Médico,
naturalista, historiador, etnólogo, masón y lingüista venezolano, así era el
currículo de Lisandro Alvarado, un larense nacido en El Tocuyo, el 19 de
septiembre de 1858. Hoy 10 de abril, se cumplen 86 años de su
fallecimiento.
Hijo
de Rafael Alvarado y Gracia Benigna Marchena. Nació en vísperas de la
Guerra Federal. Estudió en el Colegio La Concordia fundado por su
padrino Egidio Montesinos en El Tocuyo. Luego pasó a Trujillo, donde
en 1871 se graduó de Bachiller en Filosofía en el Colegio Nacional de Varones. La falta de recursos económicos lo obligó a suspender sus estudios para trabajar como dependiente de una farmacia
en Barquisimeto. En esta época José Gil Fortoul fundó en El Tocuyo, el
primer periódico impreso de esa ciudad, El Aura Juvenil, donde Alvarado colaboró frecuentemente como columnista.
En 1878 se mudó a Caracas para estudiar medicina en la Universidad Central de Venezuela. Allí conoció a Adolfo Ernst, profesor alemán de botánica y zoología, divulgador de la Escuela Experimental y Rafael Villavicencio, profesor de historia universal y propagador de las ideas positivistas de Augusto Comte. En la UCV Alvarado estudió derecho romano y canónico, mineralogía, cálculo superior y medicina, y luego se inscribió en la Academia Militar de Matemáticas y asistió a la Cátedra de Filosofía Intelectual del Colegio Santa María, regentado por Elías Rodríguez. En esa misma época conoció a Cecilio Acosta y a través de este conoció al poeta cubano José Martí, cuando éste pasó por Caracas en 1881. De la misma manera, Alvarado entró en relación con César Zumeta, Luis López Méndez y José Rafael Revenga, con quienes formó la Sociedad “Amigos del Saber”. En 1882 dio a conocer sus primeros trabajos en la Revista Venezolana.
El 17
de junio de 1884, Alvarado se gradúo de Bachiller en Ciencias Médicas,
su tesis de grado se tituló “Indicaciones y Contraindicaciones de la
punción en los quistes hidráticos del hígado”. El 2 de agosto siguiente
se graduó de Doctor en Medicina
con la tesis: “La Termometría es uno de los grandes adelantos de la
patología” y “Diagnóstico de la hernia inguinal”. En1886 figura entre
los oradores del Colegio San Agustín (de Barquisimeto), donde pronunció
un discurso en el que reafirmó su posición católica y rechazaba las
concepciones científicas y filosóficas de sus profesores Ernst y
Villavicencio.
Una
vez doctorado en medicina, Lisandro Alvarado se radicó en Ospino,
(Estado Portuguesa) e inició una vida itinerante. Recorrió a lomo de
burro, en canoa y a pie casi todo el territorio nacional, lo que le
permitió entrar en contacto directo con la realidad venezolana: los
paisajes, la vegetación, la fauna,
las costumbres y tradiciones populares, la manera de hablar de las
gentes, incluyendo los numerosos pueblos indígenas que conoció y cuya
lengua estudió de primera mano. Las anotaciones de estos viajes
constituyó la materia prima de sus obras. En 1887 contrajo matrimonio
con Amalia Rosa Acosta Zubillaga con la que eventualmente tiene 7 hijos.
Ese mismo año publicó en la revista “La Primera Piedra de Valencia”, el
poema “Ruinas”.
En 1888 se
encargó de la Medicatura Rural de Guanare, estando el General Francisco
Batalla en la presidencia del Estado Zamora, (hoy Barinas). De Guanare
fue enviado como Médico en Comisión al El Tinaco, durante la epidemia de
aquel año. De vuelta a Guanare fue Rector del Colegio Nacional.
En
abril volvió a Ospino y en 1890, por medio del Gral. Batalla, Alvarado
fue nombrado Cónsul en Southampton, Inglaterra. Renunció rápidamente a
ese cargo y regresó al país en 1891, y el 26 de septiembre declara su
aceptación de la doctrina positivista. En 1892 publicó en El Cojo
Ilustrado, Arminio y Dorotea, en 1893 fue uno de los fundadores
del Ateneo de Caracas y diputado el mismo año a la Asamblea
Constituyente del estado Zamora. En 1900, también en El Cojo Ilustrado,
publicó sus Observaciones sobre la Revolución de 1810, la primera parte
de su trabajo sobre Los delitos políticos en la Historia de Venezuela,
y Meditación (sobre el Schir Haschirim).
A
partir de aquí inicia la publicación de un conjunto de trabajos de
investigación, redactó los estudios sobre las Neurosis de hombres
célebres de Venezuela (1893) y Sobre las guerras civiles del
país (1894). Simultáneamente, por su larga presencia en la provincia y
su permanente relación con la literatura redacta la Evolución del
español en Venezuela (1903), primero de una serie lexicográfica, única
en la Venezuela de su tiempo, que cristalizará mucho más tarde en
su Glosario de voces indígenas de Venezuela (1921), Alteraciones
fonéticas del español en Venezuela (1922, reelaborada en 1929) y
finalmente su Glosario del bajo español en Venezuela (1929).
En 1907 publicó en El Cojo Ilustrado su comentario sobre la “Historia
Constitucional de Venezuela” de José Gil Fortoul.
En 1920, regresó a Caracas y entró a trabajar en la Dirección de Política Comercial del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El 19 de mayo de 1905 la Academia Nacional de Medicina lo elige como
individuo de número, y le seguirían la de la Lengua el 23 de
abril de 1922 (que recibió con el discurso La Poesía Lírica en Venezuela
en el Último Tercio del Siglo XIX) e Historia el 29 de
abril de 1923 (su discurso de incorporación Movimiento Igualitario en
Venezuela fue contestado por Laureano Vallenilla Lanz). En esta época
formó parte de la redacción de la revista Cultura Venezolana, donde fue
crítico. Entre los libros que analizó están: Buscando el Camino,
de Mariano Picón Salas, El Alba de Oro, Poesías de Gonzalo
Carnevali, Cesarismo Democrático, de Laureano Vallenilla
Lanz, Etnografía Americana, de Julio C. Salas y Los de Abajo, de Mariano
Azuela.
El 21
de junio fue condecorado por el Gobierno de Francia. El 30 de julio de
ese mismo año recibió la Orden del Libertador en Tercera Clase por el
Gobierno de Venezuela. Ese mismo año se publicó en Caracas el Glosario
de Voces Indígenas, y el 10 de noviembre fue electo Miembro Honorario
Extranjero de la Sociedad Americanistas de París.
Entre
otros trabajos, Alvarado realizó la versión española del tratado
de Rerum Natura de Lucrecio y tradujo 7 de los 9 tomos del Viaje a las
regiones equinocciales del Nuevo Continente de Alejandro de Humboldt.
Sus Obras completas en 8 volúmenes comenzaron a ser publicadas en 1958;
sin embargo, queda todavía una colección inédita de sus manuscritos en
custodia de la Academia Nacional de la Historia.
Fue
masón en grado 30. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde
el 14 de mayo de 1980. En honor a Alvarado, la Presidencia de la
República de Venezuela renombró al Centro Experimental de Estudios
Superiores de Barquisimeto como Universidad Centro Occidental Lisandro
Alvarado, mediante decreto No. 55 de fecha 2 de abril de 1979.
Fuente: http://noticiaaldia.com/2015/04/hace-86-anos-murio-lisandro-alvarado-larense-de-ciencia-letras-y-esencia/
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