Muchas
veces hemos visto como los HH:. de un Taller faltan a la Tenida, por
diversas razones. Así hay tenidas con concurrencias inferiores al 50%
del cuadro Logial, exponiendo a la Logia a una situación de
inestabilidad que puede llevarla incluso hasta el abatimiento de CCol:.;
inasistencias que son además, un pésimo ejemplo para los HH:. más
nuevos y pone en serios apuros a los gobernantes de turno, pues ellos
tratarán de mejorar, a veces sin resultado, este acto tan irresponsable
de faltar al Taller en forma periódica.
Antes de Iniciarnos se nos preguntó entre otras cosas, si podíamos acudir a las Tenidas periódicamente, ciertamente hemos respondido afirmativamente, por ello dimos otro paso. Luego, el importante día de nuestra Iniciación, hemos jurado respetar entre otras cosas la Ley Masónica a que adhiere el Taller, leyes en las que la asistencia a Tenidas es parte del conjunto de normas que un Masón ha jurado respetar.
Sin
embargo, al cabo de un tiempo, algunos de los HH:. AA:., quienes a mi
entender resultan los miembros más vulnerables, sensibles, los más
riesgosos en cuanto a su lealtad masónica, por su poco tiempo en el
camino de la Masonería, o, en ocasiones también algún CC:. o MM:.MM:.,
empiezan a faltar a la Tenidas. Las excusas son múltiples, incluso
creemos que con sólo entregar nuestras excusas, ya hemos cumplido con la
formalidad y el faltar a la Tenida pasa a segundo plano. El tema es aun
más grave cuando esta práctica se hace regular en algunos Maestros,
pues son ellos, los llamados a predicar con el ejemplo.
Realmente
todos en Logia debemos recordar en primer lugar, lo importante,
necesario y honorífico que resulta respetar los juramentos que hemos
asumido voluntariamente. Sin embargo, cualquier problema profano resulta
en la justificación perfecta para faltar al Taller y para sentirnos
respaldados en el incumplimiento del deber. En mi opinión, cuando esto
ocurre, debemos preocuparnos y ocuparnos. El masón comienza a formarse
así mismo, desde el día de su Iniciación. Para realizar este trabajo,
debe asumir que necesita incrementar su intelecto a través de la
lectura, afinar su raciocinio a través de la reflexión acerca de lo
leído e incrementar su fraternidad y experiencia de vida, mediante la
convivencia permanente con sus HH:. en la Tenidas. Además es en el
Taller, donde la experiencia de sentirse y comportarse como Masón, con
todos sus ritualismos, usos y costumbres, se experimenta en forma
práctica, vistiendo nuestro M:. y ejerciendo con orgullo y
responsabilidad, cuando es pertinente, el cargo que se me ha
encomendado. En mi opinión, la asistencia frecuente nos entrega,
jornada tras jornada, la Magia de participar en el huevo creador, la
alegoría de ser uno más de los planetas circundantes, la felicidad que
se siente al ver y abrazar a tus HH:. y HHnas:., admirar la sincera
entrega de cada uno de ellos con sus Trabajos, la alegría que provoca
ver los avances de cada Apr:. o Comp:., la gratitud que se siente al
recibir la palabra certera de algún Hermano(a), que te ayuda a aclarar
alguna de las múltiples interrogantes que tratamos de resolver cuando
buscamos el significado oculto entre las alegorías y los símbolos.
Faltar
al Taller debiera ser provocado por razones muy poderosas. La
asistencia regular, debiera ser un acto agradable, una instancia de
desconexión de lo trivial, para conectarnos con nosotros mismos y con lo
más trascendente. Aunque muchos problemas nos agobien, y todos tenemos
problemas, en la Logia encontraremos más paz y quietud que en ningún
otro sitio, lo que sin duda nos ayudará en nuestras tribulaciones, pues
es un sitio donde los problemas profanos quedan afuera. Debemos
comprender que estamos en un camino distinto, en un camino que nos
conecta con lo más sagrado e importante en la vida del ser humano, en un
camino que con nuestro propio trabajo, nos llevará a mejorar
interiormente, tarea que sin duda es relevante para nosotros y la
sociedad toda.
Escucho
HH:. que muestran su descontento con las actitudes de otros HH:., o
con la forma en que se efectúan las cosas en el Taller, se convierten en
verdaderos jueces y así justifican sus ausencias. Probablemente hay
momentos de incertidumbre individual y también habrá mucho de excusas en
estas actitudes. No hay nada más dificil que mirarse uno mismo. Siempre
es más fácil mirar los defectos de los demás. Los que se han adentrado
en el estudio del VITRIOL comprenderán lo que digo, pues en ese
acróstico radica el verdadero cambio que debe efectuar cada Masón de sí
mismo. Es muy difícil detectar cuales aristas de mi piedra debo
desbastar, es muy difícil reconocerlas y tener la voluntad del cambio,
uno quiere, pero, al no poder, es más fácil mirar para el lado y así,
descubriendo las imperfecciones de los otros, justificar silenciosamente
las propias y de paso, salir arrancando de este lugar, lógicamente
aduciendo argumentos para sentirnos auto-disculpados.
La
Masonería es una escuela esencialmente a-dogmática y moral y, a
través de sus alegorías y símbolos, va enseñándonos las diferentes
herramientas con que contamos para hacer nuestros trabajos, no nos
muestra una lista de prohibiciones. La Masonería es libertaria, cada uno
sabe donde le aprieta el zapato, hasta donde pule su piedra, y cual es
el resultado que logrará con sus trabajos. Eso está bien, no hay una
marca que Ud. deba cumplir, cada uno establece su propia marca, todos
somos distintos. Ello no significa que podamos dejar de cumplir nuestros
compromisos, pues, si lo hacemos, nos estamos engañando a nosotros
mismos, y en vez de re-nacer, seguimos muertos en la vida anterior.
Podemos
abandonar las filas de la Masonería, seguir viviendo como antes, sin
darnos siquiera cuenta de la experiencia vivida. Si así fuera para Ud.
está bien, simplemente no era un Masón y no serlo no lo matará. Pero
aquellos que desean perseverar en la vida masónica, no pueden pretender
seguir adelante con la falta de compromiso con la Logia y con sus HH:. y
la ausencia periódica implica falta de compromiso. Cuando una Logia se
ve disminuida por la inasistencia de muchos HH:. se nota en el ambiente.
Sin duda, los más responsables con sus deberes harán lo imposible por
sacar adelante una Tenida Justa y Perfecta y generalmente esto se logra.
Sin embargo este impacto es probablemente mucho más fuerte en la moral
de los AA:. y hasta en los CC:.. Por ello, los MM:.MM:. deben ser
ejemplares al respecto, los CC:. que ya han empezado su camino a la
Maestría, también deben ser un ejemplo para los AA:., y finalmente los
HH:.AA:. deben asumir a cabalidad su compromiso. Ocasiones habrán para
faltar, que duda cabe, pero que sean realmente imposibles de subsanar.
El
día de Tenida, en el mejor día de la semana, el día de la fraternidad,
de la filantropía, del saber escuchar y hablar, del aprendizaje sin
límites, de la introspección necesaria, de la conexión con aquellos
pocos que conocen mi secreto de ser un Masón, con aquellos que siempre
me respetarán y ayudarán, con aquellos a los que no debo abusar por sus
bondades, con aquellos que, aún siendo y pensando muy diferente a mí,
son mis pares pues son mis HH:. masones, a quienes cuando encuentre en
la vida profana y en cualquier lugar, siempre veré y trataré en forma
diferente. Es un alto Honor y un orgullo tener que desarrollar un Traz:.
para la Tenida, pues los Trabajos se celebrarán en torno a ese Sol que
será mi aporte, el que se verá enriquecido con las luces de mis HH:..
Nunca olvidemos que ser Masón es una forma de vida y que la asistencia
al Taller es parte fundamental de esa forma de vida.
Si
se siente debilitado o decepcionado, por lo que sea, antes de dejar de
asistir, o hacer de su asistencia un acto irregular, acérquese a un
Hermano M:., a su Vig:. o al V:.Maestro, ellos lo acogerán. Si vemos un
H:. teniendo una asistencia irregular, no lo juzguemos, acerquémonos a
él, escuchemos sus pensamientos, ayudemos al H:. o Hna:. a volver a su
Logia.
Por Juan Eduardo Galleguillos M.
M:.M:.I:_. R:.L:.M:. Isis Nº 27
Gran Oriente de Chile
M:.M:.I:_. R:.L:.M:. Isis Nº 27
Gran Oriente de Chile
No hay comentarios.:
Publicar un comentario