Estatua de Maxwell en Edimburgo |
El
astrónomo Rafael Bachiller nos descubre en esta serie las efemérides que
llevaron a la ONU a declarar al 2015 'Año Internacional de la Luz'. Recorremos
así mil años de investigación sobre uno de los fenómenos más fascinantes de la
naturaleza.
En
1865, el físico escocés James Clerk Maxwell formuló la teoría clásica del
electromagnetismo deduciendo así que la luz está hecha de campos eléctricos y
magnéticos que se propagan por el espacio, teoría que llevó a la predicción de
la existencia de las ondas de radio y a las radiocomunicaciones.
Investigador
precoz
Según
la famosa expresión atribuida a Newton, todos los científicos trabajan aupados
'a hombros de gigantes', es decir, construyen sus teorías sobre los
conocimientos logrados por las generaciones anteriores a lo largo de siglos de
estudios y experiencias. Esa elevación a gran altura les permite mirar más
lejos y progresar en las ideas. Esto es particularmente cierto en el caso de
Maxwell quien supo combinar todo el conocimiento existente hace 150 años sobre
su tema de trabajo llegando a la forma más bella y sucinta de expresar los
principios sobre la electricidad, el magnetismo, la óptica y su interrelación
física.
Nacido
en Edimburgo en 1831, en el seno de una familia de clase media, Maxwell
manifestó una peculiar curiosidad desde su temprana infancia. A los 8 años
recitaba versos de Milton y largos salmos, y a los 14 ya había escrito un paper
(artículo científico) en el que describía métodos mecánicos para trazar curvas.
Estudió
en las universidades de Edimburgo y de Cambridge donde asombró a alumnos y
profesores por su capacidad para resolver problemas de matemáticas y de física.
A los 23 años se diplomó en matemáticas por el Trinity College, y dos años más
tarde obtuvo una plaza de profesor de filosofía natural en el Marischal College
de Aberdeen donde permanecería 4 años. En 1860 obtuvo un puesto similar pero en
el prestigioso King's College de Londres. Ahí comenzó la época más fructífera
de su carrera. Ingresó en la Royal Society en el 1861, publicó la teoría
electromagnética de la luz en 1865, regresó entonces con su familia a la casa
de sus padres en Escocia, y fue nombrado director del Cavendish Laboratory de
Cambridge en 1871. Allí, en Cambridge, murió de cáncer abdominal en 1879, a la
edad de 48 años.
Esencia
electromagnética
En
1865, Maxwell publicó un artículo titulado 'Una teoría dinámica del campo
electromagnético' en el que aparecieron por primera vez las ecuaciones hoy
mundialmente famosas y conocidas como 'ecuaciones de Maxwell'. Estas ecuaciones
expresan de una manera concisa y elegante todas las leyes fenomenológicas sobre
electricidad y magnetismo que se habían formulado desde el siglo XVIII, entre
ellas las leyes de Ampère, de Faraday y de Lenz. La notación vectorial que se
utiliza hoy fue introducida en 1884 por Heaviside y Gibbs.
Las cuatro ecuaciones de Maxwell |
El
valor de las ecuaciones de Maxwell no solo reside en la síntesis de todas las
ideas anteriores, que revelaba la íntima interrelación entre electricidad y
magnetismo. De sus ecuaciones, Maxwell también dedujo otra ('la ecuación de
ondas') que le llevó a predecir la existencia de ondas de naturaleza
electromagnética capaces de propagarse a la velocidad de la luz. En efecto,
Maxwell concluyó que '...luz y magnetismo son aspectos de la misma substancia,
y la luz es una perturbación electromagnética...'. De esta forma, su trabajo de
síntesis también consiguió unificar la óptica al electromagnetismo y reveló la
esencia electromagnética de la luz.
La naturaleza electromagnética de la luz |
La
teoría de Maxwell predecía la generación de ondas electromagnéticas en el
laboratorio. Esta posibilidad fue llevada a cabo por el físico alemán Heinrich
Hertz en 1887, ocho años después del fallecimiento de Maxwell, mediante la
construcción de un oscilador como emisor y de un resonador como receptor. La
capacidad para producir tales ondas y de recibirlas en un lugar distante
conduciría a un ingeniero italiano, Guillermo Marconi, mediante sucesivos
perfeccionamientos de la técnica, a una gran revolución tecnológica: las
comunicaciones por radio. Y sobre esta tecnología reposan hoy algunos de los
elementos cotidianos más útiles y más utilizados, como los teléfonos móviles.
Así
pues, las ecuaciones de Maxwell, que pudieron parecer en principio un mero
ejercicio teórico de ciencia básica, han acabado teniendo unas aplicaciones
tecnológicas que han llegado a transformar el mundo.
Un
formidable legado
Las
aportaciones de Maxwell no se restringen a la teoría del electromagnetismo y de
la luz. Estudió la cinética de los gases y la termodinámica aplicando un método
de análisis estadístico llegando a determinar la probabilidad de que una
partícula en un gas diluido tenga una velocidad dada, lo que se denomina hoy la
función de distribución de Maxwell-Boltzmann. También desarrolló una teoría
para explicar la percepción de los colores (por ello recibió la Medalla
Rumford) lo que posteriormente llevó a establecer los fundamentos de las
técnicas tricolor en fotografía. En efecto, utilizando tres filtros (azul, rojo
y verde) tal y como había sugerido Maxwell, el fotógrafo Thomas Sutton tomó, en
1861, la que se considera la primera fotografía en color de la historia.
La primera fotografía en color: una cinta de tartán |
Maxwell
también descubrió la birrefringencia temporal en cuerpos translúcidos y
elásticos cuando son sometidos a tensiones mecánicas. Mencionaremos,
finalmente, que formuló una primitiva teoría de control, a caballo entre las
matemáticas y la ingeniería, pionera de la que se utiliza hoy para describir el
comportamiento de sistemas dinámicos y que es de gran utilidad en muchas
disciplinas, entre ellas en ecología para estudiar la dinámica de poblaciones.
Fuente: http://www.elmundo.es/ciencia/2015/10/12/56127100e2704e14638b4598.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario