Un cráneo de serpiente de 90 millones de años
está dando a los investigadores pistas vitales acerca de cómo estos
animales perdieron sus extremidades. Los análisis han descubierto que
las serpientes perdieron sus patas cuando sus antepasados evolucionaron
para vivir y cazar en madrigueras, y no para poder vivir en el mar, como
se sugirió anteriormente. Los investigadores llegaron a esta conclusión
estudiando el oído interno: "Los oídos internos de los fósiles pueden
revelar una cantidad notable de información muy útil cuando el exterior
está demasiado dañado para ser examinado", explica Hongyu Yi, uno de los
investigadores. El estudio ha sido publicado en la revista científica
Science Advances.
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