Pocas filosofías se han
visto sometidas a un tratamiento tan tendencioso o parcial como la gnosis; ya
que por un lado las autoridades religiosas han manifestado una especial inquina
por desacreditar, desde hace más de 2000 años, cualquier movimiento que
escapara de la autoridad jerárquica y el gnosticismo, objetivamente, se ha
llevado el premio gordo.
Un resumen muy
simplificado y grosero, aunque no falso, de lo que se entendería por gnosis
indicaría que se trata de una filosofía donde se afirma que el creador de
nuestro cosmos era un ser perverso y malvado y por tanto hizo una creación
malvada; pero como el hombre, en el fondo de su corazón, no comparte este
carácter perverso al estar por encima del creador, cuanto antes abandone este
mundo material más feliz será puesto que volverá a un estado natural que nunca
debió abandonar.
Para los gnósticos la
creación es el mal y la obra de la divinidad perversa. El hombre
originariamente no pertenece a este mundo, pero se ha visto reducido a su
estado actual, no por sus pecados, que no existen, sino por la acción perversa
de los poderes de las tinieblas que crearon este mundo material convenciéndonos
de que era lo real, mientras que el mundo espiritual el falso. Para buscar los
orígenes del gnosticismo nos deberíamos de retrotraer al paganismo, término que
fue acuñado por los primitivos cristianos de manera insultante para referirse a
los habitantes del campo como personas primitivas y supersticiosas y que
Reitzenstein los sitúa en la mitología iraní, aunque posteriormente pasó a
Babilonia donde el mazdeísmo lo incluyó dentro de su filosofía.
“Cabe la posibilidad de
que el iranismo obtuviera este mito de la religión sumeria cuando se refiere al
descenso a este mundo de una deidad que trajo el conocimiento proveniente de
las fuentes celestiales y cuyas aguas permitieron a la humanidad librarse de la
presión carnal al cual los habían sometido los anunakis.”
También encontramos
esencia gnóstica en diferentes religiones: mitraica, egipcia o incluso griega a
través del mito de Dionisio, así como en libros sagrados como el de Enock, el
libro de los jubileos o la vida de Adán y Eva, aunque fundamentalmente su
esencia la encontramos en los escritos esenios del Qumran.
¿Pero qué es realmente
el gnosticismo? Los gnósticos afirman que todos los humanos nacemos con una
chispa divina que podemos descubrir a través de nuestro propio autoconocimiento
De hecho, la palabra gnosis significa autoconocimiento o conocimiento de uno
mismo, pero no desde una perspectiva intelectual, sino a través del alma, ya
que no se trata de buscar algo que no tengas, sino de encontrar algo con lo que
has nacido.
Se trata pues de
descubrir que ya eres inmortal, pues tu esencia no es este cuerpo o tu mente,
sino tu conciencia la cual está presente contigo desde tu nacimiento hasta tu
muerte, porque entre otras cosas jamás naciste y por ello tampoco puedes morir.
Así estaríamos confundidos sobre nuestra propia esencia o vida y por tanto
sobre quienes somos realmente, y que únicamente descubrimos cuando abandonamos
la forma física y nos enfrentamos con el TODO ABSOLUTO del que siempre hemos
formado parte porque sencillamente somos nosotros.
Tal y como indicaba la religión
egipcia: el hombre al morir se convertía en Osiris y se integraba en Dios, que
no sería otra cosa que volver a casa, ya que no dejemos de ser un Dios caído
que recuerda subconscientemente el paraíso perdido al que añoramos volver. El
ejemplo más claro que explicaría esta filosofía lo encontraríamos en el mito de
la caverna de Platón, donde el hombre atado e inmóvil únicamente considera como
realidad y única verdad las sombras proyectadas sobre la pared (el mundo
físico), mientras que el mundo divino, que es el que le rodea y es la auténtica
realidad, no es capaz de percibirlo y ni siquiera imaginarlo, por lo que
únicamente es el iniciado en las religiones mistéricas quien puede librarse de
esas ataduras y llegar a transcender del mundo físico y ver la auténtica
realidad .
Para los gnósticos a
este mundo no se viene ni a enseñar ni a aprender, puesto que ya poseemos la sabiduría
innata en nosotros mismos, sino únicamente a experimentar, pero no a través del
conocimiento intelectual, sino a través de nuestro propio autoconocimiento del
alma y el corazón a fin de permitirnos descifrar el entorno en su totalidad.
“Tal y como indica el
evangelio de Tomás: el que no se conoce a uno mismo, nada sabe. Pero el que se
conoce llega a la profundidad del todo, puesto que lo que tienes dentro te
salvará. Todo el que viene a ver a Jesús viene a verse a si mismo, pues tú eres
el gemelo de él.
Pues uno es de verdad
lo que el oído no puede escuchar y lo que el ojo no puede ver eres tú, lo que
no puedes tocar ni ver o lo que es lo mismo, el conocimiento mismo. Palabras,
que en esencia, son idénticas a las que transmitió el Dios Apolo en el oráculo
de Delphos. Ya que hemos tocado la religión, el gnosticismo ha sido perseguido
por distintas religiones del mundo occidental debido a que al tratarse de
religiones de tipo monoteísta, rechazaban del politeísmo de la gnosis, pues
estos últimos si bien parten del concepto de unidad, entienden ésta como un
todo supremo que puede ser representado a través de múltiples rostros, debido a
que para describir una unidad, ninguna forma por si sola puede ser la correcta.
Ejemplo: en la India
existen infinidad de dioses, pero tal y como podría indicarnos un hindú, son
simplemente distintas facetas del uno, pues todo es uno divino, ilimitado e
incomprensible para el hombre. Por el contrario las religiones monoteístas
indican que el único camino de la salvación es a través de su propia religión,
ya sea Iahvé, Dios o Alá, dando un solo rostro y una única ética y moral para
poder salvarse, existiendo además intermediarios entre Dios y el hombre que van
marcando el camino y decidiendo lo que es bueno o malo a los ojos del altísimo.
El gnosticismo es por
tanto una forma espiritual mucho más tolerante al permitir la diversidad,
puesto que cualquier camino que escojas te llevará a Dios puesto que tú ya lo
eres y sobre todo, y esto es lo más importante, no necesitas ningún
intermediario para alcanzar la salvación, puesto que ya estás salvado. Según
indican los manuscritos de Naja madi, el gnosticismo pone en cuestión la
interpretación de la biblia y habla de las diversas formas en que se puede
buscar la salvación: a través de la contemplación, por la expansión y
esencialmente buscando nuestra propia alma, pero en todo caso se trata de una
búsqueda absolutamente individual de lo divino. ¿Donde se encuentra este
conocimiento?
Todas las religiones
mistéricas tienen una forma exotérica sobre los misterios para que sea
entendido por el gran público y otra forma esoté- rica que es donde se
encuentran las enseñanzas místicas sobre la auto transformación. De esta forma
y bajo la superficie de los relatos sagrados y sus alegorías, se esconde lo que
no es hablando únicamente por Dios, sino por nosotros mismos y que en esencia
nos están transmitiendo los misterios de la vida y cómo enfrentarnos con la
realidad que nos rodea. Así, el mito del hijo de Dios de la biblia, nos
retrotrae y se asemeja a los antiguos egipcios a Osiris o a la figura de
Dionisio, Mitra o Atis, pues no deja de ser una misma figura representada a lo
largo de la historia, donde se repite la imagen de un mesías que se transforma
en dios-hombre cuando muere y resucita (se inicia) alcanzando la iluminación y
después de ese estado vuelve otra vez a su ser natural. El gnosticismo y la
idea de pecado.
Para los gnósticos el
pecado directamente no existe, puesto que en primer lugar somos Dios, en
segundo lugar no podemos responsabilizarnos de un cuerpo físico en el cual no
queremos estar y por ello no somos responsables de sus actos o sus propios vicios
y más aun en un mundo-entorno que se encuentra dominado por el mal.
Y en tercer lugar hagas
lo que hagas carece de importancia, pq únicamente se tratan de acciones en un
mundo material que realmente no es el nuestro. En este sentido existe un relato
gnóstico, para desmentir el pecado original, que cuenta como la serpiente del
paraíso era el propio Jesús que dio a los hombres la manzana del árbol de la ciencia
a fin de enfrentarse a la miserable envidia de Iahvé que no quería que los
humanos se convirtiesen en dioses a través del conocimiento. Bendición gnóstica
Que el camino salga a tu encuentro Que el viento siempre esté detrás de ti Y la
lluvia caiga suave sobre tus campos Que vivas por el tiempo que tú quieras y
que siempre quieras vivir plenamente Recuerda siempre olvidar las cosas que te
entristecieron.
Pero nunca olvides
recordar aquellas que te alegraron Recuerda siempre olvidar a los amigos que
resultaron falsos Pero nunca olvides recordar aquellos que permanecieron fieles
Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron Pero nunca olvides recordar
las bendiciones de cada día Que el día más triste de tu futuro no sea peor que
el día más feliz de tu pasado Que nunca caiga el techo encima de ti y que los
amigos reunidos debajo de él nunca se vayan Que tengas palabras cálidas en una
noche de frio y una luna llena en una noche oscura Y que el camino siempre se
abra a tu puerta Que el señor ni te guarde en su mano y ni apriete mucho su
puño Que tus vecinos te respete y el cielo te acoja
Revista Zenit nº41
Fuente: http://www.diariomasonico.com/reportajes/el-gnosticismo-y-las-religiones-monoteistas
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