No toda la radiación solar que llega a
nuestra atmósfera alcanza a la tierra. De ser así, estaríamos
achicharrados. La atmósfera regula la energía solar que toca a nuestro
planeta mediante dos procesos: la filtración de las radiaciones
ultravioletas y la retención del calor que cede la superficie de la
Tierra.
Alrededor de un 1/3 de la radiación que
llega a la atmósfera se refleja hacia el espacio por las nubes, el polvo
atmosférico y la acción reflectora que ejercen superficies como la
nieve, el mar y las arenas del desierto. Alrededor del 15% de la energía
solar nunca llega a la tierra. En la atmósfera encontramos una zona con
una alta concentración de ozono, el gas responsable de la filtración de
las radiaciones ultravioletas. Del restante 50% se calcula que un 25%
llega directamente a la superficie y el otro se esparce entre las nubes y
partículas atmosféricas, hasta llegar a la tierra.
Las ondas
electromagnéticas es la forma de propagación de la radiación
electromagnética a través del espacio. A diferencia de las ondas
mecánicas, las ondas electromagnéticas no necesitan de un medio material
para propagarse; es decir, pueden desplazarse por el vacío.
Las ondas luminosas son ondas
electromagnéticas cuya frecuencia está dentro del rango de la luz
visible. La luz solar es energía que abarca desde la zona ultravioleta
hasta la zona infrarroja.
Cuando vemos la luz del sol debemos tener
presente que el concepto de luz solar como sinónimo de energía solar no
es del todo incuestionable, ya que realmente no vemos toda la energía
que atraviesa nuestra atmósfera, y aquella de muy baja frecuencia; o
sea, de onda larga o infrarrojo no es detectada por el ojo humano.
Tampoco podemos ver aquella de frecuencia
muy alta o ultravioleta, ya que dañaría irreparablemente nuestra vista.
La luz blanca solar contiene una degradación de colores
El espectro electromagnético
Cuando una luz blanca pasa a través de un
prisma, se puede ver una banda con los colores del arco iris. Un prisma
es un objeto de cristal transparente (o de plástico) con dos caras
opuestas en forma de triángulo u otra forma geométrica. Un prisma
descompone los colores al refractar cada uno de ellos en un ángulo
diferente. La banda de colores producida cuando la luz pasa a través de
un prisma se llama espectro
Las diferentes longitudes de onda de la
luz afectan a nuestros ojos de modo distinto, y esto es interpretado por
el cerebro humano como colores diversos. Lo que llamamos luz roja tiene
una longitud de onda relativamente grande. Los diversos tonos de la luz
anaranjada tiene longitudes de onda más pequeñas, y éstas van
decreciendo en la luz amarilla, verde, azul y, finalmente, violeta. Esta
última es la que tiene longitudes de onda más cortas.
Esta lista de colores, desde el rojo
hasta el violeta, incluye tan solo la “luz visible”. Hay longitudes de
onda más grandes que las de la luz roja, que no afectan a la retina del
ojo y son, por ende, invisibles. Entre ellas figuran las radiaciones que
denominamos ondas infrarrojas, microondas y ondas de radio. Aunque no
pueden verse, pueden detectarse con los instrumentos adecuados.
Además, hay longitudes de onda más
pequeñas que la luz violeta y que son también invisibles, porque no
afectan a la retina hasta el punto de producir la sensación de luz. Sin
embargo, estas radiaciones de onda muy cortas pueden dañar físicamente
la retina y por ello son peligrosas, tanto más, cuando son invisibles.
Entre las radiaciones de onda corta figuran las ondas ultravioleta, los
rayos X y los rayos gamma. Estos pueden ser también detectados con
instrumentos adecuados. Toda la escala de estas radiaciones se designa
con el nombre de “espectro electromagnético”.
Gracias a la capa de ozono las
radiaciones ultravioleta no pasan y es de gran utilidad para la vida ya
que estas radiaciones constituidas por longitudes muy cortas, poseen un
elevado contenido energético capaz de romper los enlaces de las grandes
moléculas orgánicas de que están formados los organismos.
Radiación solar y ciclos atmosféricos.
La radiación solar se utiliza en varios
procesos o ciclos atmosféricos. Funde el hielo, evapora el agua, genera
vientos, ondas y corrientes. Además de suministrar la energía para los
organismos vivos del planeta.
La energía que llega al globo terraqueo
en buena parte se refleja en su superficie. Ahora, estas radiaciones son
de longitud de onda muy grandes (12 micrones). Esto significa que lo
que llega a la tierra como luz solar visible se irradia al espacio en
forma de calor. La importancia de tener presente esta característica es
que la atmósfera no es transparente a las radiaciones de calor por lo
que retiene buena parte de esta energía desde la superficie de la
tierra, al menos temporalmente. Se produce un efecto inverso ya que el
mismo bióxido de carbono (CO2) y el vapor de agua de la
atmósfera que permitieron la entrada de las radiaciones de longitud de
onda corta, absorben ahora las radiaciones infrarrojas, de longitud de
onda mayor. Esto es lo que se conoce como efecto invernadero.
Esto nos coloca en una situación de
difícil equilibrio. La vida depende tanto de la claridad como de la
opacidad de la atmósfera. Requiere de la claridad para que reciba la luz
visible y absorba la ultravioleta. Necesita una atmósfera algo opaca
que retenga y distribuya por cierto tiempo el calor que se refleja desde
la superficie de la tierra, antes de ser enviado al resumidero del
espacio.
Hay una gran polémica en torno al efecto
invernadero. Este es un fenómeno natural que el hombre con su actividad
está modificando y generando consecuencias. El incremento de CO2 en
la atmósfera perturba el efecto invernadero y con ello aumenta la
temperatura superficial del planeta con las consecuencias que sobre el
cambio climático y otros fenómenos se están registrando. Es importante
investigar sobre la materia ya que afecta directamente al ecosistema
tierra.
ITP
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