Vivimos una época de cambios descomunales, caracterizada por la
aceleración de la globalización, la acumulación de cantidades ingentes
de información y la creciente hegemonía de la ciencia y la teconología,
que colocan en entredicho las metodologías de aprendizaje hasta ahora
practicadas. Para adaptarnos a estos cambios es necesaria una vuelta de
tuerca en las nociones que tenemos sobre el aprendizaje y las maneras de
organizar el pensamiento, tanto en el ámbito académico como en el mundo
social y profesional.
Intrigado por esta realidad, acabo de terminar de leer Las cinco mentes del futuro,
donde el destacado psicólogo Howard Gardner define las cinco
capacidades cognitivas que, según él y estoy de acuerdo, en los años
venideros van a ser las más solicitadas: la mente disciplinar, la mente
sintetizante, la mente creativa, la mente respetuosa y la mente ética.
El
libro trata sobre el modo en que deberíamos usar nuestras mentes, y
presenta las tipologías de mentes que serán precisas si queremos
prosperar en el futuro, puesto que ese tiempo exigirá capacidades que
hasta la fecha sólo ha sido meras posibilidades. Por lo tanto, para
prepararnos a los retos venideros, algunos ya presentes, deberíamos
empezar a cultivar estas capacidades al terminar de leer esta nota.
El autor de Inteligencias Múltiples
aborda el tema desde diversas perspectivas: desde la historia a la
antropología, pasando por otras disciplinas humanísticas, utilizando
como eje transversal la cuestión de los valores humanos. Con las
tipologías de mentes que presenta el psicólogo de la Universidad de
Harvard estará en condiciones de enfrentar a lo previsible, así como
aquello que no es posible anticipar. Sin embargo, en ausencia de esta
actualización cognitiva, quedará a merced de unas fuerzas que no puede
sostener y que, por lo tanto, tampoco puede controlar.
La
mente disciplinada, entendida como la facultad de perfeccionar una
determinada destreza o habilidad, es un tipo significativo de cognición
que aprendemos al desarrollar una disciplina académica, un oficio o una
profesión. Gadner sostiene que el periodo para dominar esa disciplina en
toda su dimensión implica diez años de esfuerzo. Si el lector no cuenta
en su haber con al menos una disciplina está destinado a seguir el paso
que le marquen los demás, sostiene el autor.
Al
contar con el dominio de una disciplina, dentro de ella la información
fluye como un caudaloso río, razón por la cual se hace necesario el
desarrollo de una mente sintética, aquella que recaba información de
fuentes dispares, comprende y evalúa esa informacíón con objetividad y
la reúne de forma que adquiera sentido no sólo para quien la ha
sintetizado sino también para los demás.
Sumando
estas dos columnas que sostienen nuestra gestión intelecual aplicada a
todos los ámbitos logramos un equilibrio, resultado por el que no
debemos relajarnos sino seguir camino hacia senderos desconocidos. Es en
este recorrido donde se presentan nuevas ideas y preguntas con las que
no estamos familiarizados, e inclusive fuerza a pensar de una manera
nunca antes realizada, alcanzando respuestas imprevistas. Es con esta
actitud donde se aplica la mente creativa que se mantiene a un paso por
delante de lo normalmente aceptado en los convencionalismos. Es este el
espacio donde se observan a los líderes transformacionales, quienes son
capaces, a través de la persuación y del ejemplo personal, de cambiar la
manera de pensar, sentir y comportarse de aquellos a los que intenta
liderar.
Recorriendo este nuevo mundo que se
hace cada vez más pequeño debido al desarrollo de las teconologías de
comunicación, ya nadie que desee vivir en el futuro puede permanecer
encerrado en su caparazón o en su territorio particular; desde donde
mide, observa y acepta o no las diferencias entre los individuos y los
grupos humanos. El arribo a esta nueva sociedad requiere de una mente
respetuosa que sepa comprender a esos "otros" y procure trabajar con
ellos de forma efectiva. En un mundo en que todo está interrelacionado,
menciona Gardner, la intolerancia o la falta de respeto han dejado de
ser una opción viable, por lo que la aplicación de una manera ética de
pensar no solamente se hace legítima sino necesaria. Esta mente ética
reflexiona acerca de la naturaleza del propio trabajo y sobre las
necesidades y deseos de la sociedad en que vivimos.
Cuando
se lee sobre el cultivo de determinados tipos de mente, el marco de
referencia más inmediato es la educación, por lo que la primera pregunta
del lector es: ¿El autor me invita a educarme, acaso no considera que
eso fue un proceso del pasado y que ahora me dedico a recoger sus
frutos? Démeje decirle que en el mundo que nos toca vivir la educación
tiene que ser continuada y prolongarse a lo lardo de toda la vida, sobre
todo para difenciar a los maestros de los medios que hacen su papel.
Solamente
un cultivo en la educación nos permite cosechar preguntas claves que
podrán determinar el éxito de nuestras gestiones, porque son en las
cuestiones donde se da el inicio del camino; preguntarnos cual es la
mejor manera de activar nuestras aptitudes y capacidades a fin de que el
futuro nos halle al día como protagonistas, es un interrogante
determinante para encontrar la certeza; de lo contrario quedaremos por
el camino, o seremos conducidos por otros.
Espero
haber demostrado la importancia del cultivo de estas formas cognitivas,
pero si aún quedan dudas, aquí van estos aforismos como dardos a la
diana:
- Los individuos que no dominen una disciplina serán relagados a tareas menores, o peor... desempleados
- Aquellos sin capacidad de síntesis serán superados por la información y no podrán tomar una decisión
- Los conservadores que se cierren a la creatividad serán sustituídos por computadoras para hacer lo mismo
- Los irrespetuosos no obtendrán el respeto de los demás y acabarán contaminando el lugar de trabajo
- Los que no apuesten a la ética crearán un mundo desprovisto de decente y responsables
Están a tiempo de constituirse en sus propias locomotoras, caso contrario serán vagones de otros trenes.
Fuente: http://losarquitectos.blogspot.com/
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