Los Templos en donde
trabajan las Logias están constituidos por espacios en donde la energía
discurre con normalidad; es por eso que se señala en el ritual del
Primer Grado que la forma de la Logia es un paralelepípedo, diseccionado
de Este a Oeste en longitud, de Norte a Sur en latitud y en profundidad
desde el firmamento hasta el centro de la tierra.
Esta figura geométrica
se divide en planos, desde los cuales la energía pasa de lo material a
lo espiritual y recorre las Columnas llenando de la luz de la verdad a
los Hermanos que las adornan.
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