Publicadas el 17 ENERO 1723 e.·. v.·.
I.- LO QUE SE REFIERE A DIOS Y A LA RELIGIÓN
El Masón está obligado, por vocación, a practicar la moral y si
comprende sus deberes, nunca se convertirá en un estúpido ateo, ni en un
hombre inmoral. Aún cuando en los tiempos antiguos los masones estaban
obligados a practicar la religión que se observaba en los países donde
habitaban, hoy se ha creído más oportuno, no imponerle otra religión que
aquella en que todos los hombres están de acuerdo, y dejarles completa
libertad respecto a sus opiniones personales. Esta religión consiste en
ser hombre buenos y leales, es decir, hombres de honor y de probidad,
cualquiera que sea la diferencia de sus nombres o de sus convicciones.
De este modo la Masonería se convertirá en un centro de unidad y es el
medio de establecer relaciones amistosas entre gentes que, fuera de
ella, hubieran permanecido separados entre sí.
El masón, debe ser una persona tranquila, sometida a las leyes del
país donde esté establecido y no debe tomar parte ni dejarse arrastrar
en los motines o conspiraciones fraguadas contra la paz y contra la
prosperidad del pueblo, ni mostrarse rebelde a la autoridad inferior,
porque la guerra, la efusión de la sangre y los trastornos, han sido
siempre funestos para la Masonería. Así es que en la antigüedad, los
reyes y los príncipes se mostraron muy bien dispuestos para con la
sociedad, por la sumisión y la fidelidad de que los masones dieron
constantemente pruebas en el cumplimiento de sus deberes de ciudadano y
en su firmeza para oponer su conducta digna a las calumnias y
acusaciones de sus adversarios; esos mismos reyes y príncipes no se
desdeñaron de proteger a los miembros de la corporación y de defender el
honor de la misma que siempre prosperó en los tiempos de paz. Siguiendo
esas doctrinas, si algún hermano se convertía en perturbador del orden
público, ninguno debía ayudarle en la realización de sus propósitos y
por el contrario, debía ser comparecido como un ser desgraciado. Pero
por este sólo hecho y aún cuando la cofradía condenase su rebelión para
evitarse el dar al gobierno motivo alguno de sospecha o de descontento,
siempre que el rebelde no pudiese ser censurado de otro crimen, no podía
ser excluido de la Logia, permaneciendo inviolables sus relaciones con
ésta Logia y los derechos de que como masón gozaba.
III.-DE LAS LOGIAS
La logia es el lugar donde los masones se reúnen para trabajar, y por
extensión se da este nombre a toda asamblea de masones constituida;
todos los hermanos deben formar parte de una logia y someterse a sus
reglamentos particulares y a las ordenanzas generales.
Las Logias son particulares o Generales y el mejor medio de
distinguirlas en estos dos distintos caracteres es visitarles y estudiar
los actuales reglamentos de las Logias Generales o Grandes Logias.
Antiguamente los maestros y los miembros de éstas Logias, no podían
ausentarse, ni dejar de asistir a sus sesiones, cuando eran invitados,
sin incurrir en un castigo severo, a menos que hicieren conocer a los
maestros y a los inspectores, las causas que les habían impedido cumplir
con este deber.
Las personas que querían ser admitidas en calidad de miembros de las
Logias, debían ser hombres buenos y leales, libres de nacimiento, de
edad madura y razonable y de buena reputación; estaba prohibido admitir
en la Masonería, esclavos, mujeres y hombres inmorales, cuya conducta
fuera motivo de escándalo.
IV.- DE LOS MAESTROS, INSPECTORES, COMPAÑEROS Y APRENDICES
Entre los Masones, las preferencias no pueden fundarse
exclusivamente, en el verdadero mérito personal, se debe cuidar con
especial atención de que los propietarios que disponen las
construcciones, serán servidos a su completa satisfacción; debe
procurarse que los hermanos no tengan porque avergonzarse de sus obras
de que la Real Asociación, no pierda la consideración de que goza. Por
esta razón, los maestros e inspectores deben ser elegidos teniendo en
cuenta más que su edad, sus méritos personales. Es imposible tratar
todas estas cosas por escrito. Cada hermano debe estar en su lugar y
aprender éstos principios según el método adoptado en cada cofradía;
debe, sin embargo, tenerse en cuenta por los aspirantes que ningún
maestro puede aceptar un aprendiz, si este no le presenta suficientes
obras, si no es un joven perfecto, sin deformidad física alguna y sin
defecto que le haga incapaz de instruirse en su arte, de servir a su
maestro y de llegar a ser a su vez un hermano y maestro, cuando haya
transcurrido el tiempo de su aprendizaje.
Debe ser también, hijo de padres honrados, para que si posee otras
cualidades, pueda llegar a obtener el puesto de inspector, de maestro de
una Logia, de Gran Inspector y de Gran Maestro de todas las Logias,
según su mérito y virtudes.
Los Inspectores han de ser miembros de la corporación y los maestros
han debido desempeñar antes el cargo de Inspector. Los Grandes
Inspectores han de haber sido maestro de Logia, y en fin, para ocupar el
puesto de Gran Maestro ha de poseerse el carácter perfecto de Masón.
El Gran Maestro debe ser noble de nacimiento, o bien ocupar una
posición excepcional, de una educación perfecta, o bien un sabio
distinguido, un arquitecto hábil, un hábil hijo de padres honrados, y
además, las Logias deben reconocer en él un mérito real, y para que
pueda llenar los deberes de su cargo de un modo más perfecto, se le
autoriza para designar y nombrar un diputado que debe ser o haber sido
maestro de una Logia Particular; el Diputado Gran Maestro, tiene el
deber de realizar todos los actos que son de la competencia del Gran
Maestro, su superior, en las ausencias de éste o por su delegado.
Todos los hermanos están obligados a prestar obediencia a todas estas
ordenanzas y a todos los gobernantes superiores y subalternos de la
Antigua Logia, en sus diversos empleos, con arreglo a las antiguas leyes
y reglamentos, y ejecutar las órdenes con respeto, afecto y actividad.
V.- DEL REGLAMENTO DE LA CORPORACIÓN DURANTE EL TRABAJO
Durante los días laborables, todos los masones deben trabajar
lealmente, para que puedan disfrutar mejor del dia de fiesta; el
compañero de más conocimientos y experiencia, debe ser elegido en
calidad de maestro o superintendente de los trabajos de construcción
dispuestos por el propietario, y los que trabajan bajo sus órdenes deben
llamarle maestro. Los Compañeros deben evitar toda inconveniencia
deshonesta y el darse nombres poco decentes, se titularán mutuamente
Hermanos o Compañeros y conducirse cortésmente, tanto dentro como fuera
de la Logia.
El Maestro, debe emprender los trabajos del propietario en las
condiciones más justas y equitativas, y emplear lo que a éste
pertenezca, como si se tratase de sus propios bienes; y no dar a cada
aprendiz o compañero más salario que el que realmente merezca. Maestros y
masones, todos deben ser fieles al propietario que los ocupe y les paga
religiosamente su salario, y ejecutar sus trabajos a conciencia, bien
trabajes o jornal o a destajo.
Ningún hermano debe mostrarse celoso de la prosperidad de otro, ni atormentarlo o procurar separarlo de su trabajo cuando es capaz de ejecutarlo, porque ninguno puede terminar un trabajo empezado por otro en condiciones tan ventajosas como el que lo empezó, a no poseer un conocimiento profundo de los planos y dibujos de la construcción.
Ningún hermano debe mostrarse celoso de la prosperidad de otro, ni atormentarlo o procurar separarlo de su trabajo cuando es capaz de ejecutarlo, porque ninguno puede terminar un trabajo empezado por otro en condiciones tan ventajosas como el que lo empezó, a no poseer un conocimiento profundo de los planos y dibujos de la construcción.
Si un Inspector de los trabajos, se elige entre los compañeros, debe
ser fiel al maestro y a los compañeros; en ausencia del maestro, velará
cuidadosamente, en interés del propietario, por la buena ejecución de
los trabajos, y sus hermanos deben obedecerle.
Todos los masones recibirán su salario con reconocimiento, sin murmuraciones ni observaciones y no abandonarán a su maestro hasta que la obra termine. Debe enseñarse la obra a los hermanos jóvenes, para que aprendan a emplear bien los materiales y para que por medio de esta fraternal enseñanza se consolide entre ellos la más estrecha amistad; todos los útiles empleados para los trabajos, deben ser aprobados por la Gran Logia.
Todos los masones recibirán su salario con reconocimiento, sin murmuraciones ni observaciones y no abandonarán a su maestro hasta que la obra termine. Debe enseñarse la obra a los hermanos jóvenes, para que aprendan a emplear bien los materiales y para que por medio de esta fraternal enseñanza se consolide entre ellos la más estrecha amistad; todos los útiles empleados para los trabajos, deben ser aprobados por la Gran Logia.
En los trabajos exclusivos de la Masonería, no debe emplearse ningún
jornalero y los mismos maestros, no deben trabajar sino con sus
compañeros, a no ser que a ello obligue una apremiante necesidad;
tampoco podrán comunicarse sus enseñanzas a los obreros que no
pertenezcan a la sociedad.
VI.- DE LA CONDUCTA
En la Logia Organizada:
No se debe instruir comisión particular alguna, ni entablar
negociación sin haber obtenido la autorización del maestro; no debe
tratarse ninguna cuestión inoportuna o inconveniente; ni interrumpir la
palabra del maestro o de los inspectores o de cualquier hermano que
sostenga diálogo con el maestro. Tampoco deben emplearse frases jocosas
mientras la Logia se ocupe de asuntos serios, ni usar en caso alguno
lenguaje poco honesto, y en todas las ocasiones debe darse al maestro, a
los inspectores y compañeros, el término del respeto que merecen, y que
todos les deben.
Si se presenta una queja contra un hermano, el culpable debe
someterse al juicio y a la decisión de la Logia, que es el tribunal
real, a menos que corresponda su conocimiento a la Gran Logia. En tales
casos debe cuidarse de que no interrumpan por estas causas los trabajos
del propietario, y si llegase a ocurrir una suspensión forzosa, debe
tomarse una decisión con arreglo a las circunstancias. Tampoco debe
recurrirse a los tribunales de justicia para ventilar asuntos de la
Masonería, a no ser que la Gran Logia reconozca y declare ser de
indispensable necesidad.
Conducta que debe observarse cuando la Logia este cerrada, pero estando aún reunidos los hermanos.
Los hermanos pueden dedicarse a placeres inocentes, y regulares,
mutuamente según los medios de cada cual, pero procurando evitar los
excesos de todo género, sobre todo en la mesa. también deben abstenerse
de decir y de hacer cosa alguna que pudiere herir o romper la buena
armonía que entre todos debe reinar siempre; por ésta razón, no deben
llevarse a éstas reuniones, odios privados sin motivo alguno de
discordia y sobre todo, deben evitarse en absoluto las discusiones sobre
religión y política, sobre nacionalidad, puesto que los masones, como
antes hemos dicho, no profesan otra religión que la universal, y que
pertenecen a todos los pueblos, a todas las lenguas, y son enemigos de
toda empresa contra el gobierno constituido; la falta de observancia de
éstos preceptos, han sido y serán siempre funestos para la prosperidad
de las Logias.
En todo tiempo, la observancia de éste artículo del reglamento, se ha
impuesto con gran severidad, y más especialmente después de la reforma
de la Iglesia anglicana, cuando el pueblo inglés se retiró y separó de
la comunidad de la Iglesia Romana.
Reglas de conducta, cuando los hermanos se encuentran fuera de la Logia y sin la presencia de extraños.
Deben saludarse amistosamente, y según está dispuesto, darse el
nombre de hermanos, comunicarse recíprocamente las noticias que puedan
serles útiles, teniendo cuidado de no ser observados ni oídos; deben
evitar toda pretensión de elevarse sobre los demás, y dar a cada uno la
manifestación de respeto que se otorgarían a cualquiera que no fuese
masón; porque aún cuando todos los masones en calidad de hermanos están
en la misma altura, la Masonería no despoja a nadie de los honores de
que goza antes de ser masón, antes por el contrario, aumenta éstos
honores, principalmente cuando se ha merecido por el bien de la
cofradía, que debe honrar a aquellos que son acreedores, y anatematizar
las malas costumbres.
Conducta que debe observarse delante de los que no son masones.
Deben los masones ser circunspectos en las palabras y sus obras, a
fin de que los extraños, aún los más observadores, no puedan descubrir
los que no es oportuno que aprendan; algunas veces debe aprovecharse el
giro que toma la conversación, para hacer recaer ésta en la cofradía, y
hacer con tal motivo su elogio.
Reglas de conducta que deben observarse por los masones en su propia casa y entre sus vecinos.
Los masones deben conducirse como conviene a un hombre prudente y
moral, y no ocuparse de los asuntos de la logia con la familia, con los
vecinos, con los amigos; y no perder de vista, en ningún caso, que el
honor propio y el de la cofradía están unidos; esto, por razones que no
podemos exponer aquí, no debe descuidarse los propios intereses,
permaneciendo ausente desu casa después de las horas de la logia;
evítense igualmente la embriaguez y las malas costumbres, para que no se
vean abandonadas las propias familias, ni privadas de aquello que
tienen derecho a esperar de los masones, y para que éstos no se vean
imposibilitados para el trabajo.
Conducta que debe observarse con un hermano extranjero.
Es preciso preguntarle con precaución y del modo que la prudencia os
aconseje, a fin de evitar el que, bajo falsas apariencias, seáis
engañados, rechazadle con desprecio y tened cuidado de no hacer ningún
signo de reconocimiento.
Pero si descubrís que es un verdadero hermano, debéis tratarlo como
tal, y si tiene necesidad, debéis procurarle socorro o indicarle los
medios de obtener esos socorros. Debe procurársele algunos días de
trabajo, para que pueda instalarse; de todos modos no estáis obligados a
hacer por él más de lo que vuestros recursos os permitan, debiendo tan
sólo preferir a un hermano pobre que sea un hombre honrado, a otra
cualquiera persona que se encuentre en iguales condiciones.
En fin, debéis conformaros a todas estas prescripciones, así como a
cuantas se os comuniquen por otro conducto; debéis practicar la caridad
fraternal, que es la piedra fundamental la llave, el cimiento y la
gloria de nuestra cofradía; debéis evitar toda querelle, toda discordia,
todo propósito calumnioso, toda maledicencia; no permitir que en
vuestra presencia se ataque la reputación de un hermano respetable, en
tal caso defenderlo para prestarle este servicio en tanto que lo
permitan vuestro honor y vuestros intereses; y si algún hermano os
perjudica de cualquier modo, debéis llevar vuestra queja a vuestra logia
o a la de dicho hermano, apelando si es preciso a la Gran Logia en la
asamblea trimestral, y en último término a la asamblea anual, según la
buena y antigua costumbre observada por nuestros antepasados en todos
los países.
No debéis intentar proceso alguno, a menos que el caso no pueda
resolverse de otra forma, y debéis acoger con deferencia los consejos
amistosos del maestro y de vuestros compañeros, si tratan de evitaros
que comparezcáis en juicio delante de extraños; en todo caso, debéis
procurar presentar todos los medios para facilitar la acción de la
justicia, a fin de que podáis ocuparos con toda tranquilidad de los
asuntos de la cofradía.
En cuanto a los hermanos y compañeros que tengan entre sí algunas
diferencias, los maestros y los hermanos pedirán consejo a los hermanos
que conozcan el derecho, para proponer un arreglo amistoso, que las
partes en litigio aceptarán con reconocimiento. Si éstos medios
produjesen resalto, se aceptará sin demora el entrar en el pleito; pero
reprimiendo toda animosidad, toda cólera, absteniéndose de hacer o de
decir cosa alguna que pueda lastimar la caridad fraternal o interrumpir
la reciprocidad de las buenas relaciones, con objeto de que todos
sientan la influencia bienhechora de la Masonería. De este modo han
obrado siempre, desde el principio del mundo, todos los buenos y fieles
masones y así obrarán los que nos sucedan en el porvenir.
LAS MODIFICACIONES DE 1738 Y 1813
El artículo primero de las Constituciones de Anderson (1723):
Un Masón está obligado por su título a obedecer la Ley moral y si
comprende bien el Arte, no será jamás un ateo estúpido, ni un libertino
irreligioso. Sin embargo, en los tiempos antiguos los Masones fueron
inducidos en cada país a pertenecer a la religión de ese País o de
aquella Nación, cualquiera fuese, no obstante, se le considera ahora
como aceptable de someterlo a la Religión que todos los hombres aceptan,
dejando a cada uno su particular opinión, y que consiste en ser hombres
buenos y leales u hombres de honor y de probidad, cualesquiera fuesen
las denominaciones o creencias que pudiesen distinguirlos; de este modo,
la Masonería deviene el centro de unión y el medio de anudar una
verdadera amistad entre personas que hubiesen debido permanecer
perpetuamente alejadas entre sí.
El texto de 1738
(Este texto se modificó con motivo de la transformación de la Gran Logia de Londres en Gran Logia de Inglaterra):
(Este texto se modificó con motivo de la transformación de la Gran Logia de Londres en Gran Logia de Inglaterra):
Un masón está obligado por su título obedecer a la ley moral en tanto
que verdadero noaquitay si comprende bien la profesión, él no será
nunca un ateo estúpido, ni un libertino irreligioso ni actuará en contra
de su conciencia. En los tiempos antiguos, los masones cristianos eran
llamados a actuar de acuerdo con las costumbres cristianas de cada país
donde ellos viajaban. Pero la masonería existente en todas las naciones,
aun de religiones diversas, lleva a que los masones adhieran a la
religión según la cual todos los hombres están de acuerdo (dejando a
cada hermano sus propias opiniones), es decir, ser hombres de bien y
leales, hombres de honor y de probidad, cualquiera sean los nombres,
religiones o confesiones que ayuden a distinguirlos: pues todos se
articulan sobre los tres artículos de Noé suficientes para preservar el
fundamento de la Logia. De este modo la Masonería es el centro de la
unión y el feliz medio de unir a las personas, quienes, de otro modo,
habrían permanecido perpetuamente desconocidas entre sí
El texto de 1813:
(Como fin de la larga división entre las “Antiguas” y las “Modernas”, las dos corrientes se reunifican formando la actual Gran Logia Unida de Inglaterra que incluye el siguiente texto en sus nuevas constituciones:)
(Como fin de la larga división entre las “Antiguas” y las “Modernas”, las dos corrientes se reunifican formando la actual Gran Logia Unida de Inglaterra que incluye el siguiente texto en sus nuevas constituciones:)
En lo que respecta a Dios y la Religión: un masón está obligado, por
su título, a obedecer la ley moral y si comprende bien el Arte, él no
será jamás un ateo estúpido ni un libertino irreligioso. De todos los
hombres, él debe comprender mejor que Dios ve de otra manera que el
hombre, pues el hombre ve la apariencia externa, en tanto que Dios ve el
corazón. Un masón está, en consecuencia, restringido a no actuar nunca
en contra de los mandatos de su conciencia.
Cualquiera sea la religión del hombre o su manera de adorar, no está
excluido del Orden, considerando que él cree en el glorioso arquitecto
del cielo y de la tierra y que él practica los deberes sagrados de la
moral. Los masones se unen a los hombres virtuosos de todas las
creencias en el lazo sólido y agradable del amor fraternal, que les
enseña a ver los errores de la humanidad con compasión y a esforzarse
por la pureza de su propia conducta, de demostrar la alta superioridad
de la fe particular que ellos profesen.
Fuente: http://gle.org/constituciones-de-anderson/
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