
Salvador
Sanpere nació en Barcelona en 1840. Aunque estudió Arquitectura, nunca ejerció.
De ideología republicana, desde muy joven participó en la vida política e
ingresó en la francmasonería. Fue voluntario a la guerra de África (1859-60) y
después formó parte de la Junta Revolucionaria de Barcelona en el levantamiento
de 1868. Fue diputado a Cortes entre 1869 y 1873, siempre al lado de Emilio
Castelar y el resto de políticos que impulsaron la Primera República española. Tras
la restauración borbónica y la adhesión de Castelar a la monarquía, abandonó la
política activa para dedicarse a la historia y la cultura, aunque siempre
mantuvo su activismo político por muy diversas causas, la última, antes de morir
el 25 de septiembre de 1915, a favor de los aliados en la Primera Guerra
Mundial.
Dedicado
a sus estudios históricos y a la renovación de las artes aplicadas y decorativas
fue un viajero incansable y comisionado español en grandes exposiciones
mundiales. En Londres, en 1870, en la Exposición internacional de obreros. En
1873, como comisario en la Exposición Universal de Viena, ciudad a la cual
volvió en 1892 como delegado español en la Exposición internacional de la
Música y del Teatro. Del 1874 a 1877 dirigió la Revista Histórico-Latina, y de
1880 al 1887 la Revista de Ciencias Históricas. En su extensa obra histórica,
centrada en Catalunya, destacan Las costumbres catalanas en tiempo de Juan I
(1878) y Fin de la nación catalana (1905) –sobre la guerra de Sucesión-.
Por
encargo de la Diputación de Barcelona viajó en 1870 a Alemania, Francia e
Inglaterra para que realizara un estudio para la reforma de la enseñanza del
arte. La memoria posterior potenció la creación de una cátedra de teoría e
historia de las bellas artes (1882) y la fundación de un museo de
reproducciones artísticas, al que contribuyó viajando por Europa para efectuar
un buen número de adquisiciones. Fue miembro de la Junta de Museos de Barcelona
y de la Acadèmia de Bones Lletres, desde la que mantuvo encendidas polémicas
con otros de los grandes historiadores del arte, Raimon Casellas i Dou.
Conferenciante
incansable, los últimos años de su vida los dedicó a su obra Los cuatrocentistas
catalanes (1906) que, a pesar de sus deficiencias metodológicas, constituyó la
primera aproximación amplia y seria al tema de la pintura medieval catalana. Su
estudio sobre los trescentistes catalanes quedo truncado por su fallecimiento y
sería retomado con un criterio más científico por su editor Salvador Barbra con
el asesoramiento de Josep Gudiol.
Mireia
Freixa, profesora de la Universitat de Barcelona, y experta en la figura
de Sanpere ha destacado dos de sus grandes aportaciones: el descubrimiento de
la autoría de las pinturas de la capilla de San Miguel del monasterio de
Pedralbes, obra de Ferrer Bassa (1285-1348) y la utilización de la fotografía
como nueva herramienta de trabajo para el estudio del arte. Hay que tener en
cuenta que no fue hasta el Congreso Internacional de Historia del Arte de 1893
cuando se admitió la fotografía como técnica para sustituir el dibujo. De su
trabajo pionero, subraya Freixa, uno de los artículos sobre la Exposición
internacional de la Música y del Teatro de Viena, publicado en La Vanguardia el 21 de julio de 1892, en
el que glosaba la Escuela Oficial de Fotografía de Viena y anunciaba que había
enviado cuatro fotografías al periódico, aunque en aquel momento no existían
técnicas para imprimirlas en la rotativa y se transformaron en dibujo.
Tomado de: http://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20150925/54435355276/salvador-sanpere-i-miquel-medievalista-e-intelectual-del-xix.html#ixzz3nPLFq9jt
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