Proverbio egipcio

“El reino de los cielos está dentro de ti; aquel que logre conocerse a sí mismo, lo encontrará” Proverbio egipcio

viernes, 13 de mayo de 2016

Édgar Artunduaga: La masonería, del secreto a la discreción

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La idea es explicar “como nunca antes” la historia de la masonería, porque sociedades enteras se debatían y consumían entre verdades totales de las que unos y otros se hacían dueños, sobre secretos absolutos y verdades totalizantes que convirtieron en dogmas para dominar a los ignorantes.
Siglos y siglos de hegemonías epistemológicas con un alto componente teológico, explica Hernán Bueno Castañeda. Constituyeron instituciones que aún pululan en nuestros días, y generaron ambientes que señalaban toda diferencia como enemiga, todo disenso como perversión y toda disidencia como traición.

Bueno es filósofo, literato, criminólogo y victimólogo, profesor universitario y un estudioso del tema, miembro activo de la Gran Logia de Colombia. Escribió un libro de 138 páginas, que resumo en pocas páginas y poco tiempo, no como gran conclusión sino como quien abre una puerta para que los interesados profundicen.
-La masonería considera que la única manera de consolidar la vida es a través de un respeto absoluto hacia la muerte, de un reconocimiento siempre activo de su presencia.
-En materia de sexualidad, los masones han sido blanco de todo tipo de críticas y maledicencias. Se habla de reuniones orgiásticas, de bacanales desenfrenadas y de adoraciones a deidades que exigen todo tipo de manifestación sexual. Quizá este andamiaje mórbido tenga su raíz en la mala interpretación de sus símbolos.
-La función primordial y más importante de la simbología masónica es justamente ésta: abrir la mente y el corazón a la maravilla suprema de todo ser.
-No es de extrañar que la masonería, en muchos momentos de su historia, y por razones bien diversas, haya tenido que fungir con un secretismo absoluto, ya sea porque sus miembros participaran de labores, en cuyo contexto, el secreto constituía el fundamento mismo de su oficio, o bien porque de las reservas que se tuvieran de todo lo ocurrido en logia, dependía el éxito o fracaso de una causa política en concreto.
-Con la masonería ocurre lo que se da con el amor: nadie puede explicar un beso. Un beso como un poema no se explica, ¡se vive¡. Por más que hablemos de la masonería, es honesto aclarar que sólo se sabe con claridad lo que en ella es, cuando se ha vivido un ritual de iniciación y se ha compartido una liturgia en logia, o cuando se tratan sus principios de la manera honesta, clara y transparente.
-Los masones no somos reptilianos, ni extraterrestres, ni raza superior de ningún tipo, ni siquiera somos amantes de un poder, siempre efímero y mezquino. Detrás de nuestros mandiles y collarines sólo hay hombres y mujeres libres y de buenas costumbres.
-Los masones no sacrificamos niños ni gatos, y menos acompañamos nuestros encuentros en logia, con adoraciones al diablo o a lucifer.
-Hay un componente mágico dentro de la masonería. Se llama símbolo. El símbolo es narración, metáfora y herramienta a la vez.
-El poder de los masones se centra en un trabajo de interpretación de los símbolos y de las herramientas, como mecanismos para trabajar en la propia naturaleza de su humanidad.
-El único dios al que se le debe reverencia, es ese que habita en la propia individualidad; ese con el que conectamos, una vez se han roto las barreras del consciente; ese con el que se trabaja todos los días, cuando la persona induce cambios en sí misma, y desde allí altera el entorno y por lo tanto el universo mismo de las cosas.
-Dentro de la institución no se cae en la ingenuidad de reconocer las metáforas como historias literales, que aseguran un espacio perfecto y un tiempo eterno. Nuestras herramientas se trabajan en la propia piedra que es cada uno y las narrativas abandonan toda carta de literalidad. Aquí no hay promesas de eternidad, ni espacios idílicos rebosantes de leche y miel, aquí hay mensajes del universo que conectan con el interior de cada quien.
-El trabajo masónico como ruta para la transformación individual, y desde allí colectiva, sienta su naturaleza en el trabajo de conexión con el universo. Como microcosmos, nos unimos en logia con el macrocosmos a través de la comprensión interior del símbolo, de sus metáforas, sus sentidos, sus diferentes connotaciones.
-Los masones trabajamos por devolver el poder al hombre, por reivindicar su naturaleza divina, porque vuelva a beber de la fuente de la razón y a nutrirse con lo que el símbolo le diga como símbolo. Queremos que la humanidad pueda reconocer la narrativa como metáfora, y se sirva de las herramientas, para la construcción de su propio templo. Sólo en el trabajo sobre La Piedra, que es cada uno de nosotros, podrá el hombre construir un templo ¡Su Templo¡
-Los masones trabajan con La Plomada y El Nivel, buscando siempre el equilibrio entre fuerzas dispares, entre opuestos irreconciliables, y por lo tanto entre modos de pensamiento tan disímiles, como en apariencia podrían ser la ciencia, la tecnología y el pensamiento mágico.
-La masonería se sitúa por encima del dogma, y convierte cada espacio de encuentro en una oportunidad para el debate de ideas, la confrontación de posiciones y el fluir de la conciencia.
-La mente tiene todas las herramientas para constituir como verdad, lo que le parezca más conveniente a sus intereses.
-Tú eres Piedra, y sobre esta piedra es que se construye. Sé tu propio arquitecto, el obrero de tu Gran Obra. A ti fueron dadas las llaves del Reino. El Reino que tu propia voluntad se atreva a construir.
-Ten siempre presente que eres microcosmos, reflejo del universo. Por lo tanto, todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.
Abril 28, 2016 

Fuente: http://www.kienyke.com/historias/la-masoneria-del-secreto-a-la-discrecion/

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