Es difícil, hoy en
día, encontrar a alguien al que le guste el ascetismo. Vivimos en una
sociedad llena de comodidades, nos gusta la vida fácil, sin renuncias.
Además “ascetismo”
nos suena a austeridad, a pobreza. Y eso, en plena crisis, puede ser que
estemos obligados a ser más austeros, pero no lo hacemos por gusto.
¿Es lo mismo ser ascético y ser austero? Y en cualquier caso, ¿por qué recomiendan los filósofos el ascetismo?
La palabra ascésis
significa en griego“ejercicio”. Los filósofos griegos aconsejaban
realizar ejercicios mentales, espirituales, para estar preparados y
poder llevar una vida mejor. Por lo que, si la austeridad era un
ejercicio, en ese caso dejaba de ser austeridad involuntaria, y se
convertía en ascetismo.
Pero el ascetismo nos
parece algo muy duro porque lo asociamos a imágenes que provienen del
ascetismo cristiano. Simón el estilita permaneció 32 años subido a una
columna (de ahí su sobrenombre) como sacrificio, como camino de
salvación en el mundo del más allá.
La idea pagana del ascetismo es otra: la autotransformación, la vida como obra aquí y no en el más allá.
Pongamos algunos
ejemplos. Séneca hacía lo siguiente: corría, es decir hacía un ejercicio
físico fuerte, y más tarde rechazaba todos los manjares que los
esclavos le habían preparado, conformándose con un trozo de pan y agua.
De esta manera quería lograr una independencia hacia los gobernantes, no
teniéndose que plegar ante sus deseos tan sólo por mantener la vida
lujosa que llevaba.
Marco-Aurelio se
repetía a si mismo por las mañanas, antes de salir, que sin duda se
encontraría a lo largo del día a un cretino, un envidioso, un insolente:
sabiéndolo, no iba a permitir que eso le hiciera perder el humor.
Los ejercicios no
tienen como objeto hacerte insensible sino impasible. Y no es lo mismo.
Si te golpean en un gimnasio, decía Marco-Aurelio, te hacen daño pero no
te humillan, es parte del juego. No eres insensible, pero en este caso
no alteran tu humor. Habría que ir por el mundo como si fuera un
gimnasio: recibiríamos golpes, pero podríamos poner a salvo nuestra
dignidad, no sintiéndonos humillados.
Los ejercicios que
proponen los filósofos pueden ser duros o difíciles, pero no implican
una renuncia, ni un retirarse de este mundo. Para ello, la mente tiene
que ser como una acrópolis, es ahí donde podemos ser invencibles.
Fuente: https://filosofiaparaprofanos.com/2015/02/06/para-todos-la-filosofia-10-ascetismo/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario