El principal teórico
que achacó la Revolución a la masonería fue el sacerdote jesuita francés
Augustin Barruel (1741-1820).
La Revolución Francesa
ha sido un hecho fundamental en la Historia, y por ello, desde el mismo momento
que se produjo surgieron los intentos de encontrar y analizar las causas de tal
conmoción. Una de las primeras teorías formuladas tuvo que ver con la idea de
que los hilos revolucionarios habían sido movidos por la masonería para
perturbar y destruir el orden establecido del Antiguo Régimen. Los sectores más
reaccionarios de la Iglesia encontraron, de ese modo, una explicación acorde
con sus intereses. En este artículo nos acercamos al origen de esta teoría,
basada en el concepto de conspiración, y que obvia todo tipo de factores económicos,
sociales y políticos.
El principal teórico
que achacó la Revolución a la masonería fue el sacerdote jesuita francés
Augustin Barruel (1741-1820). El religioso afirmó que la francmasonería estaba
detrás de la Revolución en su libro, Memoria para servir a la Historia del
Jacobinismo (1797-1799).
Otro de los defensores
de esta teoría fue el erudito y profesor escocés John Robison
(1739-1805), que llegó a las mismas conclusiones. Curiosamente, Robison era
masón pero denunció una conspiración masónica contra los poderes establecidos
en Europa en una obra que publicó en 1797. Pero la teoría de Robison no
era exactamente igual a la de Barruel, ya que, además de antimasónica era,
también antijesuítica. Según el autor, los masones habían generado muchas de las
disputas contra la religión cristiana pero los jesuitas habían participado en
casi todas las disensiones e innovaciones condenables, especialmente desde que
la Compañía fue disuelta en el siglo XVIII. Además, los jesuitas habían
pretendido mantener su influencia por medio de la masonería, una asociación que
tenía como único fin la destrucción de la religión y de los estados europeos.
En España el jesuita y
filólogo Lorenzo Hervás y Panduro (1735-1809) publicó, al parecer, furtivamente
en el año 1803, la obra Revolución religionaria y civil de los franceses
en el año 1789: Sus causas morales y medios usados para efectuarla, aunque
estaría redactada, al menos, desde 1794. El manuscrito se divulgó entre los
antiguos jesuitas. Por fin en 1807 y ya en Madrid se publicó la misma
obra pero con un título diferente: Causas de la Revolución de Francia en el año
1789, y medios de que se han valido para efectuarla los enemigos de la Religión
y del Estado. Hervás sostenía que las causas de la Revolución no eran económicas,
sino que procedían del mundo de las ideas. El autor era admirador de
la cultura francesa pero disentía de forma radical de las ideas revolucionarias
y conocía la obra crítica con la Revolución de Edmund Burke.
En relación con el
manuscrito de 1794, el padre Luengo elogiaba la obra porque el autor intentaba
probar que los “filósofos incrédulos y los herejes jansenistas, unidos entre
sí, eran los verdaderos y únicos autores de la ruina de la religión y del trono
de Francia”. En el mismo sentido, en la edición definitiva de 1807, Hervás
afirmaba que estaba haciendo un gran servicio a la patria con su publicación.
Hervás explicaba en su
obra el nacimiento de lo que denominaba la “fiera democrática” y de la
libertad, considerada un “fruto abominable de las secta jansenista, filosófica
y francmasónica”. La masonería buscaba la destrucción del catolicismo y de las
monarquías a través de la difusión de las ideas de la libertad y la igualdad.
Fuente: http://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/conspiracion-masoneria-y-revolucion-francesa/20150812172047119031.html
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