Se
califica como religión mistérica o religión de misterio, la que presenta
misterios que no se plantea explicar. Las razones para esta negativa a
revelar los detalles de la religión pueden ser variadas. Desde razones
de defensa de la propia comunidad ante represalias de colectivos
mayoritarios, protección de intereses personales, la vivencia de
pertenecer a una sociedad exclusiva, o simplemente la imposibilidad de
explicar racionalmente esos datos relacionados con la religión.
Por lo tanto, más que una religión, es un modo de vivir un culto, existiendo a lo largo de la historia de las religiones muchas que pueden encajar en este tipo. El secretismo y exclusivismo de algunas de estas observancias mistéricas conlleva una serie de ritos iniciáticos, y frecuentemente un periodo de preparación y de pruebas, antes de aceptar a un nuevo adepto en la comunidad. Estas ceremonias recibían el nombre de misterios. (1)
Existen
muchas religiones mistéricas y exponer cada una de ellas es trabajo de
eruditos. Pero lo que al menos debe conocer todo interesado en temas
relacionados con el esoterismo o religiones de la antigüedad, son las
notas comunes a muchas de ellas, que a la vez las diferencian de otras
religiones exotéricas.
Lo
primero es listar un grupo de religiones consideradas mistéricas, aunque
la relación no es exhaustiva. Así tenemos, entre otras, misterios
dionisiacos y órficos, helénicos de Eleusis, de Zálmoxis de los getas,
mesenios de Andania, cabíricos de Samotracia, de Sabacio, frigios de
Atis y Cibele, de Tammuz-Adonis, iránicos de Mitra, egipcios de
Isis-Osiris, de la Bona Dea.
El numen, como deidad
dotada de un poder misterioso y fascinador, subyace en estos cultos y
la tierra, impregnada de numinosidad, divinizada, es el origen de estas
manifestaciones. Históricamente la sitúan en el neolítico y en cuanto a
ubicación en Oriente o en el Antiguo Egipto. Es importante conocer que
en la cultura helenística de la Antigua Grecia, antes del 600
a.C. están presente los cultos mistéricos de Eleusis (Démeter:
hermana/esposa de Zeus y Perséfone: hija de Démeter y esposa de Hades) y
los de Dionisio y las bacantes.
El
origen se relaciona con los misterios de pueblos agrarios y
matriarcales, donde la tierra y la sangre ejercen un influjo especial.
La sangre derramada por sacerdotes e iniciados en varios misterios es un
fuerte intento de comunicarse con la naturaleza. Sus divinidades son
ctónicas o telúricas, son dioses o espíritus del inframundo, por
oposición a las deidades celestes.
La salvación de cada iniciado en una búsqueda de la comunión, la unión mistérica con el ser -«huida del uno al Uno» (2)
-tal como lo plantea Plotino en un contexto diferente-, lo cual nos
presenta un escenario que va más allá de la salvación colectiva, siendo
la convicción muy personal ya que busca fundirse con el Uno. El hombre
existe en el cosmos en una medida más pequeña. Mientras que en otras
religiones el hombre sale de la Naturaleza como algo singular, aquí el
hombre es un microcosmos. Esta idea es aceptada por los griegos y se
proyecta aún en nuestros días, especialmente en el pensamiento
esotérico, lo que difiere sustancialmente del planteamiento bíblico en
el cual el ser humano no revierte al cosmos de ninguna manera.(3)
Una característica de las religiones mistéricas es el rito de iniciación.
En nuestra sociedad se nace cristiano, el bautismo es el "primer
sacramento", la "puerta de los sacramentos" y la "puerta de la Iglesia".
En las escuelas de los misterios se llega tras haber transitado por una
serie de pruebas que dejan constancia de estudios que suponen una
convicción y un conocimiento reflexivo en el neófito. Que el rito de
iniciación, por medio de elementos simbólicos los cuales tienen un
sentido profundo en cuanto al compromiso que se adquiere, como juramento
solemne, con la observancia que se abraza.
Los
misterios parten de los ritos iniciáticos, que apartan al iniciando del
resto de los mortales. Pasan a ser parte de un colectivo que por medio
del estudio, el conocimiento de los símbolos y las practicas rituales,
tiende, individualmente, a la unión con la divinidad. Unión que se
inicia en el momento de la iniciación y en diferentes ceremonias se va
aquilatando el conocimiento y se amalgama el camino de la unión. Ese
encuentro ascendente no puede ser exotérico. Debe ser esotérico. Es tal
la exigencia de conocimiento que de ser pública la simbología que
representa, cualquier persona puede elucubrar sólo en el significante
sin descubrir el significado, único válido en el contexto de la escuela o
culto mistérico. Por eso casi todos los misterios terminaron por
prohibir la divulgación de sus prácticas; hablar de ellas era
profanarlas, sobre todo al quedar dominados los pueblos por las
religiones étnico-políticas.
Se impone para salvaguardar el conocimiento real la ley del arcano
y se aumenta el carácter oculto, esotérico, en las celebraciones
iniciáticas, siendo tan fuerte, debido a las asechanzas propias de las
persecuciones religiosas, que misterio terminó por ser sinónimo de
oculto, misterioso. Este esoterismo hace que los documentos verdaderos
sean difíciles de encontrar. También de desviaciones y tergiversaciones
que dieron pie a las represiones más brutales conocidas (caso de las
Bacanales en Roma). No pocas veces se acuso de actos caníbales,
acusación que también sufrieron los cristianos de los primeros siglos de
nuestra era.
La salvación es ultramundana.
Los actos rituales de los misterios están orientados a preparar y
enseñar con vivencias que la muerte es tránsito de una vida a otra, que
es necesario llevar una vida pura y portarse siempre conforme a las
enseñanzas recibidas. Más allá del contenido doctrinal de la escuela
individualmente concebida, las ceremonias se orientan al encuentro con
la divinidad o a la integración del cosmos, al cual pertenece. Y para
lograrlo, se debe llevar una vida respetuosa, cumpliendo las exigencias
de la enseñanza basadas en la virtud y el conocimiento, completando el
ciclo que permite llegar a la meta que es la felicidad total del
individuo, hecho esencia.
Entre
las actividades comunes en las escuelas o religiones mistéricas, se
encuentran las prácticas de introspección y retiro; periodo de
iniciación y adiestramiento en la vida espiritual bajo la dirección de
un guía, maestro o sacerdote; algunas realizan ayunos y abstinencias;
purificaciones, abluciones; incluso sacrificios rituales, entre otros.
Todo
el ceremonial de la religiosidad iniciática, además de facilitar la
liberación del mal, tiende a llenar el ansia de felicidad mediante la
unión iniciada en esta vida con la divinidad y consumada tras la muerte.
Demóstenes afirma: «Huí del mal, encontré lo mejor» (4).
Numerosos
ritos simbolizan la unión con la divinidad, al tiempo que señalan el
camino para lograrla. Entre las prácticas se encuentran la omofagia o
comida, en crudo, de un animal teofánico (misterios dionisiacos);
banquete en el que se alimentaban con el místico sentido de ágape de
inmortalidad (Atis-Cibele); rito nupcial o matrimonio sagrado
-hierogamia- (Eleusis, Atis-Cibele); la representación simbólica de la
muerte y resurgimiento del iniciado (Eleusis, Atis Cibele, Isis-Osiris,
Mitra).
El sacerdocio
lo ejercen en muchos casos mujeres y en general los ministros del culto
encarnan la divinidad no solamente por representación. Una vía para
lograr tal carácter es la práctica de la hierogamia, que significa
matrimonio sagrado. Consisten en la unión ceremonial entre un hombre o
una mujer con una divinidad. Tales uniones también podían llevarse a
cabo con animales sagrados e, incluso, entre los astros, caso de la
unión entre el Cielo y la Tierra.
El
tiempo mítico cósmico está, usualmente, en sintonía con la naturaleza.
Solsticio de verano e invierno son de gran importancia. De que sean
fechas propicias para cultos telúrico cósmicos, por medio de ritos que
conectan al iniciado con la deidad. El tiempo no es el histórico, como
puede ser para las religiones posteriores. Tiene que ver con los ciclos
de la naturaleza.
Muchos
han estudiado las relaciones entre las religiones mistéricas y el
cristianismo. No es materia de este artículo. Pero si es importante
recordar que en el lugar donde nace el cristianismo son tierras en las
cuales hay gran influencia de las religiones mistéricas tanto
provenientes de Egipto, como de Babilonia y Persia, como también la
influencia helenizante de la filosofía griega, particularmente los
Neopitagóricos, el platonismo y los neoplatónicos. Algo de esto
abordaremos en próximos escritos.
ITP
(1) es.wikipedia.org/
(2) Enéadas 6,9,11.
(3) Landmann, Michael. Antropología Filosófica. 1ra edición. UTEHA. México. 1961
(4) (Demóstenes, Corona, 259).
*- Frazer, James George. La rama dorada: un estudio sobre magia y religión
*- Guerra Gómez, M. Misterios Y Religiones Mistéricas Gran Enciclopedia Rialp. 1991
*- Landmann, Michael. Antropología Filosófica. 1ra edición. UTEHA. México. 1961
Figura: Venus y Adonis, P.P.Rubens
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