Una de las preguntas que más me gustan del ritual la
efectúa el Venerable al Primer Vigilante:
«- ¿Están los obreros contentos y satisfechos?
- Así lo parecen en ambas columnas, Venerable Maestro».
Se trata de una pregunta sencilla, pero
absolutamente necesaria, ya que ningún ritual puede terminarse sin la plena
satisfacción de sus componentes.
La satisfacción indica que los trabajos han
resultado provechosos. El aprendizaje a extraer de esta enseñanza ritual es que
cada día deberíamos estar contentos de haber desarrollado nuestro trabajo, o
por lo menos una parte de él, de forma satisfactoria.
Busquemos entre las acciones realizadas durante la
jornada aquella de la cual nos sentimos más complacidos y dediquemos unos
minutos a reflexionar sobre las que han resultado poco provechosas.
Ese es el verdadero salario de un Más.: tanto en los trabajos como en la recreación. La satisfacción del deber cumplido, para consigo, para con sus semejantes y para con Dios.
ResponderBorrarHacer el bien, sólo por hacerlo, sin la esperanza blanda de un beneficio posterior...