El
autor del Martín Fierro tuvo una
larga y destacada actuación en la Masonería, donde ocupó algunos de los más
altos cargos y recibió reconocimientos no habituales. En los versos de su gran
obra pueden encontrarse rastros de la simbología masónica.
Muy conocida
es la vida de José Hernández en lo que hace a su desempeño político así como
poético y literario. Empero, mucho menos difundido está su extensa actividad
realizada en la Orden Masónica.
Nació
José Hernández el 10 de noviembre de 1834 en una chacra señorial llamada los
caseríos de Perdriel, actual partido de San Martín, en la provincia de Buenos
Aires.(*) El dueño, tío de la madre de Hernández, fue un prestigioso estanciero
de holgada fortuna, probado militar, miembro del Primer Triunvirato, diputado
en el Congreso de Tucumán y Director Supremo de las Provincias Unidas del Río
de la Plata. Se trata de Don Juan Martín Mariano de Pueyrredón y O'Doggan
(1776-1850), quien ingresara a la Masonería iniciado en la Logia Lautaro de
Buenos Aires. La misma de la que formaron parte -entre otros destacados hombres
de la Independencia- José de San Martín, Carlos María de Alvear, José Matías
Zapiola, Bernardo de Monteagudo, Antonio Álvarez Jonte, Nicolás Rodríguez Peña
y Julián Álvarez.
Para
el autor del Martín Fierro la Masonería, entonces, no implicaba algo ajeno,
sino -por el contrario- parte de la vida familiar cotidiana. Su hermano Rafael
Hernández también se integró a la hermandad masónica, formando parte desde el 4
de agosto de 1879 de la Logia Caridad N° 22 y, posteriormente, de la Logia La
Plata N° 80, que se reunía en la ciudad bonaerense de ese nombre.
José
Hernández, el 3 de marzo de 1865, fue iniciado (así se denomina a la ceremonia
de ingreso a la Masonería constituida por un conjunto de prácticas rituales) en
la Logia Asilo del Litoral Nº 18 (fundada en 1860) cuyo templo estaba situado
en la ciudad de Paraná (Entre Ríos). En ese mismo taller, al año siguiente,
ocupó su primer cargo como secretario. El más adecuado para un hermano diestro
en el ejercicio de la pluma.
Cabe señalar que esta logia, aunque rebautizada como "Logia Asilo del Litoral Nº 18 Nº 484, continúa reuniéndose -en la actualidad- dos veces al mes, como puede constatarse en la página oficial en Internet, integrada a la denominada Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Esta Gran Logia es una de las que, en número cercano a la veintena, se encuentran distribuidas a lo largo y ancho de la República Argentina en la actualidad.
Cabe señalar que esta logia, aunque rebautizada como "Logia Asilo del Litoral Nº 18 Nº 484, continúa reuniéndose -en la actualidad- dos veces al mes, como puede constatarse en la página oficial en Internet, integrada a la denominada Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Esta Gran Logia es una de las que, en número cercano a la veintena, se encuentran distribuidas a lo largo y ancho de la República Argentina en la actualidad.
Pasó,
luego, a trabajar José Hernández en la Logia Constante Unión Nº 23 de la ciudad
de Corrientes, que es una de las más antiguas. Fundada el 12 de agosto de 1834,
entre otros, por el coronel Genaro Berón de Astrada, quien sería gobernador de
la provincia. El taller tuvo momentos de esplendor y otros donde, directamente,
dejó de funcionar. "Abatió columnas", para expresarlo en la jerga
masónica. En la reorganización ocurrida a mediados de 1867 Hernández se suma a
los trabajos siendo electo para ocupar el cargo de Orador (alguien que no
necesariamente se destaque por su oratoria, sino que sea capaz de actuar como
fiscal y juez a la vez) de la misma por varios períodos. Desde 1868 a 1869
ocupó la presidencia de la logia, con lo que obtiene la designación de
"venerable maestro." (Se trata de un verdadero primus inter pares.)
Distinción poco común
Distinción poco común
Ya en
Buenos Aires, el 30 de diciembre de 1879, se incorpora a la Logia Obediencia a
la Ley Nº 13, a la que perteneció hasta su deceso acaecido el 21 de octubre de
1886.
Poco
antes de su fallecimiento fue designado Miembro Libre de la Masonería
Argentina, una distinción que pocos alcanzan, pues exige haber cumplido un
cuarto de siglo de pertenencia interrumpida en la Orden.
También
desarrolló José Hernández una prolífica labor en lo que se conoce como "el
filosofismo", que es una verdadera "universidad masónica" a la
que sólo se puede ingresar tras haber sido exaltado al grado de Maestro Masón y
por especial invitación que suelen recibir los hermanos más esclarecidos con
destacadas capacidades espirituales o intelectuales o ambas; estando -al
momento de su muerte- en posesión del grado 32º. Cada grado implica un proceso
de trabajos en logia, estudios específicos y atravesar un ritual particular
iniciático que habilita para empezar la búsqueda del grado siguiente hasta
poseer el Grado 33.
En la
Orden Masónica de la República Argentina Hernández ocupó el cargo de segundo
vicepresidente, que masónicamente se denomina "Gran Primer
Vigilante", durante los años 1880/81.
Los
investigadores hemos hallado muchos e inequívocos rastros de la simbología
masónica en los versos de su Martín Fierro. Aunque, tal vez, la más evidente
esté en esas estrofas que afirman:
Los hermanos sean unidos /
esa es la ley primera/
tengan unión verdadera /
en cualquier tiempo que sea /
pues si entre ellos pelean /
los devoran los de afuera.
©
LA GACETA
Antonio
Las Heras - Doctor en Psicología social. Presidente de la Academia Argentina de
Masonería.
Nota:*
Hoy funciona allí el Museo Histórico José Hernández Chacra Pueyrredón, de cuya
primera comisión directiva fundacional tuve, en 1971, el honor de formar parte.
Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/519545/la-gaceta-literaria/poco-conocida-historia-mason-jose-hernandez.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario