ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Desde las épocas más tempranas, el hombre ha construido templos o
santuarios donde podía adorar su Dios en su “casa”. La Torre de Babel es
la primera estructura de ese orden mencionado en la Biblia, Babel
siendo el nombre de una de las ciudades principales fundadas por Nimrod
en la tierra de Sumer, o Babilonia antigua. Nimrod fue un constructor
prolífico, y era rey de Babilonia en el tiempo de la Torre. Aunque
todavía no hay evidencia arqueológica que confirma la existencia de una
ciudad y de la torre de Babilonia antes de 1.800 A.E.V., un texto de
Sharkalisharri, Rey de Agade circa 2.250 A.E.V., menciona su
restauración del templo-torre o “ziggurat” en Babilonia, que sugiere la
existencia de una ciudad sagrada anterior en ese emplazamiento. Ahora se
cree que cuando Ur-Nammur, el Rey de Ur, construyó un ziggurat en 2.100
A.E.V., reemplazó la primera Torre de Babel, probablemente construida
antes del año 4.000 A.E.V. El ziggurat era una serie de plataformas
superpuestas, progresivamente disminuyendo en área, con acceso por
rampas o escaleras. La estructura estaba rodeada por un templo, del cual
se creía que Dios descendería para comunicarse con la humanidad.
La historia tradicional de las Guildas Masónicas decía que los
secretos de su oficio fueron primeramente dados al oficio por Nimrod. El
ritual de los Francmasones Operativos todavía incluye los antiguos
‘Cargos de Nimrod’, en los cuales el primer cargo requiere que todos los
Francmasones deben ser fieles a su Dios, su Rey, su Señor y sus
Maestros.
Cuando tenía 70 años, Abram, quien nació en Ur alrededor de 2.160
A.E.V., recibió un llamado Divino de buscar una tierra donde podría
edificar una nación Israelítica libre de idolatría. Para cumplir con su
misión, Abram primeramente se mudó a Harran sobre el río Balikh, un
tributario del Eufrate 1.000 Km. nor-oeste de Ur, donde se quedó hasta
la muerte de su padre cinco años después. Entonces viajó hacia el sur en
etapas hasta el valle de Moreh, en la tierra de Canaan (lo que hoy es
Israel). Fue aquí donde Dios prometió a Abram la posesión de toda la
tierra del Eufrate hacia el sud-oeste. Abram construyó un altar al Señor
en ese lugar. Como los Cananitas estaban celosos de Abram, rápidamente
se mudó hacia el sur al distrito montañoso entre Beth-El y Ai, justo al
norte de Jerusalén, donde también construyó otro altar a Dios. Abram
siguió moviéndose hacia el sur, hasta que la escasez de comida lo empujó
del Negev hacia Egipto, pero luego volvió como hombre rico a la zona
montañosa, donde una vez más estableció la veneración a Dios, quien
reiteró su promesa a Abram – este entonces se mudó a Mamre cerca de
Hebrón, donde construyó otro altar.
Alrededor de 2.080 A.E.V. después de rescatar su sobrino Lot de
Sodom, ganando a una confederación de cuatro reyes Babilónicos, fue
bendecido en el nombre de Dios por Melchizedek, Rey de Salem. (Esta
ciudad sería más tarde fusionada con la ciudad de Jeru, por David, dando
Jerusalén). Abram pagó impuestos a Melchizedek en cambio de este
reconocimiento. Dios entonces renovó su promesa a Abram, pero dijo que
antes que su pueblo heredaría Canaan, pasarían 400 años en un país
extranjero, la primera referencia al exilio en Egipto. Dios también se
reveló a Abram como ‘El Shaddai’, el Todopoderoso. Fue en ese momento
que Dios cambió el nombre de Abram (que significa ‘padre eminente’) a
Abraham (que significa ‘el padre de una nación’).
Abraham tenía 175 años cuando murió, que fue 115 años antes que Jacob
y su familia migraron a Egipto. Cuando Jacob salió de Canaan cerca de
1.870 A.E.V., Dios le aseguró que sus descendientes volverían a la
tierra prometida.
EL TABERNÁCULO DE ISRAEL
Cómo los patriarcas, Abraham, Isaac y Jacob eran semi nomadicos, no
podían construir un santuario permanente para venerar, como era la
costumbre en las ciudades de la Mesopotámia cuando Abraham dejó Ur.
Después de una residencia de 430 años en Egipto, la nación de Israel (
así llamada por el nuevo nombre dado por Dios a Jacob) apareció con el
Éxodo de Egipto alrededor de 1.440 A.E.V., bajo el liderazgo de Moisés y
con la conducción divina de la Columna de Nubes durante los días y la
Columna de Fuego durante las noches. Durante el segundo año del Éxodo,
Moisés intercedió por cuenta de su pueblo, pasando dos períodos de
cuarenta días y cuarenta noches en el Monte Sinaí. Moisés fue
recompensado cuando le fue revelada la gloria del Señor, las Tablas de
la Ley fueron renovadas y un convenio hecho con Israel. En
reconocimiento del convenio, y de acuerdo a instrucciones dadas por Dios
a Moisés, un Tabernáculo, o carpa de ‘congregación’, fue levantada como
un santuario portátil. El Tabernáculo era un rectángulo orientado de
este a oeste, y colocado dentro de un patio cerrado cerca del lado
occidental. La estructura soportaba sábanas de lino colgadas de barras.
Un altar de bronce fue instalado justo dentro del patio, cerca de la
puerta de entrada en el lado oriental. Una ‘palangana’ de bronce, en la
cual los sacerdotes se lavaban, fue colocada a mitad camino entre el
altar de bronce y la entrada al Tabernáculo en su lado oriental.
El Tabernáculo estaba compuesto por dos partes, el ‘Mishkan’ o
tabernáculo propiamente dicho, y el ‘Ohel’, o carpa. El interior del
Mishkan estaba dividido en dos compartimientos. El mayor de estos estaba
en el lado oriental y llamado el ‘Hechal’ o Lugar Sagrado (Sanctum). El
compartimiento occidental era un cubo perfecto, llamado el ‘Kodesh
Kedoshim’ o Sagrado de los Sagrados (Sanctum Sanctorum), en el cual
reposaba el Arca del Convenio. La totalidad estaba cubierta por el Ohel.
El Tabernáculo siguió siendo usado cómo el lugar de encuentro
provisional entre Dios y el ‘pueblo elegido’ hasta mucho después de su
llegada a Canaan. Durante el tiempo de los Jueces estaba en Silo, en el
reinado de Saúl estaba en Nob y más tarde en Gibeon. Aunque David
construyó otro Tabernáculo en Jerusalén para recibir el Arca, el
Tabernáculo de Israel original se quedó en Gibeon hasta los días del Rey
Solomón, junto con el altar de bronce usado para las ofrendas
sacrificatorios.
EL TEMPLON DEL REY SOLOMÓN
Con la muerte de Saúl, alrededor de 1.010 A.E.V., David fue Rey de
Judea. Siete u ocho años más tarde fue ungido cómo Rey de todo Israel.
Cuando David había consolidado su poder y había construido una
residencia para sí, la falta de un santuario de Dios lo molestaba. Como
estaba manchado por la sangre de sus enemigos, estaba imposibilitado de
construir un templo para el Señor, pero juntó los materiales, juntó
tesoros, y compró un sitio para la construcción. El sitio elegido era el
piso de trillar de Araunah el Jebusita, dentro del área del Monte
Moriah en la parte oriental de la ‘Vieja Ciudad’ de Jerusalén, también
conocida cómo el Monte del Templo. Se cree que la parte más alta de la
roca, ahora cubierta por la mezquita conocida cómo ‘Cúpula de la Roca’
casi seguramente fue la posición del Sagrado de los Sagrados en el
primer Templo. Esta era la misma roca donde Abraham estaba por
sacrificar su hijo Isaac antes que la intervención divina evitó que este
acto se consumara. (Una de las diez pruebas de Abraham.) La tradición
Judía cuenta además que una bóveda secreta fue construida debajo del
Templo donde se podían tener reuniones secretas y donde se podían
guardar todos los documentos y tesoros sagrados. Tal bóveda también está
presente en la tradición Masónica, y es un elemento vital en muchas de
sus ceremonias, especialmente en el Real Arco. La construcción de tales
bóvedas debajo de edificios eclesiásticos y otros edificios importantes
era común en los tiempos antiguos, y se tornó virtualmente esencial en
la era medieval.
Estudios sismológicos recientes indican que probablemente haya una
caverna debajo de la mezquita, pero excavaciones para confirmar la
existencia de la tradicional bóveda son imposibles en estos momentos. En
los últimos diez años los turistas que han visitado Jerusalén han
podido participar del ‘Tour de los Túneles’. Este empieza en el Muro de
los Lamentos, lo que queda del muro exterior occidental del patio del
Templo y que corre hacia el norte adyacente al Monte del Templo abajo
del actual Barrio Árabe de la Vieja Ciudad. Mientras se desarrolla el
Tour, las guías no tienen problema en identificar un túnel específico
que lleva directamente abajo de la posición del Sagrado de los Sagrados.
Ellos hablan de la época cuando estos túneles fueron descubiertos
originalmente y tienen que ver con haber encontrado ciertas bóvedas en
esa área específica. En estos días, prohibición religiosa y problemas de
seguridad no permiten un nuevo examen del lugar.
El Rey Solomón empezó la construcción del Templo en el cuarto año de
su reinado y lo completó siete años más tarde, circa 950 A.E.V. Para
facilitar el trabajo hizo un tratado con Hiram, Rey de Tiro, por el cual
Hiram permitiría que Solomón consiguiera madera de cedro y de ciprés y
bloques de piedra del Líbano. A los trabajadores de Solomón también se
les permitiría cortar los árboles y extraer y tallar las piedras bajo la
dirección de los trabajadores expertos de Hiram. Además, a Solomón le
fueron suministrados los servicios de un hábil artesano de Tiro llamado
Huram, para encargarse de las fundiciones y la manufactura de los
muebles más valiosos del Templo. En cambio de todos los servicios a ser
suministrados por el Rey Hiram, Solomón acordó mandarle cada año
4.400.000 litros cada uno de trigo y cebada triturados, además de
440.000 litros cada uno de aceite y de vino. Solomón hizo una leva de
trabajos forzados en todo Israel, totalizando 30.000 hombres a quienes
mandó al Líbano en turnos de 10.000 por mes. Adonhiram, quien había sido
un oficial del Rey David, encargado de los equipos de trabajo, siguió
bajo Solomón y fue encargado de la leva trabajando en el Líbano. El Rey
Solomón también usó 70.000 portadores de cargas y 80.000 talladores de
piedra en las colinas, además de 3.300 oficiales encargados de la gente
que trabajaba. Unos treinta años más tarde, cuando Rehoboam mandó
Adonhiram a imponer la recaudación de impuestos, el pueblo exasperado se
rebeló y mató a Adonhiram a piedrazos.
El Templo de Solomón era un edificio prefabricado orientado Este –
Oeste, siendo construido de bloques de piedra caliza, cuidadosamente
formados, extraídos de la cantera y tallados en o cerca de Jerusalén y
armados sin argamasa. El Templo tenía una sola entrada en el lado este a
la cual se llegaba a través de un patio descubierto. Mirando hacia el
este desde adentro, el patio estaba encarado por dos grandes pilares o
columnas. La del lado derecho o sur se llamaba ‘Jakín’ y la del lado
izquierdo o norte, se llamaba ‘Boaz’. Toda la madera usada en el Templo
venía de los bosques del Líbano. El Templo tenía puertas de madera de
olivo y estaban forradas con madera de cedro, adornadas por tallados e
incrustadas con oro. Los compartimentos del Tabernáculo estaban
replicados en el Templo de Solomón, pero eran dos veces más grandes. El
patio daba entrada al ‘Hechal’, o Lugar Sagrado. No había ventanas en el
Sagrado de los Sagrados, que recibía su luz únicamente desde la puerta
del Lugar Sagrado cuando las cortinas estaban abiertas.
El Sagrado de los Sagrados era accesible únicamente al Gran
Sacerdote, una vez por año, para la ceremonia de expiación en Yom Kippur
(el Día de Expiación). El Templo estaba cercado en el norte, oeste y
sud por depósitos de tres pisos de altura. Entre estos, en el lado sud,
estaba la ‘Cámara del Medio’ a la cual se accedía por una escalera
caracol en la esquina sudeste del edificio. La estructura entera estaba
sobre una plataforma unos dos metros más alta que el patio superior o
interior, y necesitaba ocho escalones para ascenderla. Cada uno de estos
patios estaba encerrado por paredes que constaban de tres filas de
piedra tallada, superpuestas por una fila de vigas de cedro. En el patio
superior o interior, como en el Patio del Tabernáculo, había un altar
de bronce para ofrendas quemadas, un mar de bronce y diez lavabos de
bronce para ser usados por los Sacerdotes en sus abluciones y para
purificación ceremonial.
Aunque más chico que cualquier templo Egipcio, el Templo de Solomón
era un edificio magnífico, sobrepasando cualquiera que lo hubiera
precedido, siendo conocido por la gran belleza de sus detalles y la
opulencia de su mobiliario, más que por su tamaño. No había piedras
visibles adentro, porqué los compartimentos tenían las paredes y
cielorrasos de madera de cedro, y los pisos entablados con ciprés. El
acceso al Lugar Sagrado era a través de puertas dobles plegables de
madera de ciprés, cada una dividida en partes inferiores y superiores.
El Sagrado de los Sagrados estaba separado del Lugar Sagrado por puertas
dobles de madera de olivo. Ambos pares de puertas se dejaban
generalmente abiertas, pero estaban tapadas con velos ornamentados de
manera similar a los del Tabernáculo. Las paredes y puertas estaban
talladas con palmeras, guirnaldas, pimpollos de flores y querubines,
ricamente incrustadas con oro. El cielorraso y piso del Lugar Sagrado,
además de la totalidad del interior del Sagrado de los Sagrados, estaban
recubiertos por láminas de oro.
La mueblería del Lugar Sagrado incluía un altar para incienso, diez
‘menorah’ o candelabros de siete brazos (hoy símbolo del Estado de
Israel), también doce mesas para los panes simbólicos (doce panes, uno
por cada tribu de Israel, en exhibición permanente). Dentro del Sagrado
de los Sagrados, había dos querubines tallados en madera de olivo y
cubiertos con oro, simbolizando la presencia majestuosa de Dios. Los
querubines estaban parados en actitud pensativa con las alas abiertas,
las puntas de sus alas adyacentes se tocaban arriba del Arca del
Convenio que descansaba en el medio del compartimiento, mientras que las
puntas de sus otras alas tocaban respectivamente las paredes norte y
sur. El Arca del Convenio estaba hecha de madera de acacia, superpuesta
con oro. Contenía dos tablas de piedra en las cuales estaban tallados
los diez mandamientos, los términos del Convenio de Dios con Israel.
LOS DOS GRANDES PILARES
Los
dos grandes pilares o columnas en el pórtico o entrada al Templo del
Rey Solomón estaban huecos y fundidos en Cobre, no en bronce, cómo
normalmente se dice, ya que este contiene zinc, silicio ,fósforo y
trazas de otros elementos que en esa época no se conocían). Las columnas
huecas fueron fundidas por Tirrios en moldes excavados en la tierra.
Con fundiciones grandes cómo los pilares, el núcleo interior de cera se
forma alrededor de un núcleo de arena o tierra. Tales columnas eran
comunes en Siria, Fenícia y Chipre en esa época y los Tirrios eran muy
experimentados en este tipo de fundición.
Investigaciones modernas indican que el tazón superior era
probablemente un recipiente para contener aceite, que se podía prender
de noche. Pilares decorados similares se conocen por su uso en
santuarios en esa región durante el período entre 1.000 A.E.V. y 900
A.E.V. El historiador Griego Heródoto, escribiendo alrededor del año 450
A.E.V. describió dos grandes pilares cerca del templo de Hércules en
Tiro, que ‘brillaban de noche’. Las dos enormes plataformas y columnas
en el patio del Templo del Rey Solomón habrían iluminado la fachada del
Templo en el Monte Moriah de noche, además de también atrapar el primer
signo de la salida del sol en Jerusalén. Han sido interpretados cómo
obeliscos sagrados, sus mechas prendidas y humeantes rememorando para
los adoradores los pilares de fuego y de humo que habían guiado los
Israelitas de otra época a través del desierto.
Los pilares fueron terminados y les dieron nombres antes de que el
Templo fuera dedicado. Aunque a menudo se dice que los nombres de los
pilares eran para preservar la memoria de los ancestros del Rey David,
ahora se sabe que esta no era su interpretación. Ha sido demostrado de
manera convincente que los nombres de los dos grandes pilares
significaban la inicial, o palabras claves habladas por oráculos. Los
Tazones no eran representaciones de los entonces conocidos globos
terrestres y celestiales, ni tampoco los pilares servían como archivos
para los rollos constitucionales, cómo se sugiere a menudo.
EL CAUTIVERIO Y EL TEMPLO DE EZEQUIEL
Los templos antiguos normalmente servían como tesorerías del estado,
estando llenos con botín o vaciados para pagar tributos cuando el poder
del estado decaía y declinaba. El Templo del Rey Solomón no era
excepción a esta regla. Los tesoros que el Rey Solomón había acumulado
en el Templo fueron saqueados en el reinado de su hijo, Rehoboam, por
Shishak de Egipto.
Reyes posteriores, incluyendo hasta Hezekiah quien adornó el Templo,
usaron los tesoros para comprar la amistad de aliados o para pagar
tributo a, y/o comprar posibles invasores. Después siguieron reyes
idólatras quienes profanaron el Templo y permitieron que se cayera en la
decadencia. Por el tiempo de Josiah tres siglos después de su
construcción, el Templo necesitaba reparaciones mayores que tuvieron que
ser financiadas por contribuciones de los fieles. Finalmente, el Templo
fue saqueado por Nabucodonosor, Rey de Babilonia, quien lo vació en el
año 586 A.E.V. cuando destruyó totalmente a Jerusalén.
La deportación de los Hebreos hacia el cautiverio en Babilonia empezó
con la captura de las Diez Tribus de Israel en 722 A.E.V. y se completó
después de la destrucción de Jerusalén. Ezequiel, quien fue capturado
en 597 A.E.V. y deportado a Babilonia, se hizo un importante profeta
Hebreo durante el exilio.
La misión de Ezequiel era de consolar los cautivos en Babilonia. Sus
profecías eran numerosas, incluyendo muchas sobre los países cercanos,
todas las cuales fueron cumplidas. Hizo muchas profecías sobre la
restauración final de Israel. También habló de la restauración de la
tierra y de la gente, y dio su visión de la nación restaurada y de su
veneración en el nuevo Reino. Los exiliados se animaron en su dolor por
la visión de Ezequiel de un nuevo templo, el cual, dijo, sería
construido durante su restauración. La descripción dada por Ezequiel
tenía que ver con un templo parecido al del Rey Solomón, pero dio
información adicional y específica que nos ayuda a establecer detalles
faltantes en la descripción Bíblica del Primer Templo.
EL DECRETO DE CIRO Y EL SEGUNDO TEMPLO
Ciro llegó al trono de Ansham, una región Elamita, alrededor de 559
A.E.V. y chocó con un rey Mediano. Cuando el ejército Mediano se rebeló,
Ciro capturó la ciudad amurada de Ecbatana (la moderna Hamadan) y los
Persas estaban entonces en ascenso. Ciro rápidamente extendió sus
conquistas, venciendo a Croeso el Rey de Lidia circa 546 A.E.V. y
finalmente conquistando a Babilonia en 539 A.E.V. De esa manera, Ciro
fundó el extenso Imperio Persa, bajo cuyo dominio Judea estaría cómo
provincia durante los próximos dos siglos. Ciro estableció su capital en
Pasargadae en la tierra de Parsa y gobernó hasta su muerte en 530
A.E.V. En 538 A.E.V. sacó un decreto liberando los Judíos quienes
estaban en exilio en Babilonia. Alrededor de 42.360 Israelitas volvieron
progresivamente bajo el liderazgo de Zerubbabel en 535 A.E.V., bajo
Ezra en 548 A.E.V. y bajo Nehemiah en 445 A.E.V.
El primer pequeño grupo que volvió a Jerusalén, al poco tiempo empezó
a reconstruir el Templo, bajo Jeshuá el Sacerdote Supremo y Zerubbabel,
el Gobernador. Sus magros recursos y las muchas dificultades que
encontraron aplazaron su terminación hasta 515 A.E.V., casi veinte años
después de haber dejado Babilonia, pero mucho antes que todos los
exiliados volvieron de su cautiverio. Efectivamente, sólo fue terminado
entonces por los esfuerzos de los profetas Haggai y Zechariah, quienes
insistieron en adelantar los trabajos en sus últimas etapas. No existe
una descripción precisa del Segundo Templo, pero la planta aparenta
haber sido parecida a la del Templo de Solomón con la altura aumentada.
Sin embargo era mucho menos ornamentado que el Templo de Solomón, le
faltaban las ricas terminaciones y tenía poco mobiliario. En cuanto se
sabe, el Segundo Templo, cómo el Tabernáculo original, tenía solamente
una cortina en la entrada al Lugar Sagrado, un farol, una mesa para los
panes simbólicos y un altar de oro para incienso. Otra cortina daba
entrada al Sagrado de los Sagrados, pero este estaba vacío ya que el
Arca del Convenio no había sido vista desde el saqueo de Jerusalén por
Nabucodonosor en 586 A.E.V. (Hay evidencia que indica que el Arca fue
escondida en unas de las muchas bóvedas antes mencionadas, bajo el Monte
Moriah / Monte del Templo, donde sigue hasta hoy día). Sin embargo, el
Segundo Templo, conocido como el Templo de Zerubbabel, sobrevivió casi
600 años, hasta que el general Romano, Pompeyo lo capturó cuando capturó
a Jerusalén en 63 A.E.V. A pesar de que Pompeyo no hizo daño al Templo,
el cónsul Romano Crasso lo saqueó de todo su oro y otras cosas valiosas
nueve años después.
HERODE Y SU RESTAURACIÓN DEL TEMPLO
Un estudio de los Templos de Jerusalén no estaría completo sin
mencionar el Templo restaurado de Herode. Nuestra fuente principal de
información es Josefo, el Historiador Judío que prosperó circa 70 E.V.
Herode el Grande era de la región del Neguev, entre el Mar Muerto y el
Mediterráneo. Era descendiente de Esau, y era un constructor incansable
que quería mostrar su propia grandeza restaurando el Templo como un
edificio más grande y más complejo. Herode no tenía la intención de
dedicar este templo restaurado al servicio de Dios, pero como un
edificio para la nueva y popular cultura Helénica. Hasta colocó un
águila de oro en la fachada cómo signo de lealtad a su patrocinador,
Roma. Tomó mucho cuidado en hacer la reconstrucción por partes, hasta
entrenando 1.000 sacerdotes cómo masones para construir el santuario. El
trabajo comenzó alrededor del año 20 A.E.V. y la estructura principal
fue terminada diez años después, pero el complejo entero no se completó
hasta 64 E.V. El área del templo era ahora el doble del tamaño anterior,
pero el área total desarrollada era más de 4 hectáreas.
Cuando Herode murió, el reino fue dividido, y la crueldad de su
sucesor llevó a la Gran Revolución del año 66 E.V. Los Romanos libraron
guerra total contra la población, finalmente atacando la misma
Jerusalén. El Templo fue quemado cuando la ciudad cayó en manos de los
ejércitos Romanos en el año 70 E.V, cuando los candelabros de oro, la
mesa de oro de los panes simbólicos y otras cosas de valor fueron
llevadas a Roma. El Arco de Tito todavía hoy está de pie en Roma, y
muestra soldados Romanos llevándose la mueblería saqueada del templo.
ORIENTACIÓN
Vale la pena tomar nota que la orientación de los templos en
Jerusalén era el revés de la orientación de las iglesias Cristianas. Un
venerador en el Lugar Sagrado del Templo miraba hacia el oeste al
Sagrado de los Sagrados o hacia el este a través de la entrada para ver
el sol naciente. Las iglesias Cristianas normalmente tienen su entrada
principal en el oeste y el altar en el este. Logias de Francmasones
Operativos siempre han adoptado la orientación de los templos de
Jerusalén, con la entrada en el este y el maestro en el oeste. La
orientación de Logias de Francmasones Especulativos es la opuesta,
probablemente porqué el compilador y editor de las ‘Constituciones de
los Francmasones’ originales publicadas por orden de la Gran Logia de
Inglaterra en 1723 E.V., el Reverendo Dr. James Anderson era un ministro
Presbiteriano de gran influencia, quien normalmente hubiera adoptado la
orientación de las iglesias Cristianas. No importa cual fue el origen
del cambio de orientación en las Logias de Francmasones especulativos:
este cambio ha causado confusión en la interpretación de su simbolismo
ya que las palabras del ritual fueron adaptadas de su uso Operativo
basado en su orientación original. Vale la pena citar al Dr. George
Oliver, un distinguido miembro de la temprana Masonería Inglesa, quien
dijo en sus lecturas sobre ‘Signos y Símbolos’: “La entrada principal de
la logia debería mirar el este, ya que el este es el lugar de la luz,
tanto física como moral, y por eso los hermanos tienen acceso a la logia
como un símbolo de iluminación espiritual”.
Para completar, es un hecho que todas las sinagogas tienen un gran
armario puesto en una pared. Este armario contiene los rollos de la
Torah (la Ley Judía) y representa el Sagrado de los Sagrados. No importa
donde en el mudo esté situada una sinagoga en particular, esta pared
siempre mirará hacia Jerusalén.
RESUMEN
En pocas palabras, el Rey David conquistó Jerusalén alrededor del año
1.000 A.E.V., la hizo capital de su reino y trajo el Arca del Convenio a
la ciudad. Solomón, su hijo, construyó un Templo que hospedó la Arca
cerca del año 960 A.E.V. La gente gravitó hacia el Templo y lo hizo su
centro religioso.
La destrucción del Primer Templo y de Jerusalén por Nabucodonosor de
Babilonia en 586 A.E.V. sólo aumentó la santidad del sitio del Templo en
los ojos de la gente, y cuando a ellos les fue permitido volver a su
tierra, se volvieron hacia Jerusalén antes que todo. Aquí construyeron
el Segundo Templo que se mantuvo por 600 años.
Durante todo este período, Jerusalén, y con más importancia el
Templo, fue un foco esencial para la gente. En los libros de Jeremías e
Isaías, los profetas predicen una época por venir cuando el Tercer
Templo será reconstruido. Fuentes Midráshicas (interpretaciones antiguas
de textos bíblicos Judíos) dicen que en esta ocasión la totalidad
de la estructura aparecerá ya formada. Si los Francmasones estarán
involucrados en este proceso, lo dejo a vuestros propios pensamientos y
especulaciones.
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