Proverbio egipcio

“El reino de los cielos está dentro de ti; aquel que logre conocerse a sí mismo, lo encontrará” Proverbio egipcio

domingo, 1 de noviembre de 2015

La R:.L: de los Bufalos Mojados




Los Picapiedras (The Flintstones, su nombre original en inglés) fue una serie animada que se volvió intemporal por su acogida popular que proponía una réplica jocosa de las formas y costumbres de la vida de la clase media estadounidense hacia mediados del siglo XX.
Focalizada en un pueblo fantástico llamado “Piedradura”, (acaso aludiendo al paciente y duro trabajo de los obreros que burilaban los moldes brutos y efectivamente duros de la piedra) y que estaba concebida bajo los moldes de una sociedad primitiva pero cuyo desarrollo y vida social, combinaba lo rudimentario con lo actual, incluyendo hasta la problemática social de aquel tiempo.

En la serie se abordó temas comunes para la gente, sin embargo la razón por la que estos personajes –en la misma lógica jocosa de la historieta-, aparecen como integrantes de una logia masónica, no responde sólo a la adhesión o admiración de sus autores a esta organización, sino, a la enorme popularidad y prestigio de esta comunidad fraternal dedicada –como hasta estos días-, a la beneficencia, entendida como ayuda social.
No, sobre todo si tenemos en cuenta que parte de los graves problemas que ha tenido que enfrentar la Masonería, es la falta de entendimiento de sus reservas institucionales. Tan pronto se conoció la serie, despertó un debate interno sobre su conveniencia ya que había quienes lo veían como “intromisión”. La verdad es que la forma como ha sido tratada y elaborada la animación (y en ella simbólicamente la vida de las logias) es respetuosa, al punto que en el apogeo de la difusión de la serie (entre los años 1960 a 1966), cuando las reservas de la vida masónica se guardaban aún bajo siete llaves, hay capítulos en los que se replica –insisto, muy bien tratado-, incluso “actos de iniciación” lo que permitió alejar el mito del secretismo de la Masonería tan difundido por sus detractores.
Otro de los aspectos que hay que resaltar sobre Los Picapiedras es que sirvió a la Masonería (aun sin proponérselo los autores) para responder a esa guerra desleal y llena de infundios planteada contra ellos, mostrándolos como una secta secreta, por tanto conspiradora, y hasta peligrosa. Eran los tiempos en la que los agentes productores desesperados, usaban hasta los comics e historietas para vender entre los más jóvenes “la bondad de la guerra”, “la necesidad de las armas para mantener la paz ” y hasta esa ideologías de muerte que inspiró las guerras mundiales y luego el acelerado juego de la guerra nuclear.
Es conocido que la gran empresa cinematográfica y los agentes de la inteligencia de las potencias mundiales encargaban “productos” sobre la base de la realidad política de la época, lo que explica por ejemplo, el impulso a las historias de Superman y el invencible Capitán América frente a los malos que son todos aquellos que no son Norteamericanos, y cuyo nombre y contenido por cierto, nos relevan de cualquier comentario adicional
Los Picapiedras y sus historias homologadas en planos de una civilización sin mayores diferencias, tuvo una larga y prolongada acogida, incluso hasta estos días en los que se le programa con éxito en varios países del mundo primero porque era una serie sana y porque siendo así, supo responder con mucho acierto a los componentes raciales-políticos y culturales de la propaganda imperial inaceptable, pero tan de moda en tiempos en los que la gente de color y los pobres no existían (nadie recuerda por cierto un héroe trascendente de color, originario de tribus Indias, menos, de comunidades procedentes del Asía o la India).
TARZAN.jpg La famosa historia de Tarzán es el mejor ejemplo de la naturaleza del mensaje que se nos enviaba y de todo lo que hoy sostenemos. Veamos, un niño huérfano salvó de un naufragio en medio de la selva no explorada. Es adoptado y amamantado por una comunidad de simios y tras “una vida plenamente animal”, logra convertirse en “el Rey de la selva”, sus gritos “ordenan rebaños” y “domina fieras”; vence la naturaleza y no hay zona inexpugnable para este superhombre que enfrenta todo tipo de animales, venciéndolos y logrando incluso trasladarse por la selva en corto tiempo y hasta “volando”, por el hecho de “ser blanco”, ya que los negros que vivieron en esas misma tierras por siglos, rodeados de los mismos animales y condiciones en las que creció Tarzán, no lograron ni siquiera entenderse entre ellos.
Los Picapiedra y los Mármol constituyen de alguna manera la respuesta a esa ficción degradante, racial y poco ética, frente a la cual lograron imponer como normales, criterios sociales y éticos tan elementales como la unidad de la familia, el trabajo, los horarios, la solidaridad y hasta la defensa de la vida animal con el rol que cumple el perro-dinosaurio Dino, la mascota.
Si bien estos personajes fueron introducidos en una serie en la edad de piedra, resulta meritorio el cómo los componentes modernos fueron integrados a su vez a la serie, lo que le dio el sesgo alegre y realista que mantuvo y en el que prevalece siempre el sentido de la familia y de la colectividad organizada.
Sólo una anotación importante, los nombres elegidos para los personajes centrales de la serie tampoco pueden ser una coincidencia, como no lo fue la alusión a la masonería. San Pedro y San Pablo constituyen una solemnidad conjunta y sin duda representan el ejercicio de la lealtad y un apostolado respecto de la cristiandad y sus valores. Algún mensaje encierra esta vital  decisión.
Pero Pedro y Pablo, ciudadanos de Piedradura, son “cabeza de familia, gozan de las cosas simples del hogar y viven enamorados de sus esposas. Trabajan en una cantera ganándose el salario con su esfuerzo, en tanto Vilma y Bety cumplen las tareas de administrar el hogar -al parecer además con mucha eficiencia-, mientras cuidan a sus hijos Pebles y Banban, todos ciudadanos perfectamente comunes y corrientes, sometidos al estrés de la vida citadina, pero dispuestos a ponerle buen rostro al diario acontecer, salvo claro, en tanto no esté de por medio el señor Rajuela, jefe en la Cantera donde trabajan picando piedras, Los encantadores Picapiedras.
Ambos personajes pertenecen a la hermandad (Logia) de los “Búfalos Mojados” a cuyas reuniones asistían de vez en cuando, ataviados con un sombrero de piel de búfalo. Los Búfalos Mojados –tratados de manera delicada y con buen gusto-, no son otra cosa que la referencia a los modernos Shriners que actúan inspirados en la obra realizada en la Edad de Piedra. Esta era una antigua Orden Arábiga de los Nobles del Santuario Místico, que  fue establecida en 1870 como un cuerpo dependiente de la masonería y que en Norteamérica siguen impulsando y administrando hasta estos días, Hospitales para Niños.
A los Shriners se les identifica por llevar la cabeza cubierta con un fez, un típico gorro árabe que identifica sus logias con símbolos y nombres de connotación islámica. En el caso de la Logia de los Búfalos Mojados el símbolo que llevan en su gorro, recuerda la Media Luna Árabe y es evidente que esta orden masónica inspiró su diseño.
Por otro lado, la serie abre la masonería al mundo profano, con sutileza y buen trato los muestra humanos, cercanos y ciudadanos normales y desarrollando tareas siempre con fines altruistas, dedicándose básicamente a la beneficencia.
Si bien actualmente los masones son mencionados y hay mucha información sobre su origen, reuniones y taras, la serie Los Picapiedras constituye un ícono, es a partir de esa experiencia que continúan apareciendo y con frecuencia en muchas películas, series norteamericanas, siempre al lado del orden y los valores del servicio y la asistencia.
Los masones, incluso los integrantes de la logia de los Búfalos Mojados deben mantener una conducta ciudadana ejemplar y sus valores tienen que ver con La Libertad, La Igualdad y La Fraternidad, lo que explica de alguna manera la tremenda influencia de una serie diseñada para niños, pero que por años, concentró a la familia frente al televisor.
Esa es la serie que mueve nuestros afectos más íntimos y que nos ha remontado a nuestras ya lejana y deliciosa niñez, aquella  en la que Los Picapiedras fueron nuestra mejor compañía.
Finalmente un dato para los interesados: La R:.L:.S:. de los BUFALOS MOJADOS abatió columnas en el V:. de Piedradura, del O:. de la Edad Media, el primer día del mes de abril de mil novecientos sesentiseis, pero su obra y trascendencia sigue siendo de valiosa actualidad.

 Fuente: http://horizonteposible.bligoo.es/masones-famosospedro-picapiedra-y-pablo-marmol


4 comentarios:

  1. esa serie divertia y enseñaba en forma amena, la mayoria de las series hoy en dia,distan mucho de esas caracteristicas notorias que la hacen perdurar en el tiempo.

    ResponderBorrar
  2. Mentira Total! Hoy en día se sabe que es una secta Satanica que impulsa el Nuevo Orden Mundial. Lo dice el mismo masón Albert Pike en su libro de Dogmas y Normas.

    ResponderBorrar
  3. El fanatismo dogmatico religioso superticiosos e ignorante de los que piensan que tienen la verdad revelada

    ResponderBorrar