Cubiertos por el enigma, especulaciones y falsas concepciones, es
como la masonería de todo el mundo ha vivido en los últimos años, sus
acciones son fruto de la curiosidad y los señalamientos.
Oaxaca en la masonería
Los inicios de la masonería en Oaxaca se dieron en el siglo XIX, con
la implementación de “El esfuerzo de la virtud” en 1882 del rito
Yorkino, donde se inició Benito Juárez, uno de sus grandes maestros fue
Antonio de León.
Desde entonces, generaciones enteras han permanecido en esta
organización de misteriosos matices. Uno de los masones más notables es
Efraín Morales Sánchez, exgran maestro de la Gran Logia Benito Juárez
García Libres y Aceptados Masones del Estado de Oaxaca, en entrevista
cuenta lo que significa pertenecer a una de las asociaciones más
sobresalientes desde la Revolución Francesa.
Enaltecer el espíritu, verdadero significado de ser masón
En palabras del maestros Morales, un masón debe ser una persona
humilde, respetuosa de la religión, la política y sus gobernantes, pero
con un gran sentido del dogma. Un masón es un liberal humanista que sabe
elegir lo bueno y lo malo para el hombre y para la sociedad.
“La institución masónica es iniciática, donde concurren
personalidades que buscan el perfeccionamiento del ser humano, donde
vamos a conocer los valores para practicar las virtudes, esto para
construir a seres humanos íntegros, responsables y comprometidos con su
ser, con la familia y con la sociedad”, menciona el maestro Morales.
Para pertenecer a la institución, se deben cubrir rigurosos requisitos, desde la edad, el padrinazgo hasta el tipo de rituales.
“Para ser iniciado en la institución se requiere de una recomendación
o de un padrino, quien es el responsable de la persona que se elige,
primero para que tenga una entrevista y ver realmente si reúne las
cualidades morales con su familia, en su trabajo y en la sociedad”,
argumenta Morales, además destaca que en caso de reunir los requisitos,
se entra a un proceso de iniciación, se hace la solicitud y
posteriormente se le dan a conocer los primeros misterios con los que
logrará ser un aprendiz de masón.
El maestro Morales considera que cualquier persona puede llegar a ser
masón, señalando dos caminos para llegar a la meta, “para ser masón hay
dos formas, una es construir nuestra vida durante toda nuestra
existencia, la otra es cuestión administrativa, en ir obteniendo ciertos
grados o ciertos títulos, sólo es una formalidad institucional, en sí
lo que se busca es construir durante toda nuestra vida a nuestro ser
para encontrar la felicidad, el entendimiento y la sabiduría de las
cosas”.
21 años es la edad ideal que los maestros masones toman en cuenta
para formar a los aprendices, ya que consideran esa etapa como adecuada
para rescatar sus virtudes y exaltar el espíritu.
El mito del poder y el ocultismo
La literatura, las películas y las supuestas conspiraciones mundiales
ubican a la masonería como asociaciones sospechosas de sus actividades,
implicando a personalidades de la literatura, el arte, la política y la
ciencia.
A los masones se les adjudica poder, dinero y sobre todo una eterna
rivalidad con la Iglesia, “hay muchos políticos que se acercan a la
institución masónica y piensan que van a resolver sus problemas
materiales, y no, ahí vamos a aprender a resolver nuestros problemas
espirituales a conocer la moral, saber cómo comportarse, darle valor a
las cosas para poder ser un hombre virtuoso” señala.
Ocultarse de la imagen pública es otro mito, al respecto Efraín
Morales responde que no es verdad, pero al mismo tiempo no es cuestión
de presunción, “un masón no es el artificio material que tiene que
exclamar que es masón, o llenarse de medallas o piense que es el elegido
o que piense que tiene el poder, un masón debe ser humilde para
entender a los demás”.
Al respecto, el maestro Morales menciona que se trata de abrir las
posibilidades a la sociedad con la finalidad de dejar de lado la
especulación, la cual ha perjudicado a la institución, “la masonería
está abierta, todo mundo puede ser un masón textual, pero, la masonería
no se abre a todos, porque quien la tiene que abrir somos nosotros en
nuestro ser, en los principios, en los valores”.
En sus inicios y por las posibilidades de la época, las mujeres no
eran aceptadas, debido a que en el siglo XIX no era bien visto
moralmente; contrariamente, hoy tienen una participación activa que las
consolida en cualquier campo de estudio. Los requerimientos a los que se
someten son los mismos que los varones, con la excepción en la
ejecución del rito lunar y para ellos el solar.
“Nosotros no vamos a la masonería a demostrar que tenemos mucho
conocimiento, tampoco vamos a demostrar que tenemos una posición
económica fuerte, que tenemos una posición política o tenemos una
jerarquía religiosa, todo eso es ajeno a la institución, hay una falsa
expectativa de muchas personas que piensan que al entrar a la masonería
van a estar en un círculo de poder y no es así, sólo van a entrar a un
entendimiento con su ser”, finaliza.
Fuente: http://imparcialoaxaca.mx/especiales/5Gm/masoner%C3%ADa-oaxaque%C3%B1a-del-mito-a-una-forma-de-vida
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