La
iniciación, ese momento tan sublime, cuando se sufre la muerte (iniciática)
para nacer de nuevo, es cuando experimentamos la transmisión de una influencia
espiritual. Es indispensable, para que exista esa transmisión espiritual, que
se haga la iniciación por una organización tradicional regular. Una
organización que se llame “tradicional”, no regular, que son organizaciones seudoiniciáticas,
no son depositarias de ninguna influencia espiritual, y por lo tanto no puede
transmitir nada en realidad. Es indispensable, para que se cumplan todos los
objetivos en los ritos donde se implica una influencia superior, que pueda ser
llamada propiamente no humana, que sea una transmisión regular. Esto implica
tanto los ritos religiosos como iniciáticos.
Las organizaciones iniciáticas no pueden estar a
disposición de simples iniciativas individuales, porque es necesaria la
presencia de alguna cosa que no podría venir de los individuos, algo que está
más allá de las posibilidades humanas. Las organizaciones tradicionales se
pueden dividir en:
a)
Exotéricas: son organizaciones que están abiertas indistintamente a todos.
Comprenden las organizaciones específicamente religiosas, civilizaciones
orientales, organizaciones sociales de carácter religioso. Al mismo tiempo
están ligadas a un principio de orden superior; en todo caso, es condición
indispensable para ser reconocida tradicional. Toda religión tiene un origen no
humano y está organizada en forma de conservar el depósito de un elemento no
humano que tiene a partir de este origen. Este elemento que es del orden de lo
que llamamos influencia espiritual, ejerce su acción en ritos apropiados.
b)
Esotéricas: son aquellas organizaciones que están reservadas a una élite, donde
solo son admitidos aquellos que poseen una “cualificación” particular. Es esta
propiamente la organización tradicional. La transmisión iniciática regular debe
hacerse siempre para no perder la cadena, la continuidad y así perdurar esa
transmisión espiritual. La iniciación debe tener un origen no humano, porque
sin eso no podría alcanzar su meta final. Es por eso que los ritos iniciáticos
no pueden ser relacionados con autores humanos, y de hecho jamás se les han
conocido autores, y tampoco a los autores de los símbolos tradicionales, y por
la misma razón, porque estos símbolos son igualmente no humanos en su origen y
esencia.
En
estas condiciones es fácil comprender que el individuo que confiere las
iniciaciones a otros es un verdadero “transmisor” en el sentido exacto. Es un
soporte de una influencia que no pertenece al orden individual. Es por eso que
no puede actuar en su propio nombre, sino en nombre de la organización tradicional
regular, aun el individuo no esté capacitado, pero en ese momento ritualístico
está “investido” en nombre de la organización tradicional. Lo importante es que
la cadena no sea interrumpida. En la India ningún discípulo puede sentarse
frente a un gurú, porque la acción de su verbo y su aliento despierta el
“prana” y puede perjudicar al discípulo con esta energía. Por tal motivo, aquí
está la explicación de la disposición especial de los asientos en una logia
masónica.
Fuente: El Nacional, Caracas, Venezuela. 14 enero 2017
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