Algunos de los masones que ayer participaron en la Asamblea Provincial. |
Un gijonés les lleva «un libro que no sabía interpretar»
traído
desde EE UU por un antepasado
y lo identifican como «un documento
histórico»
A puerta cerrada, como manda la obligación de ocultar sus ritos a los
profanos, y tras dos ensayos previos, más de un centenar de masones
pertenecientes a la Gran Logia de España -la obediencia masónica más
importante de España tanto por antigüedad como por miembros, más de
2.500 repartidos por todo el país- se congregaron ayer (30/01/2015) para celebrar su
Consejo y su Asamblea provinciales en un hotel del centro, con la
gijonesa Logia Jovellanos como anfitriona.
Liderados por su Gran Maestro, el abogado valenciano Óscar de
Alfonso, los masones de la Gran Logia Provincial de Castilla se
reunieron, en primer lugar, para celebrar su Consejo, al que únicamente
acuden los hermanos designados como venerables maestros, «el más alto
rango dentro de una logia, ya que son tus propios hermanos los que te
eligen como su líder durante un año», explicó De Alfonso. Y,
seguidamente, tuvo lugar la Asamblea, en la que, además de asuntos
administrativos y de tesorería, se otorgaron distintos reconocimientos,
se realizaron varias investiduras y se aprobó un proyecto por el que se
becará con 1.500 euros a dos estudiantes extremeños con cargo al fondo
social con el que cuentan.
Pero la sorpresa de la jornada, contó De Alfonso -que también
aprovechó su vista a Asturias para reunirse con el consejero de
Presidencia, Guillermo Martínez, con el objetivo de explicarle las
líneas maestras de la obediencia y sus proyectos futuros- fue el
hallazgo de «una joya masónica».
Un texto en clave y tres brindis
Todo ocurrió después de que EL COMERCIO publicase una entrevista con
el Gran Maestro de la Gran Logia de España. Fue entonces cuando un
lector se puso en contacto con Óscar de Alfonso para llevarles «un libro
antiguo que no sabía interpretar» y que, en su día, «había traído un
antepasado desde Estados Unidos, adonde había emigrado desde Gijón».
«La familia siempre sospechó que era masón, pero no lo sabía con
certeza», develó el Gran Maestro, que ayer pudo finalmente certificar
que el manual, con un centenar de páginas, «es un documento histórico
que data de 1905 y que, además de estar redactado en inglés, está
encriptado».
«Tiene claves que resultan difíciles de descifrar incluso para mí»,
bromeó De Alfonso, quien añadió que el libro «detalla los rituales» para
pasar por los tres escalafones de la masonería -de aprendiz a compañero
y a maestro- «por el rito de York».
Un ágape cerró la jornada con el triple brindis que es tradicional en
los banquetes masónicos: «El primero, en honor, del jefe del Estado. En
este caso, del Rey Felipe VI. El segundo, en honor de todos los jefes
de Estado que en el mundo amparan a la masonería. Y el tercero, del Gran
Maestro. Algo que se hace desde hace dos siglos para desterrar esa idea
horrible de que somos unos conspiradores. Simbolizan que nos sometemos a
la ley».
Fuente: http://www.elcomercio.es/gijon/201502/01/joya-masonica-1905-20150201011216-v.html
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