Ivette Ramón, Presidenta del Consejo Supremo Internacional de la Orden del Derecho Humano, premia a la Asociación de la Memoria Histórica (5/09/2014)
Ivette Ramón, natural de Saulxures, en Los Vosgos franceses, con familia de resistentes antinazis, casada con un catalán y madre de cuatro hijos, ha sido hasta su jubilación profesora de primaria y enseñanza media en París. A sus 69 años es, desde el 19 de mayo de 2012, Gran Maestra de la Orden Masónica Mixta Internacional de El Derecho Humano, implantada en 56 países y con más de 30.000 miembros de ambos sexos. Es, por ello, una de las principales personalidades masónicas del mundo. Incorporada a la masonería en 1975, en Épinal, asiste este fin de semana en Madrid a la entrega del primer premio de la organización masónica, que concede a la Asociación de Defensa de la Memoria Histórica, que encabeza Emilio Silva.
Respuesta. El hecho de que seamos una obediencia
mixta, formada por mujeres y hombres, molesta y sigue molestando a la
masonería regular. Sin embargo, ello nos permite aunar la mirada y la
sensibilidad de hombres y mujeres y, con ella, crear una escuela de
perfección para la sociedad.
P. ¿Qué quiere y que puede aportar Ivette Ramón a la Masonería Mixta?
R. Mi propósito es del aportar una mirada humanista
sobre la sociedad y, convertirnos en un centro de perfección social,
intelectual y material del ser humano, para así obtener una sociedad
justa y equitativa en la que nadie pueda ser excluido o condenado por
tener, por ejemplo, una religión o creencias diferentes.
P. ¿Con qué medios humanos y organizacionales cuenta para esta tarea?
R. Vivimos de pequeñas cotizaciones de nuestros
hermanos y hermanas y somos rigurosos en la gestión de esos recursos.
Por otra parte, nos proponemos mantener lazos permanentes y directos con
todos los miembros de la masonería mixta, de Moscú y Kiev hasta Cuzco o
Quito. Tratamos de establecer lazos permanentes y estables entre todos
nuestros miembros. Ello constituye una de nuestras principales
características.
P. ¿Cabe o no cabe hablar de una contribución específica de la mujer/las mujeres a la causa masónica?
R. No hay ninguna especificidad. Yo soy Gran Maestre no por ser mujer, sino por haber sido elegida en la XIV asamblea de la orden.
P. En la masonería regular, ¿cuáles han sido los efectos de tantos siglos de ausencia femenina?
R. Pese a ser creada en el arranque del siglo XVIII,
hace tres siglos, la masonería regular se mantiene fuel a su imagen de
marca, pero sigue olvidando que la sociedad es mixta, formada por
hombres y mujeres.
P. Vivimos una etapa de desconcierto ético y social
generalizado. ¿Qué sugerencias u orientaciones ofrece la masonería mixta
para reducirlo?
R. Podemos ofrecer un modelo de honestidad y de moralidad basado en un comportamiento ético y también laico.
P. ¿Qué entiende por laicismo?
R. La religión forma parte del espacio íntimo de la
persona. Por ello, concebimos el laicismo no como un rechazo a la
religión sino más bien como la convicción según la cual la religión no
debe ocupar el espacio público con miras al proselitismo. Hemos de
pensar más en lo que nos une que en lo que nos separa y las diferencias
religiosas son evidentes. El trabajo masónico facilita el acceso a la
libertad espiritual de una manera individualizada, particularizada.
P. Los derechos humanos gozan de gran crédito moral
en Occidente, no así en otras partes del mundo. Incluso, en algunos
lugares, se perciben como imposiciones ideológicas occidentales ¿A qué
se debe esta diferente percepción?
R. Obedecen a las diferencias culturales y a los
restos de la colonización. Pese a ello, los valores de Libertad,
Igualdad y Fraternidad son compartidos por personas de todo el mundo y
encuentran eco por doquier. Como ejemplo le diré que, pese a las
diferencias culturales, tenemos una logia en Japón. Nuestra manera de
trabajar es tal que puede adaptarse a cualquier lugar del mundo.
P. ¿Cree o no posible que esos valores masónicos,
Igualdad, Fraternidad y Solidaridad, impregnen de manera transversal y
eficaz a las distintas sociedades mundiales hoy en profundo cambio?
R. En este momento hay aún religiones
fundamentalistas que persiguen destruir a la masonería y lo dicen porque
saben que la masonería es una escuela de libertad espiritual e
intelectual que las cuestiona. Identifican a Israel y la francmasonería,
consideran que somos lo mismo y por ello, enemigos.
P. ¿Qué hace la masonería que no pueda hacer una ONG tradicional?
R. Nosotros no hacemos política, aunque sabemos que
buenas gentes y buenas ideas las hay en casi todas las organizaciones. A
la masonería puede acceder cualquier militante político, y solo excluye
a la extrema derecha racista.
P. En ocasiones, se asigna a la masonería la
condición de ser una sociedad de favores mutuos. ¿Hay razones o no para
pensar que sea así?
R. Los hombres y mujeres que forman parte de ella no
son, desde luego, perfectos. Somos solidarios entre nosotros, sí, pero
nunca en la preferencia ni en la deshonestidad. Cuando tenemos pruebas
de que ha existido, por ejemplo, malversación, excluimos a los miembros
que han incurrido en ella.
P. ¿Cree posible que la sociedad en red, las redes
sociales y la informática acaben con las estructuras organizacionales
tradicionales de la masonería?
R. La red es un instrumento que permite una
proximidad informativa antes inexistente. Lo esencial de los aspectos
presenciales del trabajo masónico es el intercambio de ideas y
experiencia y a ello se puede acceder de distintas maneras, tanto
físicas como virtuales; estas permiten una información rápida. Admito la
distinción entre información virtual y comunicación presencial.
P. ¿Qué destacaría como aspecto sustancial de la masonería mixta?
R. Quisiera subrayar que la masonería es la
experiencia de un humanismo en marcha, que trabaja sobre principios
intemporales, con un utillaje simbólico y ritual en pos de la perfección
moral y que, pese a haber sido ideados por la masonería hace tres
siglos, no son patrimonio suyo, sino que ya pertenecen a toda la
sociedad.
Fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/05/actualidad/1409943042_983727.html
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