Proverbio egipcio

“El reino de los cielos está dentro de ti; aquel que logre conocerse a sí mismo, lo encontrará” Proverbio egipcio

martes, 8 de mayo de 2018

Isidro Toro Pampols: Blancanieves y los siete enanos


Blancanieves es un antiquísimo cuento de hadas cuya versión más difundida es la de los hermanos Grimm y quizás la más popular es la adaptación cinematográfica titulada Blancanieves y los siete enanitos (1937), de Walt Disney.

La historia se presenta simple: Blancanieves queda huérfana de madre al nacer quedando en manos de su madrastra, quien era una hechicera muy poderosa, además de ser egoísta, malvada, mala y excesivamente vanidosa.

Blancanieves crece luchando contra los distintos pecados capitales: la pereza, la envidia, la soberbia, la ira, la avaricia, la lujuria, la gula... Toda una mezcla de pasiones dignas para que un psicoanalista trate de encontrar el origen.

De nuestro lado, ponemos en relieve como la educación formal puede llegar a falsear los instintos sociales que se llaman honor, virtud y justicia, creando muchos problemas.

Frente a esa realidad, Blancanieves siempre busca sobreponerse, derrotando el símbolo del mal, su madrastra la reina Malvada y a su círculo de secuaces.

Entre los aliados con los que cuenta Blancanieves, están un grupo de enanos quienes no se distinguían por ser modelos de ciudadanos. En algunas versiones cinematográficas lo presentan como un grupo de siete enanitos asaltantes de caminos.

Lo cierto es que Blancanieves ha logrado construir dentro de sí, en su individualidad, en su conciencia, un templo de virtudes que orientan su conducta; mientras que sus aliados representan lo que podríamos llamar unos practicantes de los siete pecados capitales. Veamos:

Doc encarna la soberbia. Vive en un constante deseo de recibir honores y reconocimientos a cualquier costo. En fin, se cree superior a los demás. 

Estornudo es el típico avaro. Su misión en la vida es acaparar riquezas, sin importarle las consecuencias con el prójimo.

Tontin es esclavo de su apetito sexual que lo mantiene atontado.

Gruñon, personifica la ira, la dificultad para aceptar contrariedades y vive en permanente descontento, siempre resentido con respecto a los demás.

Feliz sólo piensa en comer y beber. Simboliza la gula.

Tímido es carcomido por la envidia. Con su pobre autoestima, está resentido por las cualidades o logros de los demás.

Dormilon, como bien su nombre lo indica, representa la pereza con un permanente desgano por obrar en el trabajo o por responder a los bienes espirituales y hacer el bien a los demás.

Con estos aliados Blancanieves debe recuperar el reino e imponer un gobierno de paz, armonía y justicia para todos los súbditos. ¡Parece una contradicción!

Blancanieves procede con su ejemplo, proyectando el templo de virtudes entre sus colaboradores, logrando cambios sustanciales en cada uno de ellos. Al soberbio Doc, le inculcó la humildad, haciéndole reconocer que en nuestra existencia solamente tenemos nada. A la avaricia de Estornudo, le enseñó la generosidad, haciéndole sentir en su espíritu el bien que produce dar sin esperar nada a cambio. A Tonti, el lujurioso, le mostró los beneficios de dominar los apetitos sexuales. Gruñón, el iracundo, le señaló el camino de la paciencia y el arte de recibir en paz y serenidad las adversidades. Feliz, la templanza para controlar la gula, la moderación en el comer, en el beber y en el accionar. Al envidioso Tímido, le muestra la caridad que genera paz espiritual que conquista cuando le deseas y le haces el bien al prójimo. Y finalmente al perezoso Dormilón,  le modela la diligencia con prontitud de ánimo para hacer el bien, sin mirar a quien.

Con su ejemplo Blancanieves levanta y transforma un ejército de extraviados por la incongruencia de algunas normas sociales, en un conjunto donde laboran todos a una, en función del bien común. La conclusión es que tiene éxito en su cometido.

La enseñanza de esta historia más que centenaria, es que en la lucha por conseguir objetivos debemos contar con todas aquellas personas de buenas costumbres, que aunque se encuentren extraviados por cierto males sociales, son útiles para alcanzar metas en beneficio de la comunidad. Es un ejemplo de buen pragmatismo.

El liderazgo en todos los órdenes de la vida debe dar el ejemplo de moral, tener ideas claras,  exponerlas, organizarse y saberse rodear de personas que prometan y desechar aquellos irrecuperables, porque esos son a los que hay que derrotar. 

Blancanieves luchó ella misma a lo interno para construir en su ser, en su conciencia, el faro de luz que luego sería guía para recuperar recursos humanos y con ellos, derrotar a los irrecuperables.

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