… A finales de la década de los 40 se marchó a Venezuela, donde fue responsable de la agrupación de socialistas españoles y uno de los fundadores de la logia Libertad Española; allí obtuvo el grado 33, el grado más alto que un masón puede alcanzar en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado…
Entre las 80.000 fichas de supuestos
masones confeccionadas por el servicio de Recuperación de Documentos,
creado por Francisco Franco durante la guerra civil española
(1936-1939), aparece un dossier a nombre de Juan Tundidor, ex secretario
general de las Juventudes Socialistas de Valencia y antiguo responsable
del partido socialista español en el exilio venezolano.
La represión franquista antimasónica se saldó
con 32.000 procesos y 12.000 víctimas
con 32.000 procesos y 12.000 víctimas
Fallecido el pasado 8 de febrero (2006),
Tundidor era hijo de una abulense y de un madrileño. Nació en Buenos
Aires en 1911 y cuando apenas tenía dos años su familia regresó a España
y se instaló en Valencia, donde él permanecería hasta 1939. Su
iniciación en el mundo de la masonería tuvo lugar el 2 de mayo de 1937,
cuando pasó a formar parte de la logia Federación Valentina nº 2, el más
importante de los talleres valencianos, del cual su padre, Ernesto
Tundidor, era uno de sus principales dirigentes.
“La masonería y otras asociaciones
clandestinas son declaradas contrarias a la ley. Todo activista que
permanezca en ellas será considerado como reo del crimen de rebelión”,
se puede leer en un decreto fechado el 15 de septiembre de 1936 y
firmado por Franco. Se trata de una de las primeras manifestaciones de
la saña y el empeño persecutorio que demostraría posteriormente el
dictador para acabar con esta congregación. El 21 de diciembre de 1938,
Franco decretó que todas las inscripciones o símbolos de carácter
masónico fueran eliminados de todos los cementerios en el plazo de dos
meses. Pero la principal ley antimasónica, la Ley para la Represión de
la Masonería y el Comunismo, llegaría el 1 de marzo de 1940 y se
nutriría de los archivos del servicio de Recuperación de Documentación.
Según aseguró el gran maestro de la Gran
Logia de España, Josep Corominas, el balance de la represión
antimasónica se saldó con 32.000 procesos y 12.000 víctimas entre
ejecuciones, encarcelamientos y exilios. Fue el exilio, precisamente, la
vía que seguiría Tundidor y que le conduciría a Francia.
Su partida tuvo lugar en marzo de 1939,
poco después de la celebración de un consejo del Partido Socialista
valenciano convocado ante la inminente caída de Valencia a manos de los
golpistas. En esta reunión, según el testimonio indirecto de Sampedro,
que mantuvo diversos encuentros con Tundidor, presente en el acto, se
habló de dos temas de suma importancia en aquellos momentos: el futuro
del partido socialista valenciano y la necesidad de hacer desaparecer la
información relativa a las logias para proteger a algunos compañeros.
“Hay que tener en cuenta que la masonería en España ha sido
tradicionalmente progresista. Durante la II República, al menos dos
tercios de los diputados formaban parte de ella”, afirma Sampedro.
Respecto a la documentación masónica, en
aquel encuentro se decidió que el diputado de las Cortes para Valencia
Enrique Cerezo Genís se exiliara a México, donde escondió parte de estos
legajos; su muerte se llevó consigo el paradero secreto de dichos
papeles. El resto se ocultó bajo la responsabilidad de los dirigentes
socialistas Molina Conejero e Isidro Escandell, desapareciendo su rastro
al ser fusilados ambos tras la guerra. La documentación que quedó fue
llevada a Francia, pero tras la invasión nazi, la información fue
requisada y remitida a las autoridades franquistas.
Para Tundidor, Francia significó el
internamiento en el campo de concentración de Argelés, la muerte de su
primera esposa y el encuentro con la que sería su segunda mujer, además
de la reorganización del Partido Socialista fuera de las fronteras
españolas, del que llegaría a ser vocal de la Comisión Ejecutiva surgida
tras el Congreso de Toulouse en 1946. Allí, también formó parte de una
logia conocida como Reconstrucción nº687 y formada íntegramente por
españoles exiliados.
A finales de la década de los 40 se marchó a Venezuela, donde fue responsable de la agrupación de socialistas españoles y uno de los fundadores de la logia Libertad Española; allí obtuvo el grado 33, el grado más alto que un masón puede alcanzar en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Cuando en 1996 regresó a Valencia, las
logias ya gozaban de absoluta legalidad gracias a la revocación por
parte de la Audiencia Nacional en 1979 de una resolución ministerial que
prohibía este tipo de organizaciones. “Entonces, él se convierte en un
referente, un garante de la tradición masónica en Valencia”, apunta
Sampedro.
Tras más de 30 años de democracia, la
leyenda negra que envolvía la masonería aún continúa dañando la imagen
de la obediencia, según Corominas. Para él, “40 años de franquismo
hicieron demasiado daño a la obediencia”.
A excepción de la moción de desagravio
relativa a este colectivo y aprobada en el parlamento catalán el 25 de
abril de 2001, los 3.000 masones con los que hoy cuenta la congregación
en España siguen esperando que se les devuelva el honor y el patrimonio
que el franquismo les arrebató.
“Gente de la talla de Tundidor pone de
manifiesto la necesidad de recuperar la memoria histórica para que se
reconozca la impiadosa persecución a la que los masones fueron
sometidos”, concluye Corominas.
-http://elpais.com/diario/2006/03/18/cvalenciana/1142713097_850215.html
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