Proverbio egipcio

“El reino de los cielos está dentro de ti; aquel que logre conocerse a sí mismo, lo encontrará” Proverbio egipcio

domingo, 4 de octubre de 2015

Borja Olaizola: Los santos inocentes

1. Una niña sostiene una paloma que vende para su sacrificio en los rituales de santería de La Habana. 2. Una vidente entra en trance con la ayuda de su marido para adivinar el futuro.  3. Marcas pintadas en los pies de la vidente a modo de estigmas. Las ceremonias se celebran en casas particulares.  4. La bruja Mayra durante un ritual con una joven cubana que busca una solución a sus problemas.
Nada más ajeno al colorista reparto de espectros, dioses, espíritus y almas en trance que pueblan el universo de la santería que el materialismo histórico en el que se han educado generaciones de cubanos desde el triunfo de la Revolución. Eso explica en parte que el culto sea hoy residual y que sus seguidores apenas tengan influencia, por mucho que las imágenes asociadas a sus prácticas sigan llamando poderosamente la atención de todos aquellos que visitan la isla. «La santería es un fenómeno marginal en la sociedad cubana contemporánea», sentencia Ignacio Uría, autor del libro 'Iglesia y Revolución en Cuba'.

Uría, que es profesor de la Universidad de Navarra e investigador del Proyecto Cuba Siglo XXI de la Universidad de Georgetown, reconoce que el culto llegó a tener cierto arraigo entre las clases más humildes, sobre todo gracias a su asociación con el catolicismo, la religión dominante cuando la isla pertenecía a España. «Pero a medida que la población se iba trasladando a las ciudades y la escolarización se generalizaba, la santería fue perdiendo terreno hasta quedar reducida a lo que es hoy, una práctica pintoresca que solo perdura entra la población menos formada de las áreas rurales».
Los rituales asociados a la santería siempre han despertado curiosidad y cierto morbo. Los sacrificios de animales, las danzas convulsas, la ingesta de aguardientes diversos y la profusa imaginería que hay alrededor del culto, con talismanes, amuletos y fetiches de todo signo, conforman un universo espiritual muy atractivo a ojos de occidentales en busca de experiencias más o menos insólitas. «La santería -explica el profesor Uría- surge de la mezcla de la religión que los esclavos trajeron de África con el catolicismo. Ellos adaptaron sus divinidades a las del rito católico, que al fin y al cabo era el único autorizado por la Corona cuando Cuba formaba parte de España. A una diosa de la fertilidad la identificaron con la Virgen, a un dios de la naturaleza con San Francisco y así sucesivamente, hasta conformar un santoral que les permitía participar del culto católico manteniendo la adoración hacia sus dioses».
La administración colonial y la jerarquía eclesiástica hicieron la vista gorda ante el fenómeno. «Sabían de esa realidad, pero no la consideraban una amenaza porque al fin y al cabo representaba un consuelo en la vida de los esclavos y, además, creían que algo del catolicismo se les pegaría de tanto pisar la iglesia y asistir a misa». La santería, en efecto, se impregnó también de elementos del cristianismo e incluso absorbió influencias de la masonería que llegó a América desde el viejo continente. «Se conformó una corriente espiritual que tiene algunos elementos en común con otros cultos que sobreviven en las Antillas, pero es genuinamente cubana», resume el autor de 'Iglesia y Revolución en Cuba'.
Muchos de los practicantes de la santería se sienten también católicos y han acogido con expectación la visita que el Papa Francisco realiza desde ayer a la isla. El programa del Pontífice es tan apretado y tiene tal proyección política que no contempla ningún gesto oficial hacia los seguidores del culto. Los santeros, sin embargo, no descartan que rompa el protocolo. «Francisco está haciendo muchos cambios favorables para la humanidad, entonces nos daría mucho placer y mucho orgullo hacerle una actividad», dice José Manuel Pérez Andino, presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba y sacerdote santero. Los yorubas son un grupo étnico con gran presencia en África occidental, en especial en lo que hoy es territorio nigeriano. Fue en esa zona donde los barcos negreros que abastecían de esclavos a las plantaciones americanas realizaron sus mayores capturas, lo que explica que su religión y su cultura llegasen a la otra orilla del Atlántico.
Adivinos y curanderos
En la santería prevalecen prácticas de la espiritualidad más primitiva, entre ellas la adivinación del futuro o la sanación de enfermedades. También las promesas de resolución de problemas en asuntos de amor o de trabajo. «Es una espiritualidad humilde en la que los elementos naturales, por ejemplo el agua, tienen un gran protagonismo. Como en la naturaleza conviven los espíritus benignos y los malignos, la santería persigue a través de sus ritos ahuyentar a los malos y atraer a los buenos». Tiene algunos rasgos en común con el vudú que se practica en Haití, pero también una diferencia fundamental: «La santería, al contrario que el vudú, no es una espiritualidad de dominación».
La influencia de la Revolución no ha acabado con la dimensión espiritual de los cubanos pero sí la ha dejado bajo mínimos. Se calcula que el 60% de los habitantes de la isla ha recibido el bautismo, pero solo un 2% de ellos es practicante y acude a la misa dominical. En el país hay 305 parroquias, 357 sacerdotes y unos 776 religiosos, 585 mujeres y 191 hombres, pertenecientes a 96 comunidades. De la santería, que ni está organizada ni tiene sedes (sus ceremonias se celebran en casas particulares), no consta cifra alguna. No hay que dar pistas a los malos espíritus.

 Fuente: http://www.hoy.es/sociedad/201509/20/santos-inocentes-20150920001826-v.html

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