Federico II, por Antoine Pesne. |
La
historia de la masonería alemana entre 1760 y 1810, fecha de la publicación de
“Los tres documentos más antiguos de Krause” puede dividirse en tres períodos.
El
primero, que abarca desde 1760 hasta 1782, está caracterizado por el dominio de
los grados superiores, de procedencia francesa, sobre los grados simbólicos,
así como por una situación generalizada de caos y de divisiones internas.
Entre
1760 y 1782 dominaron la escena masónica en Alemania fundamentalmente tres
Sistemas: el de la llamada Estricta Observancia, propagada sobre todo por Karl
Gotthelf von Hund; el Sistema Clerical, fundado por Joh. Aug. Stark; y el
Sistema Sueco, introducido en Alemania por Joh. Wilh. Kellner Zinnendorf y
conocido también allí como “Sistema de Zinenndorf”. Los tres Sistemas eran en
realidad derivaciones del Sistema Templario constituido formalmente en Francia
hacia el año 1742 que a su vez derivó de la introducción de los llamados grados
escoceses. A estos tres sistemas se unían además entre- cruzamientos no siempre
controlados con sociedades secretas no masónicas, como los Rosacruces alemanes,
los Iluminatis o los Hermanos Asiáticos.
En líneas generales, la separación
casi total de la masonería alemana de aquella época de la masonería inglesa,
constituía la otra cara de la moneda del intento de transformación de la
Hermandad en la línea de una reedición de la Orden de los Templarios. Las
“Constituciones Antiguas”, a las que Anderson se había referido de una manera
tan explícita en su libro de las Constituciones, y que ya habían sido impresas
en Inglaterra el año 1725, habían permanecido en Alemania totalmente ignoradas.
Desde la llegada de la Estricta Observancia (1763), las constituciones de
Anderson en sus ediciones de 1723 y 1738 (que en 1741 habían sido traducidas al
alemán) y que, hasta entonces, habían sido más o menos altamente estimadas por
las logias alemanas y, en la medida de lo posible, seguidas con precisión,
fueron paulatinamente arrinconadas.
El
segundo periodo, desde 1782-1783 hasta el cambio de siglo, destaca por el
surgimiento de movimientos reformistas unos más locales, otros más regionales,
orientados a sacar a la Masonería del caos en el que se hallaba sumida,
volviendo los ojos hacia la pureza de la masonería inglesa simbólica. Esta
segunda etapa de nuestra división de la historia de la masonería alemana se
inicia en el año 1782 con la convocación del Convento de Wilhelmsbad. Este
Convento fue convocado por el Duque Ferdinand von Braunschweig. Su objetivo era
doble. Se trataba de intentar reunificar a la dividida masonería alemana. Y
para ello se proponía estudiar y dar una respuesta a la pregunta acerca de «si
la opinión dominante en la Estricta Observancia, de que la Masonería era una
continuación de la Orden de los Templarios, estaba basada en la verdad y podía
ser demostrada históricamente. El Convento no consiguió el objetivo de la reunificación.
Pero la Estricta Observancia recibió un golpe de muerte por cuanto la pregunta
planteada fue resuelta de una manera más bien negativa y, como consecuencia, se
abandonó la idea de una Masonería continuadora de la Orden templaria.
El
Convento de Wilhelmsbad abrió así la puerta al surgimiento de movimientos
reformadores. Al año siguiente, en 1783, nació en Frankfurt am Main el primer
fruto reformista: la Alianza Ecléctica. La finalidad de esta Alianza consistía
en «vivificar nuevamente a la Masonería, y en liberarla de todo lo que oliese a
“Sistemas” así como de los grados superiores. O dicho de una manera
constructiva: su finalidad era la de “restituir el arte real de la antigua
Masonería”. Sin embargo, como ya indicamos antes, estos intentos tuvieron
resultados muy pobres.
Finalmente,
el tercer periodo, desde el cambio de siglo hasta 1810, está marcado por el
nacimiento de fuertes corrientes reformistas con la misma finalidad que sus
predecesores inmediatos, pero con el apoyo de una auténtica investigación
histórica critica sobre los orígenes de la Hermandad y sobre su verdadera
naturaleza. Krause va a constituir la coronación de este tercer período, la
cresta de la ola.
Precisamente
esta conjunción de buena voluntad y de conocimiento crítico de la historia de
la Hermandad Masónica, y de la naturaleza de la Masonería, fue la que se dio
cita en la actividad reformadora de un reducido número de masones, actividad
que alcanzó un punto culminante alrededor del nacimiento del nuevo siglo XIX:.
Johann August Schneider en Altenburg, Friedrich Ludwig Schroder en Hamburg,
Ignaz Aurelius Fessler en Berlín y Friedrich Mossdorf en Dresden son los cuatro
grandes nombres que inician el tercer período mediante la investigación
histórica. Por caminos independientes, los cuatro llegaron a un resultado
común: el de que la masonería no surgió de ninguna Orden de Caballeros, sino de
los gremios medievales de constructores.
La
supresión de los grados superiores y la reconducción de los Rituales de los
tres grados simbólicos hacia la antigua tradición masónica inglesa, fueron
objetivos comunes de Schneider, Mossdorf, Schroder y Fessler. A estos dos
objetivos se añadió el del fomento de la investigación crítica de la historia
de la masonería, así como el de la exigencia, más o menos radicalizada, de la
publicación de sus resultados en libros o folletos dedicados a la instrucción
de los Hermanos. Los logros prácticos de estas cuatro grandes figuras de la
masonería alemana encontraron una interesante condensación entre los años 1800
y 1805. El influjo práctico de estos hombres estuvo posibilitado, junto a su
saber teórico-crítico, por el hecho de que todos ellos ocupaban en esos
momentos importantes cargos y/o gozaban desde tiempo atrás de un reconocido
prestigio dentro de la Hermandad alemana. Mossdorf, iniciado en 1777, había
desempeñado el cargo de Secretario de la logia independiente de Las tres
espadas de Dresden, desde el año 1789. Schneider fue nombrado en 1801 Venerable
Diputado de la logia independiente Arquímedes de los tres tableros de
Altenburg, una de las logias con más prestigio en Alemania. Fessler había sido
nombrado en 1798 Diputado Gran Maestre de la Gran Logia Royal York de la
Amistad de Berlín, que se había constituido como Gran Logia precisamente
gracias a sus esfuerzos. Schroder, finalmente, había sido nombrado en 1799
Diputado Gran Maestre de la Logia Provincial de Niedersachsen y Bremen en
Hamburgo.
Los
resultados prácticos mas relevantes del esfuerzo reformador de estos hombres
consistió en la introducción oficial en todos los grupos de logias sujetos a
las Gran Logia Royal York de Berlín, de «los Rituales (de los tres grados
simbólicos) rectificados por Fessler de acuerdo a la tradición masónica antigua
y original. Un mes más tarde, el 29 de enero de 1801, la Gran Logia Provincial
de Schroder aceptaba oficialmente el ritual de iniciación ingles antiguo,
traducido y moldeado por el mismo Schroder. El 24 de junio de 1803 la logia de
Altenburg sancionaba su nuevo libro de Constituciones, que había sido
remodelado fundamentalmente por Schneider conforme al nuevo espíritu
reformista. En agosto y septiembre de 1801 se constituyó la Gran Asociación de
Masones formada por las tres Grandes Logias reconocidas por Inglaterra (las dos
Logias Provinciales de Hamburg y Hannover y la Gran Logia Royal York de
Berlin), asociación que fue gestada por el esfuerzo conjunto de Schroder y
Fessler, y cuyo documento constitucional había sido confeccionado por Fessler
en la misma línea reformista.
En
1802 Schroder fundó en Hamburg el Historischen Engbund (la Alianza histórica
selecta), y Fessler, en Berlín, la Gran Alianza de masones científicos. Ambas
Alianzas tenían como finalidad la investigación crítica de la historia de la
Hermandad, y ambas encontraron un compromiso entre la abolición total de los
grados superiores (inviable por el momento) y su continuación, creando los
llamados “niveles de conocimiento”.
De
esta manera, cuando Krause se inicia en Altenburg de la mano de Schneider, el 4
de abril de 1805, y luego se afilia a la logia de Las tres espadas de Dresden
el 31 de octubre de ese mismo año, encontrándose allí con Mossdorf, va a serle
entonces muy fácil situarse de lleno dentro de la corriente reformista más
avanzada de la masonería alemana de aquel tiempo.
Extractado
de: Enrique Ureña, “Los tres documentos más antiguos de la Hermandad Masónica
de Krause” (Universidad de Comillas), en J. A. Ferrer Benimeli (coord.), Masonería,
Política y Sociedad. Actas del III Symposium de Metodología aplicada a la
Historia de la Masonería Española, Zaragoza, 1989, Vol. I, pp. 419-428.
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