Proverbio egipcio

“El reino de los cielos está dentro de ti; aquel que logre conocerse a sí mismo, lo encontrará” Proverbio egipcio

viernes, 2 de septiembre de 2016

Origen de la masonería en el Táchira, Venezuela



Francisco García de Hevia, Primer Venerable maestro
de la Logia "Virtudes de Santa Ana Nº 7" adscrita a Inglaterr
a

No todas las Sociedades Secretas persistentes han surgido con una idea de ocultismo. Algunas de estas formaciones han nacido bajo imperativos muy distintos a los que arribaron con el pasar de los siglos. La Masonería es una de estas sociedades, agrupaciones que surgieron de los gremios artesanales de la edad Media, pero sus orígenes son más antiguos.

La primera Logia del que se tiene noticia, según revisiones en antiguas bibliotecas masonicas del estado Táchira sugieren el encuentro histórico de Don Antonio Nariño, prócer de la independencia de Colombia, con el también prócer de la independencia tachirense Don Francisco García de Hevia. El masón estaba obligado a obedecer la ley moral y por consiguiente sus actos debían ajustarse rigurosamente a su propia conciencia. Jamás podrían ser un ateo ni un dogmático o religioso. La tolerancia y el amor a sus semejantes debían estar presentes en todos los ángulos de su vida de relación. Debía ser el masón un hombre activo, estudioso, amante de la verdad y justo en sus conceptos y decisiones.
El masón está, pues, obligado a mantenerse alejado de los vicios y a procurar su propio perfeccionamiento mediante el trabajo y la superación de sus defectos. A nadie puede impedirse su ingreso a la masonería por razón del credo religioso que practique, ni a nadie, después de ser aceptado, se le obliga a cambiar de fe o a obrar en contra de las religiones establecidas. "En el seno de esta institución se observa un culto ardiente por la libertad y por ello los masones luchan contra la esclavitud en todas sus formas". Así resume los principios de la masonería Américo Camicelli, y tal fue el código de normas morales y políticas adoptado por la Gran Logia de Londres, establecida en el año de 1717, inspirado inicialmente en los principios mismos de la doctrina cristiana, algunos de cuyos postulados se remontan también hasta la doctrina estoica, de raíz socrática, que reforzó sus postulados filosóficos "con la afirmación de que todos los hombres son iguales, libres y capaces de alcanzar la virtud argumentando que la única esclavitud era la ignorancia y la verdadera libertad, el saber", como señala Pedro Pablo Peña. 

En La Grita se dio el encuentro entre Nariño y García de Hevia, allí Nariño le expresó entre tantas ideas que las puertas de la antigua Iglesia Matriz de La Grita le traian recuerdos a las puertas del gran templo de Santa Ana de Nuestra Señora de París. De allí que quien visita hoy la "Ciudad del Espíritu Santo" se encuentra con variada simbología masonica en la ciudad, tanto en sus iglesias como en varias casas claves de la La Grita.  Nuestra primera Logia llevaría el nombre de "Logia Virtudes de Santa Ana Nº 7" y estuvo adscrita a Inglaterra (Aunque este dato aún no esta claro, pues esos Archivos están desaparecidos, sólo impera tradiciones de la oralidad en nuestra orden y algunos fragmentos escritos en la Biblioteca de un Q:. H:. que se ha encargado de ser el depositario de varios documentos ineditos de la Orden, y al cual he tenido acceso por mi alta investidura). La historia es conocida luego y como nuestro primer Gran Venerable Maestro, nuestro Querido Hermano Francisco Javier García de Hevia, héroe que murió con dignidad en Colombia. Allí están los orígenes de nuestra Fraternidad en estas tierras, en La Grita. La masonería había sido introducida en España por el duque Felipe de Wharton, Gran Maestro de la Gran Logia de Londres en 1722, nombrado ministro inglés ante el gobierno español, quien organizó el grupo en la ciudad de Madrid, en abril de 1728, con el nombre de "Matritense". Luego se fundaron células similares en Cádiz, Sevilla y otras ciudades españolas, logrando infiltrar las altas esferas oficiales de la monarquía, como ocurrió con don Pedro Rodríguez, Conde de Campomanes, miembro de una de las logias de Madrid, nombrado fiscal del Consejo de Castilla. Más tarde, en 1767, fue designado como jefe de la masonería española don Pablo Abarca y de Bolea, décimo conde de Aranda, exaltado por Carlos III al cargo de presidente del mismo Consejo y quien al parecer inspiró al monarca la Real Pragmática Sanción, que expulsó a los jesuítas de todos los dominios de España.
Mandil masónico de segundo grado del siglo pasado. 
Museo del Siglo XIX, Bogotá

Las logias masónicas se extendieron rápidamente a través de la América anglosajona y sus postulados fueron abrazados por la mayoría de los protagonistas que lucharon y lograron la feliz culminación del movimiento libertario. Estos postulados y las doctrinas del cristianismo inspiraron a Thomas Jefferson, en 1786, el famoso texto de la Declaración de Independencia. Tres años más tarde, la masonería francesa tomaba parte activa en el movimiento revolucionario, apoyando la lucha contra el feudalismo y respaldando la implantación de los "Derechos del Hombre", proclamados en agosto de 1789, acto que aseguró la instauración de un gobierno democrático, documento que fue traducido por Don Antonio Nariño y que debió haber sido traído por él a finales del siglo XIX a La Grita y divulgado en esas tierras de montaña, dando pie a los movimientos comuneros de La Grita (1779) y El Socorro (1781). El 29 de agosto de 1793 se declaró la abolición de la esclavitud.

Tal era el mensaje político y filosófico que llegaba a las colonias de la América española, a través de publicaciones que se leían clandestinamente y de las sociedades secretas que empezaban a surgir en la capital del Virreinato, como la establecida por Nariño en asociación con su amigo el médico francés Luis de Rieux, masón, con el nombre de Arcano Sublime de la Filantropía, que simulaba ser sólo una sala de lectura que servía de tertulia a miembros distinguidos de la sociedad santafereña. De su seno surgió, seguramente, la idea de la traducción y publicación de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.



Grabado de Ricardo Moros Urbina. 
Museo del Siglo XIX, Bogotá.


La segunda Logia tachirense sería "Sol de los Andes Nº 46" nace en 1856, entre sus fundadores estará; Domingo Guzmán Escandon, José Gregorio Villafañe y Carlos Rangel. En "Sol de los Andes Nº 46" pasarían hombres como: Espíritu Santo Morales, Juan Pablo Peñaloza, Pedro María Morantes (Pío Gil), el panfletario José María Vargas Vila. "Sol de los Andes Nº 46" desaparece en 1923 a la llegada de Monseñor San Miguel. Es hasta 1930, que vuelve aparecer otra Logia, en este caso "Sol del Táchira Nº 85". En la actualidad en la ciudad de San Cristóbal y en Táriba funcionan las respetables logias: Sol del Táchira, Pío Gil, Restauradores del Honor adscritas a la Respetable Logia de la República de Venezuela; y Sol de Occidente, adscrita a la Gran Logia Suroriental de Antiguos, Libres y Aceptados Masones.

Fuente:  http://masoneseneltachira.blogspot.com/

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