Una parte de las piedras de grandes dimensiones que
forman Stonehenge pudo haberse encontrado en el lugar del monumento durante
muchos años antes de la construcción del complejo ritual, afirma un estudio
publicado en el sitio web Science Alert.
El arqueólogo británico Mike Pitts defendió que dos
piedras, la llamada Piedra Talón y la Piedra 16, se encontraban en el lugar
desde mucho antes de la construcción de Stonehenge.
Esta hipótesis se basa en el hecho de que los expertos
habrían encontrado dos hoyos en sus proximidades cuya forma se correspondería
con la de dichas piedras.
Si trazamos una línea recta entre esas dos piedras, esta
apuntaría a los puntos del horizonte en los que el Sol se levanta en el
solsticio de verano y en el que el astro rey se pone durante el solsticio de
invierno. Según Pitts, esta coincidencia hizo que los antiguos humanos creyeran
que este lugar tenía una importancia sagrada.
Antiguamente se consideraba que todas las piedras que se
usaron en la construcción fueron llevadas desde la localidad de Marlborough
Downs, ubicada a unos 32 kilómetros de este monumento megalítico. Durante mucho
tiempo, los científicos no pudieron explicar por qué sus creadores no lo habían
erigido en el lugar donde se encontraban las rocas.
Stonehenge, el círculo de piedra más famoso del mundo,
forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1986. El centro ritual está
formado por bloques verticales de piedra de más de 5.000 años de
antigüedad.
Una de las teorías más populares dice que el monumento
era en realidad un observatorio prehistórico o un templo dedicado al Sol.
Fuente: https://mundo.sputniknews.com/ciencia/201804111077810115-misterio-reino-unido-arqueologia/
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