En el mes de marzo del año 415, en plena Cuaresma, un
crimen sacudió la ciudad de Alejandría: una muchedumbre vociferante atacó a la
respetada y sabia Hipatia, la mató y se ensañó con sus restos. Los asesinos
formaban parte de «una multitud de creyentes en Dios», que «buscaron a la mujer
pagana que había entretenido a la gente de la ciudad y al prefecto con sus
encantamientos». Así habla de la filósofa –como de una bruja– la crónica de Juan,
obispo de Nikiu, una diócesis del delta del Nilo. Escrita casi tres siglos
después del asesinato de Hipatia, es el texto que ofrece más detalles sobre su
muerte, y también muestra una clara animadversión hacia la estudiosa, cuyas
hechicerías habrían justificado su atroz final. Pero ¿quién fue en realidad
Hipatia y por qué murió?