El Nacimiento de Venus es una de las obras más famosas de Botticelli.
Fue pintada para un miembro de la familia Médici, para decorar uno de
sus palacios de ocio en el campo. El tema mitológico era habitual en
estos emplazamientos campestres, surgiendo imágenes como la Primavera o Venus y Marte.
Venus es la diosa del amor y su nacimiento se debe a los genitales del
dios Urano, cortados por su hijo Cronos y arrojados al mar. El momento
que presenta el artista es la llegada de la diosa, tras su nacimiento, a
la isla de Citera, empujada por el viento como describe Homero, quien
sirvió de fuente literaria para la obra de Botticelli.
Venus aparece en
el centro de la composición sobre una enorme concha; sus largos cabellos
rubios cubren sus partes íntimas mientras que con su brazo derecho
trata de taparse el pecho, repitiendo una postura típica en las estatuas
romanas de las Venus Púdicas. La figura blanquecina se acompaña de
Céfiro, el dios del viento, junto a Aura, la diosa de la brisa,
enlazados ambos personajes en un estrecho abrazo. En la zona terrestre
encontramos a una de las Horas, las diosas de las estaciones, en
concreto de la primavera, ya que lleva su manto decorado con motivos
florales. La Hora espera a la diosa para arroparla con un manto también
floreado; las rosas caen junto a Venus ya que la tradición dice que
surgieron con ella. Técnicamente, Botticelli ha conseguido una figura
magnífica aunque el modelado es algo duro, reforzando los contornos con
una línea oscura, como si se tratara de una estatua clásica. De esta
manera, el artista toma como referencia la Antigüedad a la hora de
realizar sus trabajos. Los ropajes se pegan a los cuerpos, destacando
todos y cada uno de los pliegues y los detalles. El resultado es
sensacional pero las pinturas de Botticelli parecen algo frías e incluso
primitivas.
Venus se encuentra ubicada en la Columna Sur.·.
Fuente: http://www.artehistoria.com/v2/obras/4614.htm
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