál “templo”?
¿Qué “indiscreción
profana”? ¿Por qué hacer todo esto? Más adelante en el devenir
del artículo, hablaremos de cada una de estas preguntas.
Haciendo
un poco de historia ligera de la masonería, y retrayéndonos muchísimos años
atrás, cuando la masonería era operativa, las logias necesitaban mantener sus
conocimientos a buen resguardo, pues de seguro, había competencia en el arte de
construir tallando la piedra, entre los diferentes maestros. Ya que las
habilidades y novedosas técnicas, hacían más solicitados o no a los maestros y
en general a los obreros de un taller.
Por ello las logias (cuando aun eran
simplemente las pequeñas construcciones que se hacían para reunir las
herramientas y donde los obreros, comían y practicaban las técnicas nuevas que
aprendían de los maestros), dejaron de ser simples cobertizos y se convirtieron
en pequeñas construcciones cerradas, donde solo podían entrar los obreros de la
obra y allí sentirse confiados de que sus acciones no serian vistas u oídas por
otros que no trabajaban en la construcción; evidentemente, era necesario un
guardia, que vigilara celosamente que nadie que no debiera estar, ver o
escuchar lo que sucedía dentro, pudiera hacerlo. De allí el concepto de
guardia, sin duda, en primer lugar, exterior y posteriormente exterior e
interior.
Más adelante, cuando ya esto era una costumbre generalizada, el Guarda Templo Exterior, debió manejar perfectamente un lenguaje de códigos, que le permitieran dar alerta temprana y reservada de la cercanía de intrusos
Éste
debía ser un código discreto que permitiera la comunicación aun en presencia
misma del que se acercaba a la logia, cuando dentro se estaba dictando alguna
instrucción. Ello implica que hoy el Guarda Templo Exterior, es quien reteja,
pues el debe certificar que quien está a las puertas, está habilitado para
permanecer allí, con lo cual, debe por tanto, conocer todos los posibles
códigos a ser usados (signos, palabras y tocamientos en todos los actuales
grados).
Usaba
entonces el Guarda Templo Exterior, un sistema de toques en la puerta, así como
toques con el que se acercaba, un lenguaje o palabra de pase, así como de ser
necesario, una discreta señal que permitiera ver a distancia que quien estaba a
las puertas podía o no entrar en la logia. He allí, signos palabras y
tocamientos actuales y su posible origen lógico.
Históricamente,
podemos hablar de que con el advenimiento de una puerta que se cerraba, aparece
necesariamente el Guarda Templo Interior, o el llamado retejador que, en efecto
y como se narra en muchas anécdotas, estando en la parte interior de la logia,
discretamente levantaba una de las tejas del pequeño recinto para ver hacia
fuera y comunicarse con el Guarda Templo Exterior, terminando por volver a
colocar la teja en su lugar al terminar la estancia en la logia.
Así estas dos figuras y sus claras funciones, tenían importancia extraordinaria en todas las logias, pues ellas garantizaban que no se escaparan de ellas los secretos del oficio que allí se impartían.
Con
una clara función de dominio sobre un espacio no definido físicamente, pero que
era acordado, de alguna manera entre los dos, donde ambos estaban en contacto
entre sí, para poder comunicarse, con la discreción necesaria, dando
cumplimiento a su función de guardar las actividades que se sucedían en el
interior de los recintos, y por tanto, protectores del secreto del oficio.
La
modernidad y una comprensión más clara de lo que son las logias modernas, ha
hecho que en muchos casos, la figura del Guarda Templo Exterior no sea tan
usada en la actualidad, con lo que no quiero decir que no tenga hoy en día razón
de ser. Muy por el contrario, en mi criterio personal, debería ser uno más de
los cargos en las logias y más aun, me atrevo a adelantar que, es quizá el
cargo más importante para quien está haciendo un trabajo real sobre sí mismo.
Hoy
en día, cuando la masonería es especulativa, el Guarda Templo adquiere
particular relevancia, y una especial fuerza que se le debe reconocer. Pero
antes de pasar a explicar esto regresemos a las preguntas iniciales y demos
algunas respuestas. Las preguntas iniciales que inquietan a todo el que está
haciendo un primer acercamiento a la masonería más profunda y menos apoyada en
la forma, a aquel que quiere ir más al fondo del símbolo, tienen una infinidad
de respuestas, pero en este artículo, voy a expresar algunas de ellas,
conocidas desde la práctica y la observación. En cuanto a ¿Qué significa “guardar el templo”?,
tenemos que mirar ¿Qué templo debe guardarse? y ¿De qué y porque debemos
guardarlo?, así que es imposible no concatenar todas estas preguntas, ya que
una respuesta va inmersa en las otras.
Para comenzar entonces, acordemos que el templo físico, en el cual trabajamos los masones, no es más que una representación o una recreación del verdadero templo, que somos nosotros mismos.
La
diferencia es, en todo caso, que en el templo físico en el que trabajamos
representa el cuerpo físico de un ente colectivo que formamos todos los que
estamos en la tenida. Así pues, dicho en pocas palabras, el guarda templo cuida
que no entre al templo físico nadie que no pertenezca o este invitado a
integrar el ente que se forma en tenida.
La base de la formación del ente al que me refiero, está en la kabalah, que
como sabemos es la configuración que se adopta en el templo. Cargos y funciones
en logia no son más que representación de las sefirot del árbol de la vida
sobre la cual está basado el estudio de la kabalah, y cuya función trascendente
es representar un combate, pero no un combate físico, sino un combate que forma
parte de una guerra de argumentos que se presenta entre las diferentes actores
de la recreación y sus diferentes visiones. Sin embargo, y más allá de esto, la
representación del rito es un ejercicio de escape que usando la razón nos
distrae y nos permite salir de la misma, a través de los dialogo establecidos.
En
todo caso, este ente así formado, siendo un ente ideal debería estar libre de vicios
y lleno de virtudes, por lo que la misión del guarda templo es aislar el templo
donde nos recreamos, de la entrada de esos vicios, que deben quedar fuera. Así
pues, la indiscreción profana, no es más que los vicios extraños a un ente puro
y divino, emanado directamente de la luz, como debería ser el que se forma en
la tenida. Los tiranos y la tiranía sobre la cual, debe el masón combatir en
toda circunstancia, son justamente los vicios y todo lo que ellos traen
consigo. Esta allí la importancia y la trascendencia del Guarda Templo en la
logia.
Pero es irremediable que la pregunta surja, ¿Cómo puede el Guarda Templo, hacer este trabajo?
Es
aquí donde adquiere su trascendencia mayor la teoría del espejo; en la que
siendo incapaces de mirarnos a nosotros mismos, reconocemos en otros, lo que
está dentro de nosotros; por lo que, el Guarda Templo está obligado por su
función, a dejar fuera del templo de la recreación sus propios vicios, a fin de
que los hermanos al entrar no puedan reconocer en él vicio alguno y por ende no
reconozcan en ellos otra cosa que virtudes. Difícil trabajo, si no imposible el
del Guarda Templo, ya que como reza el texto bíblico, quien esté libre de
pecado, que lance la primera piedra.
La
justificación de lo que aquí planteo, está precisamente en la misma teoría del
espejo, pues el espejo directo del Guarda Templo es justamente el Venerable
Maestro y no otro, mismo que representa la luz en el taller. Así que nuestro
Guarda Templo se encuentra en la oscuridad y es por ello que su espada es una
verdadera arma, que le permite entablar combate real contra los vicios que en
el puedan habitar, más aún estando solo, abandonado en el malkuth, en el reino
propiamente dicho, está en la materia, quizá el campo de batalla más cruento.
El Guarda Templo, en nuestra logia es el hombre solo, caído, expulsado del
paraíso por sus vicios y que se encuentra ahora luchando solo por volver a
este, pero a diferencia de los demás, si se ha hecho conciencia, reconoce que
habiendo estado en el paraíso, fue expulsado de este debido a los errores
cometidos, debido a los vicios, que inevitablemente habitan en el, justamente
por ser el mismo una imagen de la divinidad y no esta en sí misma.
Lo
antes expuesto ya deja al lector intuir, si es acucioso, que el cargo de Guarda
Templo debe ser ocupado, solo después de haber sido Venerable Maestro; e
incluso, me atrevo a decir que, inmediatamente después de cumplido este honroso
cargo, para que haya el efecto adecuado en la psiquis del hombre, de haber sido
expulsado del paraíso, por sus errores, puesto que habiendo osado ser la luz
del taller, después de su ejercicio y su mejor esfuerzo, con intención sana y
desinteresada por serlo, se ha dado cuenta de que no ha podido hacerlo, pues
todos somos iguales, somos simples hombres.
Puede así ser consciente del trabajo que se avecina siendo Guarda Templo, consciente de su minusvalía ante la luz, pero en lucha constante por acercarse a esta.
No
en balde el principio hermético que señala “conócete a ti mismo”. El Guarda Templo es
pues, un hombre que habiendo sido osado, al punto de pretender ser la luz del
taller, ahora conociéndose a sí mismo, ha notado que sus vicios no le permiten
tal osadía y regresa al reino, vale decir, a la tierra a hacer su trabajo de
rectificación, ahora conociéndose un poco más, para intentar hacerse digno de
volver a entrar en el paraíso perdido.
Queda
aquí la duda de que el hombre adámico original fue expulsado, y el cargo de
Guarda Templo, por el contrario, no es producto de una expulsión o castigo. Sin
embargo, si se ha hecho el trabajo bien; si realmente hemos tratado de
conocernos a nosotros mismos, veremos que esa salida del paraíso de forma
voluntaria, es de hecho, un reconocimiento de la propia minusvalía, frente a la
osada pretensión de haber querido ser la luz del taller. Recordemos a este
punto que el trabajo es de carácter voluntario y simbólico, con lo cual todo lo
que hacemos es una simple emulación, que nos permite jugar una carambola a la
razón y dejar que fluya lo que está en nosotros, para que pueda ser visto y
deje de estar oculto a nuestros ojos.
Un
guarda templo, es entonces un oficial que nos resguarda de la indiscreción de
los profanos, pero más aun cada uno de los oficiales en logia es un Guarda
Templo, pero cada uno de un aspecto diferente, que sumado a los demás configura
el ente colectivo que se gesta en la tenida. Así, el maestro de ceremonia, es
un guarda templo de la ceremonia, un diacono es un guarda templo de la palabra
sagrada que le es confiada, un tesorero, es guarda templo de los activos de la
logia, un hospitalario es guarda templo del bienestar de los Q:.H:., un secretario,
guarda templo de la historia, un orador, guarda templo de las leyes y la oratoria,
y así como ellos, cada uno de los oficiales en logia son guardas de sus
respectivos templos, manifestados en el ejercicio de sus funciones.
Nicolás
Quiles
M:.M:.P:.M:.
R:.H:.R:. A:.C:.L:.G:.L:.R:.B:.V:.(2011-2013)
V:.M:.
Res:.Ben:. y Cen:. Logia “Estrella de Occidente” No. 50 (2011-2012)
Fuente: https://www.diariomasonico.com/planchas/guarda-templo-mason
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