
La Mecánica Celeste es aquella rama de la
ciencia que estudia el movimiento de los cuerpos celestes utilizando
para ello las leyes físicas conocidas. Con ayuda de la mecánica celeste
podemos estudiar con detalle el movimiento de los planetas alrededor del
Sol, el de la Luna alrededor de la Tierra, el de una nave espacial a
través del sistema solar, etc. La Mecánica Celeste pretende describir de
forma matemática los tipos de fuerzas que actúan sobre un determinado
sistema de cuerpos celestes (gravitación, resistencia atmosférica,
presión de radiación, etc.) logrando así conformar un conjunto de
ecuaciones diferenciales que en teoría, al ser resueltas, permiten
hallar el vector posición y velocidad de cada cuerpo para todo tiempo.
La mecánica celeste, que ahora denominamos “clásica”, fue creada por el
físico y matemático inglés Isaac Newton, quien descubrió las tres leyes
del movimiento de los cuerpos que llevan su nombre como también la ley
de atracción gravitacional. Posteriormente fue refinada y formalizada
por Laplace, Lagrange y Hamiltón y muchos otros matemáticos y astrónomos
notables.
Modernamente, la mecánica celeste ha sido
reformulada por la aceptación casi unánime entre los especialistas de
la teoría de la relatividad general propuesta por Albert Einstein en
1915.
Si para
Newton la gravedad era una fuerza entre los cuerpos, para Einstein la
gravedad es geometría. En efecto, las ecuaciones de campo de Einstein lo
que hacen es relacionar la cantidad de materia (mediante un ente
matemático denominado el tensor energía-momento) y la manera como se
curva el ente denominado espacio-tiempo (que se describe mediante
derivadas parciales de un ente matemático denominado el tensor métrico,
denotado por g). Las trayectorias de los cuerpos celestes cerca de
cuerpos masivos se reducen a geodésicas, esto es, el camino mínimo
posible existente entre dos puntos en un espacio-tiempo curvo. Entonces,
el problema básico de la mecánica celeste de encontrar las trayectorias
de los cuerpos masivos se reduce a encontrar la denominada ecuación de
la geodésica, que viene dada en términos de las segundas derivadas
parciales del tensor métrico g. El gran inconveniente es precisamente
encontrar este tensor, el cual, a priori, no se conoce. Lo usual es
asumir que el tensor métrico es igual al tensor métrico de Minkowski,
que llamaremos n (espacio-tiempo plano) más una pequeña desviación al
espacio-tiempo plano (y que nos indica el grado de curvatura existente
debido a la presencia de la materia) que podemos llamar h, que hay que
determinar. Entonces g=n+h. La determinación de h se logra reemplazando
la métrica así propuesta en las ecuaciones de campo de Einstein y se
realizan una serie de restricciones y simplificaciones con el fin de
que, al final, se puedan tener unas ecuaciones relativamente sencillas
de manejar y definir el valor de h, con lo que queda determinado g, y
con ello, hallar la ecuación de la trayectoria.
La mecánica celeste relativista fue
introducida por Einstein, Infeld y Hoffman y modernamente ha sido pulida
en sus detalles por Fock, Brumberg, Soffel y Damour.
– http://www.observatorio.unal.edu.co/paginas/docentes/celeste.html
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