Los
hechos son accidentes que se reflejan en la apariencia convertida en verdad por
el vulgo que emplea únicamente la percepción sensorial o empirismo; los
principios fundamentales generadores de esos hechos son impopulares por su
necesaria percepción a través de la inteligencia.
Es
necesario ajustar y aplicar esta especulación en el concepto de Laico y sus
derivados, en base a que es materia de confusión o tergiversación en su
definición y más aún en su aplicación, por la generalidad de las Instituciones
de carácter internacional hasta el individuo no ilustrado.
La
idea de laico contiene en su esencia la autonomía: es decir, la independencia.
Contiene la capacidad de dictarse sus propias leyes o normas conforme a la
necesidad de sus elementos esenciales. En consecuencia, el laicismo es el
concepto o doctrina que defiende la independencia y autonomía del hombre, de la
sociedad y del Estado de la intervención de un tercero ajeno.
Es una
calamidad la costumbre profundamente arraigada en nuestra sociedad, en
Instituciones e individuos, de relacionar única y de forma equivocada el
concepto de laico con la Iglesia Católica; más grosera e irracional, es aun, al
relacionarlo exclusivamente con la separación de la Religión y el Estado. El
concepto laico es universal: insisto, es la defensa absoluta del individuo, de
la sociedad y del Estado de intervenciones ilegitimas e inmorales,
irrespetuosas e irreverentes a su autonomía e independencia.
La
historia ha designado a la Institución Masónica depositaria del concepto de
Laico en los términos indicados: conservándolo integro en su definición y
aplicación, a pesar de la intensa y radical oposición de instituciones de toda
clase a nivel internacional que a través de los tiempos han visto afectadas su
ambición y voracidad.
Una
simple búsqueda somera de los principios de la Institución Masónica y en sus
intervenciones históricas nos conduce por tres enormes vertientes de acción:
una, el camino estricto y necesario del respeto y defensa de los Estados de las
constantes y múltiples embestidas a su institucionalidad; dos, las sociedades
de todos los tiempos y todos los lugares han encontrado permanentemente en la
Orden Masónica un escudo a las permanentes agresiones del exterior; y tres, el
hombre considerado individualmente, ha buscado y encontrado la protección del
ejercicio de su libertad, de su igualdad, de sus derechos universales
fundamentales: estas tres gigantescas tareas de la Orden Masónica están
fundadas y justificadas en la aplicación exacta y rigurosa del concepto de
Laico.
Las
desgracias universales del hombre son impulsadas en cierta proporción por la
adulteración del concepto de laico por Instituciones interesadas en dominar al
hombre; las tragedias individuales corresponden en equilibrio a la medida del
entendimiento o no de la concepción de laico por el hombre en sus
actuaciones ordinarias: No basta y es insuficiente aplicar el laicismo en base
a observaciones meramente sensoriales y empíricas que solo ofuscan y nublan
nuestra percepción; es de vital importancia la claridad de este concepto
elemental para su aplicación correcta y exacta y evitar en lo posible su
manipulación que solo conduce necesariamente a desgracias y tragedias humanas.
Para
terminar este trabajo: un análisis ligero y superficial de los principios
universales y fundamentales del hombre, que la historia ha depositado en la
Orden Masónica, nos conduce y obliga a establecer la trascendencia de uno de
ellos: laicismo.
La
historia ha certificado a la Institución Masónica como depositaria del
Laicismo: el paso del tiempo registra un sinnúmero de intervenciones
definitivas y decisivas en favor de la libertad, la autonomía y la
independencia del hombre, de la Sociedad y del Estado.
La
masonería ha defendido, está protegiendo y amparara la libertad del hombre, de
la sociedad y del Estado en cualquier tiempo y en cualquier lugar: sabe que la
única forma en que el hombre puede alcanzar el desarrollo y la perfección de
sus facultades y potencialidades es estando en plena libertad.
Los
hombres integrantes de esa Respetable Orden tienen ese gran cometido: conservar
la vigencia del laicismo. La humanidad estaría sumida en un peor desastre
sin el sostén de la doctrina del laicismo. La Masonería sin laicismo no es
Masonería; el Laicismo sin Masonería simplemente no se entiende.
Es
cuanto ¡un abrazo fraterno!
Fuente: http://www.juarezadiario.com/plumas/laicismo-esencia-vital-de-la-masoneria/
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