Durante las obras de El Escorial, que se alargaron cerca de 21 años, se extendió entre los peones la leyenda de que un misterioso perro negro acechaba por las noches obstaculizando las obras.
La leyenda continua incidiendo en los sucesos de la madrugada de 21 de
junio de 1577, cuando los monjes, entre los que se encontraba el padre
Villacastín, escucharon unos aullidos estremecedores. Por tal motivo la
comunidad religiosa decidió colocar un collar en el cuello del perro.
Enterado Felipe II, el monarca quiso acabar con la vida del
perro colgándolo en una de las ventanas del convento. Veintiún años
después, cuando «el rey de negro» agonizaba, preguntó al padre
Villacastín por el perro en cuestión, asegurando al religioso que había
vuelto a ver al animal. Algunos interpretaron el suceso pensando que el monarca asociaba, quizás, al perro negro con la muerte.
Fuente: http://www.abc.es/madrid/tops/20141210/abci-secretos-lorenzo-escorial-201412091322_8.html
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