De joven tuve la oportunidad de unirme a una de las
organizaciones sociales sin fines de lucro más importantes del planeta.
Motivado por el arquitecto Darío Sánchez y en mis primeros años de
pregrado, formé parte del programa para jóvenes de Rotary International,
organización fundada en 1905 por Paul Harris en la ciudad de Chicago.
Mi
historia dentro de Rotary International no es muy extensa, pero en
estos años relacionado con la familia rotaria venezolana he podido
constatar de primera mano el trabajo desinteresado en distintas áreas
que ofrecen miles de colaboradores a lo largo de todo el mundo con el
único fin de hacer de nuestras sociedades verdaderos lugares de
coexistencia y colaboración.
Si preguntas en la
calle: ¿Qué es Rotary International? descubrirás las más extrañas
respuestas: Un grupo de élite relacionado con la masonería, una secta de
gente con mucho dinero y hasta he llegado a escuchar que son un grupo
de constructores que siempre dejan en la entrada de cada ciudad un
monumento de concreto que termina en una especie de rueda dentada o
engranaje generalmente de color azul.
En casi
todas las respuestas hay una pequeña gota de verdad pero muchísimo más
que aclarar acerca de esta organización. Rotary International es
ciertamente una organización de carácter global con más de 1.200.000
socios repartidos en clubes alrededor de todo el mundo. Los socios que
integran estos clubes vienen de todas las profesiones del saber humano y
aquí radica una de sus mayores riquezas. Cuando estás en un club
rotario te complementas con el conocimiento de tus compañeros de club y
empiezas a comprender de mejor manera la importancia y responsabilidad
que cada individuo tiene en el correcto y mejor desempeño de nuestras
sociedades.
Son muchos los proyectos
desarrollados en favor de las comunidades con resultados casi siempre
exitosos, pero el más importante de estos ha convocado la unión de
fuerzas de todos los socios a nivel global para hacer frente y luchar contra poliomielitis.
La
poliomielitis todos le hemos oído nombrar. Nos suena como una
enfermedad que hace muchos años dejó de existir, pero pocos sabemos la
razón de su desaparición. Nos asusta horrores y creemos ciertamente que
los niños son siempre los más afectados.
La poliomielitis (polio)
es una enfermedad que causa discapacidad física y de consecuencia mortal
que aún sigue siendo una amenaza para los niños en ciertas regiones de
África, Asia y el Medio Oriente. El poliovirus ataca el sistema nervioso
y ocasiona parálisis total en cuestión de horas. Aunque el virus puede
afectar a personas de cualquier edad, sus principales víctimas son
ciertamente los niños menores de 5 años.
Gracias a
los esfuerzos de organizaciones como Rotary International, el
poliovirus salvaje endémico ha sido eliminado de casi todos los países
del mundo, con excepción de Afganistán y Paquistán. El pasado mes de
agosto, Nigeria reportó haber cumplido un año sin reportar ningún caso
de la enfermedad y harían falta dos años más para que este país sea
declarado junto con todo el continente africano libre de la enfermedad.
En lo que va del año 2015, se han reportado menos de cuarenta casos,
treinta de ellos en Pakistán, nueve en Afganistán y uno no confirmado
completamente en Ucrania. Se trataría del primer brote en Europa desde
2010. Los expertos consideran que olvidar o descuidar el tema de la
vacunación a los niños menores de 2 años podría incidir negativamente en
el camino ya ganado contra la enfermedad.
Desde 1985, Rotary International emprendió el programa PolioPlus,
a fin de inmunizar a todos los niños del mundo contra la polio. Desde
entonces, Rotary y sus colaboradores han ayudado a reducir el número de
casos anuales de 350.000 a menos de 40, y seguimos comprometidos con
esta causa hasta asegurarnos que cada niño se encuentre a salvo de esta
enfermedad. La contribución de Rotary a esta causa ha sobrepasado los
1.200 millones de dólares y un sinnúmero de horas de trabajo voluntario
para proteger a más de 2.000 millones de niños en 122 países.
Además
de recaudar fondos, más de 1.200.000 rotarios hemos aportado nuestro
tiempo y recursos personales para hacer posible la vacunación contra la
enfermedad. Cada año, colaboramos hombro a hombro con especialistas de
la salud para vacunar a los niños y hacer que desaparezca ese fantasma
molesto de nuestras vidas.
Cuando piensen en Rotary y los rotarios
sí pueden pensar en un grupo de constructores. Un grupo de
constructores empeñados tercamente en luchar contra aquello que era
“imposible” según muchos. Un grupo de constructores de una sociedad
distinta donde reine el respeto y la tolerancia. Un grupo de
constructores que ya están mirando por su próximo reto para hacer
realidad.
*Universidad Metropolitana
Fuente: http://www.el-nacional.com/juan_guillermo_quintero_sutil/mundo-polio-posible_0_714528726.html
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