Uno de los temas que más discuten actualmente en la neurociencia son las
experiencias cercanas a la muerte. Numerosas personas reportan haber
tenido visiones místicas al tiempo que vivieron algún tipo de suspensión
de sus funciones vitales. Aunque para muchos esto se trata de una
discrepancia neurológica, algunos científicos creen que se pueden
encontrar las bases para describir estos fenómenos y tal vez probar que
existe una vida después de la muerte –o algún tipo de sustancia que
escapa la muerte del cuerpo.
El caso más sonado recientemente es el de el médico de Harvard Eben Alexander, quien en su propia experiencia cercana a la muerte cree tener las pruebas de la persistencia de la conciencia más allá del cuerpo. El trabajo de Alexander es el foco de gran polémica y discusión.
Antes que Alexander saltará a los medios con esta afirmación
–supuestas “pruebas del cielo”—el anestesiólogo y neurocientífico Stuar
Hammeroff ya había postulado una teoría cuántica de la vida después de
la muerte.
Según Hameroff la conciencia está basada en pequeñas estructuras
dentro del cerebro llamadas microtúbulos. La experiencia de la
autoconciencia es el efecto de la gravedad cuántica en estos
microtúbulos, que sirve como nodos procesadores.
Si la conciencia es un fenómeno cuántico, entonces está constituida
de la misma sustancia que todo el universo –por lo que podría haber
existido desde el principio del tiempo y estar embebida a la geometría
del tiempo.
Según Hameroff, bajo condiciones normales la conciencia ocurre en el
nivel fundamental de la geometría del espacio-tiempo confinado al
cerebro. Pero cuando el metabolismo que conduce la coherencia cuántica
(en microtúbulos) se pierde, la información cuántica se filtra hacia la
geometría del espacio-tiempo en el universo como totalidad. Siendo
holográfica y entrelazada, no se disipa. De ahí que la conciencia (o la
subconciencia, como la de un sueño) pueda persistir”.
Esta teoría no significa que al morir tendremos conciencia de
nosotros mismos, con la misma personalidad, sino que nuestra conciencia o
memoria regresará al universo, tal vez alimentando una especie de
biblioteca cósmica. En la profundidad nuestro ser se diluye en el
universo, quizás porque no hay verdadera distinción.
Fuente: http://faena.com/es/sphere#!/target=teoria-cuantica-podria-explicar-la-vida-despues-de-la-muerte
No hay comentarios.:
Publicar un comentario