Representantes de la masonería a nivel mundial llegaron a Mendoza
(Argentina) para participar de una celebración por el 200º aniversario de la
Independencia argentina. Se trata de las organizaciones francmasónicas
agrupadas en el Centro de Comunicación e Información de las Potencias
Masónicas Firmantes del Llamado de Estrasburgo (CLIPSAS, por sus siglas
en francés), de pensamiento liberal (Corriente Continental), al cual
pertenece la Gran Oriente Federal de la República Argentina, que tiene
su sede operativa en nuestra provincia.
Creado el 22 de enero de 1961 en Estrasburgo, CLIPSAS reúne a más de 90
organizaciones masónicas que tienen presencia en todos los continentes, y
cuenta con diversas instituciones latinoamericanas. Sus miembros no
solo promulgan los valores tradicionales de la francmasonería, además
sostienen la libertad absoluta de la conciencia independientemente de
las creencias religiosas y la no imposición de dogmas. Esto les ha
permitido, por ejemplo, aceptar grupos masónicos femeninos y mixtos.
El secretario general de CLIPSAS, Elbio Laxalte Terra, explicó a MDZ
que la masonería moderna "es una institución relativamente antigua,
porque si bien su origen puede encontrarse hacia el siglo X, en los
documentos más antiguos detectados de las primeras logias de
trabajadores, recién como institución más parecida a la actualidad tiene
lugar en Londres el 24 de junio de 1717, con las Constituciones de
Anderson; en esos 300 años el mundo y la gente han cambiado, y la
masonería ha recibido influencias aunque sus valores siguen siendo los
mismos".
Dentro de ese concepto, pueden diferenciarse dos corrientes principales
en la francmasonería: la continental (o francesa), de carácter más
liberal e igualitaria de género, y la anglosajona, más cerrada y
fuertemente tradicionalista. Con esas bases, Laxalte recordó que, tras
la Segunda Guerra Mundial, "algunas organizaciones masónicas inglesas y
norteamericanas dicen que lo políticamente correcto es que los masones
tenían que creer en un principio creador, en la inmortalidad del alma y
debían reunirse en presencia de un libro sagrado, normalmente la Biblia.
Frente a esto hubo una reacción, por lo cual se reunieron diez
organizaciones masónicas europeas que hicieron un llamado para que los
masones no aceptaran esas imposiciones".
De esa declaración nació
CLIPSAS, la cual, en ese momento de 1961, encomendó a los masones a
"encontrarse en el espíritu de la mayor tolerancia mutua y que cada uno
es soberano de poder elegir, dentro de los principios masónicos
generales, cuáles son sus maneras de actuar. Si alguno pensaba en que
era bueno trabajar con el libro sagrado, que lo hiciera, pero que no
impusieran a otros si no lo querían hacer".
Las denominadas Constituciones de Anderson, consideradas como el primer
documento de la masonería moderna, son estatutos que, para los masones
liberales como Laxalte Terra, contienen "conceptos claves muy
importantes: independientemente de las religiones que practiquen los
masones en sus países, hay algo superior, como una especie de religión,
pero no en el sentido de culto, sino que une a todos los hombres
independientemente de sus creencias, bajo el de ser gente buena, honesta
y de honor, y que la masonería se transformaba, de esa manera, en un
lugar donde gente que venía de diferentes horizontes y creencias podían
encontrarse basados en esos valores".
"No importa que piensas en tu veta filosófica o religiosa, lo importante
es que no intentes imponer a otros tus creencias y que seas capaz de
encontrar los denominadores comunes y las articulaciones con otra gente
buena, hacer cosas mejores para uno mismo y para la sociedad en la cual
vive", añadió.
Laxalte Terra aseveró que CLIPSAS, desde sus orígenes, plantea que,
"además de libertad, igualdad y fraternidad, es bueno también impulsar
la libertad absoluta de conciencia. CLIPSAS es creado como una pequeña
rebeldía hacia esas instituciones masónicas que querían lesionar el
espíritu liberal tradicional, hegemonizando ciertas costumbres hacia
ello". A su vez manifestó que "dentro de CLIPSAS, las organizaciones que
la integran son absolutamente plurales. Esa pluralidad y la falta de
imposición -salvo la tolerancia mutua y la libertad absoluta de
conciencia- se planteó como una gran apertura que llamó mucho la
atención". Así, se desmiente que "los masones tienen una organización
mundial que manda y controla todo. Eso no es verdad, sino todo lo
contrario".
Por otro lado, Laxalte Terra destacó que CLIPSAS "es la única entidad
masónica global que integra, como consultor, el Consejo Económico y
Social de las Naciones Unidas, en el cual impulsamos diversas ideas" y
también que "en la última asamblea realizada en Rotterdam, se creó el
Observatorio de la Dignidad Humana, que sea capaz de articular derechos,
deberes y situaciones económicas, políticas y valóricas en un solo
lugar, como un aspecto específico a partir de sus valores masónicos.
Cada una de sus entidades miembros conformará su comité, también se
realizarán a nivel continental y mundial".
Otras preocupaciones de CLIPSAS, que comparte con muchas agrupaciones
masónicas, son las injusticias económicas y sociales internacionales, la
pobreza, la gobernanza mundial, el medio ambiente, la violencia contra
la mujer y las cuestiones educativas, entre varias más.
Un hito para las organizaciones masónicas de América Latina será que la
asamblea general de CLIPSAS del año que viene, en el marco del
aniversario de los 300 años de la masonería moderna, tendrá lugar a
fines de mayo en Buenos Aires. "Será un buen momento y lugar para que la
masonería latinoamericana pueda encontrarse y trabajar, desde su
perspectiva, ese balance de 300 años y qué hacer para el futuro",
sintetizó Laxalte Terra.
Fuente: http://www.mdzol.com/nota/682168-que-hacen-masones-de-todo-el-mundo-en-mendoza/
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